Las relaciones entre Rusia y la UE llegaron a una situación “insalubre” por el caso de Alexéi Navalny, admitió ayer el canciller ruso, Serguei Lavrov, en la conferencia conjunta con Joseph Borrell, tras la reunión en la capital rusa en la que comunicó al Alto Representante europeo en Asuntos Exteriores la expulsión de tres diplomáticos a los que Moscú acusa de haber participado en las protestas por la condena al líder opositor.
Borrell, por su parte, reconoció que el vínculo llegó a “un punto crítico, sin embargo, estamos conectados. A pesar de nuestras diferencias, construir un muro de silencio no es una opción”, agregó.
El Alto Representante europeo en Asuntos Exteriores ratificó que “la UE continuará siendo el principal patrocinador de proyectos de la sociedad civil” en Rusia.
“Esta mañana inicié mi visita en la nevada Moscú dialogando con representantes de la sociedad civil, que todavía es vivaz a pesar del espacio restringido para las voces independientes en Rusia”, tuiteó el “canciller” de Bruselas.
Durante la conferencia de prensa conjunta con Lavrov, Borrell no evitó hablar del tema Navalny y expresó la “profunda preocupación” de la Unión Europea por su situación.
“Pedimos que sea liberado y que se inicie una investigación para saber qué sucedió. Respetamos al máximo la soberanía de Rusia, pero los derechos humanos y el estado de Derecho son centrales para el futuro común”, subrayó.
Para concluir, Borrell confirmó que “ambas partes han confirmado su interés de mantener y expandir los canales de diálogo, incluso sobre cuestiones en las que nuestras posiciones difieren”.