En medio de profundas divisiones internas, la oposición culminará hoy la consulta popular lanzada por Juan Guaidó, mediante la cual pretende hacer una demostración política de fuerza que supere a las cuestionadas elecciones parlamentarias del domingo pasado. Tras ser cuestionado por Henrique Capriles, quien puso en duda su liderazgo, el presidente de la Asamblea Nacional, cuyo mandato vence el próximo 5 de enero, llamó a los venezolanos a acudir a las urnas o a sufragar a través de Internet.
“¿Exige usted el cese de la usurpación de la presidencia de parte de Nicolás Maduro y convoca elecciones presidenciales y parlamentarias libres, justas y verificables?”, es una de las preguntas formuladas. La apuesta de Guaidó es movilizar a una porción mayor del electorado venezolano que la que votó el 6 de diciembre. “Presencia masiva en las calles, no dejar sola a nuestra gente en la cola y en conjunto alzar la voz”, pidió ayer.
Pero la consulta, que suscita dudas sobre su legitimidad, sus efectos prácticos y la veracidad de los resultados, también enfrenta la desafección de buena parte de la sociedad. “Casi dos tercios de la población venezolana siente apatía por el sistema político, tanto por el chavismo como por la oposición institucional”, explicó Luis Vicente León, presidente de la encuestadora Datanálisis. “El 70% de la población no se identifica ni con Maduro ni con la oposición. Y el 75% no sabe cuándo arranca la consulta popular ni qué se pregunta en ella”, aseguró.
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Más allá de la eficacia de la consulta, la oposición se congratuló por la elevada abstención en las parlamentarias y buscó el apoyo de Estados Unidos y la Unión Europea a la “continuidad administrativa” de la vieja Asamblea. Pese al respaldo de la comunidad internacional, el liderazgo de Guaidó es discutido por Capriles y María Corina Machado, que le endilgaron dos años de fracasos y el incumplimiento de la hoja de ruta que culminaría en elecciones libres. El propio Capriles, ex candidato a presidente en dos ocasiones, sostuvo que “la oposición hoy no tiene líder”. “No tengo nada personal contra Guaidó, pero eso se acabó, está acabado, fundido, cerrado, listo”, agregó, al cuestionar los “lugares comunes”, los “discursos gastados”, y “pretender tumbar al gobierno desde el distribuidor de Altamira” en la frustrada insurrección del 30 de abril de 2019.
Denuncia. Mientras la oposición debate su liderazgo, el gobierno de Maduro acusó a Colombia y EE.UU. de apoyar un supuesto “plan terrorista” contra una de las principales refinerías del país. El ministro de Petróleo, Tareck El Aissami, dijo que dos hombres de nacionalidad venezolana fueron detenidos el jueves con material explosivo con el que pretendían “detonar y destruir” la refinería de El Palito, con capacidad para procesar 140.000 barriles diarios de combustible. “Todo este plan terrorista fue preparado en Colombia por desertores de la fuerza armada, quienes gozan de protección y apoyo por parte del gobierno de Iván Duque”, expresó en una declaración transmitida por la televisión estatal, en la que mostró explosivos y detonadores.
