Uno de los responsables de la muerte de al menos 13 personas tras abrir fuego en el Navy Yard de Washington fue identificado por el FBI como Aaron Alexis, un afroestadounidense de 34 años, que fue abatido durante el tiroteo con la policía.
Según informó la Marina estadounidense, Alexis -nacido en Nueva York-, había servido a esa fuerza armada entre 2007 y 2011. Al momento se investiga si el atacante ingresó acreditado a las oficinas de la Marina, donde se produjo la balacera, o estuvo acompañado por un cómplice.
De acuerdo con informaciones preliminares, un hombre ingresó al llamado Edificio 197 del complejo militar, donde trabajan unas 3.000 personas, y disparó varias veces. Las motivaciones de lo ocurrido aún son desconocidas, pero el alcalde de Washington, Vincent Gray, dijo que "no hay razones" para pensar que pueda tratarse de una "acción terrorista", según consignó AFP.
La jefa de la policía de Washington, Cathy Lanier, había dicho que las fuerzas de seguridad buscaban intensamente a otros dos hombres por sospecha de haber participado en los tiroteos. Sin embargo, instantes después la policía informó que uno de esos dos hombres había sido identificado y liberado de cualquier sospecha.
Mientras, los testigos de la masacre comenzaron a dar sus testimonios a la prensa. Un comandante de la Marina de Estados Unidos contó cómo se salvó tras ver a un compañero de trabajo recibir un tiro en la cabeza a un metro de él, durante el ataque.
El oficial de la Marina Tim Jirus dijo a la prensa local que el hombre del departamento de mantenimiento de la base naval de Washington fue derribado por los disparos mientras otros trabajadores se apresuraban a abandonar los edificios al saber de la presencia de un tirador.
Jirus dijo a la CNN que había evacuado a los trabajadores de su departamento después de oír lo que sonaban como "disparos amortiguados" en otra área de la base. "Sonaba como una pistola de juguete que se apagaba. De pequeño calibre, en todo caso. Después de un minuto o dos después de eso, alguien corría por el pasillo diciendo 'Hey, todo el mundo, fuera del edificio," declaró Jirus.
Mientras intentaba entender lo que estaba pasando, un hombre del departamento de mantenimiento de la base llegó a su lado para hablarle: "Se acercó y me dijo que escuchó que había un tirador en nuestro edificio. Estábamos parados aquí, quizás a casi un metro de distancia teniendo esa una conversación. Escuché dos disparos más y él cayó tendido. Fue entonces que comencé a correr", dijo.
"Estoy bastante seguro de que murió porque fue alcanzado en la cabeza por un disparo... Es traumático. No me siento con suerte porque él haya sido baleado en vez de mi, pero si me siento afortunado de estar ahora aquí", acotó.
"Fuimos afortunados porque estuviera lo suficientemente lejos de nosotros y que fuera un mal tiro", sostuvo Terry Durham, otra de las testigos. "Vi a un individuo que parecía tener la piel oscura y que estaba con una especia de uniforme y rifle", continuó.
Durham, empleada civil, dijo que estaba evacuando el tercer piso de su complejo de oficinas cuando vio al tirador parado alejado a unas 40 yardas (unos 36,5 metros) de la parte opuesta de un corredor. "Se dirigió a nosotros y nos disparó, pero falló, gracias a Dios", concluyó. Uno de sus compañeros le contó a Durham que el pistolero "actuó con una serenidad escalofriante".