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Un primo de Guillermo y Máxima dice que le corresponde el trono de España

Carlos Javier de Borbón-Parma, reclama esta semana su derecho a ser el nuevo soberano, tras la abdicación del rey Juan Carlos.

Carlos Javier de Borbón-Parma, noble de sangre holandesa de 41 años. | Cedoc

Si algo no le falta a la monarquía española son rivales y el futuro rey Felipe VI ya tiene uno. Desde hace dos siglos, varios personajes de sangre borbónica se vienen disputando la corona, y tal es el caso del príncipe Carlos Javier de Borbón-Parma, que reclamó esta semana su derecho a ser Rey de España, tras la abdicación del rey Juan Carlos. 

El noble de sangre holandesa, de 41 años, preside a los “Carlistas”, una rama de la Casa de Borbón que disputa la corona desde el reinado de Fernando VII, en 1832, ganó adeptos y provocó guerras encarnizadas en el siglo XIX. Expulsados de España, volvieron a tomar protagonismo en la era franquista, compitiendo con el rey Juan Carlos en su carrera al trono.

En un comunicado dirigido “a todos los españoles y en especial a mis leales carlistas” y publicado en la prensa española, Carlos Javier se manifestó dispuesto a ocupar el trono español en lugar de Felipe VI, el sucesor del rey Juan Carlos. “Ante los acontecimientos sociopolíticos que se están produciendo en nuestro país quiero repetir, una vez más, el firme compromiso que adquirí tras el fallecimiento de mi padre, Carlos Hugo (…) Cumpliré con los deberes y obligaciones que me impone ser hoy el abanderado dinástico del Carlismo”. 

Carlos Javier, duque de Parma, descendiente del rey Felipe V de España, señala a la monarquía borbónica como uno de los causantes de los graves problemas sociales y económicos que enfrenta España. Por eso, se presenta como el candidato ideal para encabezar una monarquía transparente “que desmonte las prácticas corruptas” y que “permita corregir el descrédito de la clase política y de las instituciones por su falta de sinceridad”. 

Carlos Javier de Borbón-Parma y Orange-Nassau es hijo de la princesa Irene de Holanda, y por lo tanto primo hermano del rey Guillermo Alejandro. Trabaja actualmente en el sector de las energías renovables, habiendo ocupado cargos importantes en el banco ABN Amro y en la agencia de relaciones públicas EPPA. Casado en 2013 con una periodista holandesa, tiene dos hijas, llamadas Irene y Cecilia de Borbón, además de un hijo de doce años, Carlos Klynstra, fruto de una relación anterior pero que no nunca reconoció legalmente. 

Su abuelo, Javier de Borbón-Parma, se autoproclamó Rey “Javier I” de España en 1952 y fue expulsado de España por el General Francisco Franco. Años más tarde envió a España a su hijo Carlos Hugo, a quien nombró “Príncipe de Asturias”, aunque la “familia real” fue expulsada nuevamente. Carlos Hugo, quien intentó entrar en España ilegalmente, fue retenido en el aeropuerto de Madrid y expulsado. En 1977 regresó definitivamente a España y un año más tarde el rey Juan Carlos le concedió la nacionalidad española, haciendo las paces con la familia reinante. 

Carlos Javier sostiene que su padre, fallecido en 2011, llegó a España en los años 50 “para ayudar a cambiar el país hacia una democracia moderna y europea”, y que “su gran lucha fue ayudar en la transición democrática porque veía una responsabilidad en esto”. En sus palabras, él y su familia “representamos la democracia y la continuidad de unos valores que en España son importantes”, como la pluralidad y la diversidad. Mientras tanto, su tía, la princesa María Teresa de Borbón-Parma, que se considera “militante carlista”, asegura que el carlismo está vivo pero “no como fuerza beligerante en contra del régimen actual, sino como una esperanza de futuro hacia otra democracia más cercana a la sociedad que salga de las entrañas de la sociedad”.