El 30 de noviembre los uruguayos deberán elegir al sucesor de José “Pepe” Mujica. La fórmula oficialista integrada por Tabaré Vázquez y Raúl Sendic se presenta como clara favorita ante la opositora liderada por el candidato nacionalista Luis Lacalle Pou junto a Jorge Larrañaga.
“Que no se detenga”, es la consigna a la que apeló el Frente Amplio (FA) durante la extensa campaña electoral y que hace clara alusión a los últimos diez años de gestión de la coalición de centro izquierda. “Nos podemos comprometer porque cumplimos y seguiremos cumpliendo.” afirma el ex presidente Tabaré Vázquez y actual candidato, y agrega que desde el FA se ofrecen certezas y no incertidumbres.
Del otro lado una oposición fragmentada a la que los votos parece no alcanzarle para revertir la situación. La suma de los dos partidos tradicionales, el Partido Nacional (PN) y el Partido Colorado (PC) no supera la barrera del 44% de intención de voto, contra un 48% que obtuvo el FA en octubre alcanzando además la tan ansiada mayoría parlamentaria. De todos modos resulta conveniente adoptar una postura cauta en lo que respecta pronósticos electorales.
Por su parte Lacalle reconoció que el triunfo en el balotaje es una tarea difícil, pero posible. "La ilusión la tenemos porque creemos que nuestro proyecto es el mejor, ni la adversidad más compleja nos detendrá, porque hay un 52% de la ciudadanía que no acompañó al gobierno", destacó el candidato nacionalista que propone votar “unidos por la positiva”.
Temas como la inseguridad, la falta de debate por parte del oficialismo y la aseveración que en materia económica el FA aumentaría la carga tributaria en el próximo lustro, son algunos de los ejes que articula a la oposición que deberá captar votos de diversas agrupaciones desconformes con el gobierno actual.