Agencias
Abdel Malik Petitjean, uno de los terroristas que el martes atacó la iglesia de un pequeño pueblo de Normandía y degolló al párraco había grabado un video en el que amenazaba con “destruir Francia”.
En un breve video, divulgado ayer por la agencia Amaq, vinculada a Estado Islámico, Petitjean se dirige en francés al presidente François Hollande, y al primer ministro, Manuel Valls.
“El tiempo ha cambiado. Van a sufrir lo que sufren nuestros hermanos. Vamos a destruir su país. Vamos a izar la bandera de la religión y la palabra de Alá”, asegura en la filmación el joven, que tenía 19 años y era francés.
Sus palabras son asimismo un llamamiento a otros potenciales yihadistas para que sigan su ejemplo con el objetivo de lograr “la victoria del islam”.
“Dirijo un mensaje a todos los hermanos musulmanes: golpeen en sus países, golpeen a los aliados de la coalición” internacional que bombardea posiciones de EI en Siria e Irak.
“Tenemos todo lo que hace falta. Salgan con un cuchillo, es todo lo que hace falta, atáquenlos, mátenlos en masa”, agrega.
Identificación. Las autoridades francesas identificaron el jueves a Petitjean, y reconocieron que ya había sido visto en Turquía en junio, cuando al parecer se dirigía a Siria, pero en lugar de ello regresó a Francia.
Una fuente policial confirmó que era él el individuo en una foto entregada a la policía el 22 de julio, junto con la advertencia de que podría estar tramando un ataque. El aviso llegó tarde, ya que los servicios de inteligencia necesitan un plazo más largo para organizar el seguimiento de los sospechosos que llevan la calificación “S”, con riesgo de cometer atentados.
Fracaso. Ayer, el primer ministro francés, Manuel Valls, calificó como un “fracaso” del sistema judicial el asesinato del sacerdote en Saint-Etienne-du-Rouvray y anunció que se planteaba prohibir temporalmente la financiación extranjera de mezquitas, tras los últimos atentados.
El primer ministro admitió en una entrevista con el diario Le Monde que la decisión de la Justicia antiterrorista de liberar en marzo al otro atacante, Adel Kermiche, también de 19 años, fue un “fracaso. Hay que reconocerlo”, dijo.
Kermiche estuvo en prisión durante diez meses a la espera de juicio por haber tratado en dos ocasiones viajar a Siria.
Fue liberado en marzo de este año y puesto bajo arresto domiciliario con un brazalete electrónico. La fiscalía había apelado, en vano, la decisión de los jueces de ponerlo en libertad condicional.
“Esto debe llevar a los jueces a un enfoque diferente, caso por caso, teniendo en cuenta las prácticas de disimulo de los yihadistas”, subrayó Valls.