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China

Xi Jinping lo dejó bien claro: “La unificación con Taiwán debe conseguirse, y se conseguirá”

El mandatario destacó que Beijing quiere hacerlo “por vías pacíficas”, pero advirtió que los que quieran dividir al país “no van a tener un buen final”.

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Mensaje. El presidente chino, que envió aviones a sobrevolar la isla, dijo que la unificación es “un asunto interno” de la República Popular. | afp/bloomberg

El presidente chino, Xi Jinping, que en las últimas semanas ha incrementado su presión militar sobre Taiwán, aseguró ayer que la reunificación con la isla “debe conseguirse y se conseguirá”, y que “serviría mejor a los intereses de la nación” que ese proceso se diera en forma pacífica, pero advirtió que “los que intentan dividir al país no van a tener un buen final”. 

“Los compatriotas de ambos lados del estrecho de Taiwán deben estar en el lado correcto de la historia y unir sus manos para lograr la reunificación completa de China y el rejuvenecimiento de la nación china”, pero aquellos que olvidan su legado “traicionan a su patria”, subrayó el líder chino. 

La solución de Taiwán “está determinada por la tendencia general de la historia de China, pero, lo que es más importante, es la voluntad común de todo el pueblo chino”, añadió.

En un mensaje televisado para celebrar el aniversario de la revolución de 1911 que llevó a la fundación de la República Popular China, Xi destacó que la reunificación con Taiwán es “un problema interno de China”, que “no permite interferencias externas”. 

“La completa reunificación del país se hará y puede hacerse realidad”, enfatizó.

Las declaraciones de Xi llegan en un momento de tensión con Taiwán, autogobernado desde diciembre de 1949, que en la última semana registró el récord de unas 150 incursiones de aviones militares chinos en su zona de defensa. 

“Conseguir la reunificación de la patria por medios pacíficos está en el interés general de la nación china, incluidos los compatriotas de Taiwán”, dijo Xi Jinping en el inmenso Palacio del Pueblo de Pekín ante un retrato de Sun Yat-sen, el efímero primer presidente de la República de China en 1911.

A pesar de su rivalidad, tanto Beijing como Taipéi hacen suya esa revolución. En el caso de Taiwán, gestionada autónomamente desde la derrota de los nacionalistas contra los comunistas en el continente en 1949, la celebración es el domingo.

China considera a Taiwán como una provincia suya y amenaza con recurrir a la fuerza en caso de una proclamación formal de la independencia de la isla. La presión diplomática, militar y económica sobre Taipéi aumenta desde la elección en 2016 de la presidenta Tsai Ing-wen, que considera la isla como soberana de facto.

El presidente chino advirtió también contra las injerencias externas en la cuestión de Taiwán, que “es un asunto puramente interno de China”, recalcó. El viernes, Estados Unidos reconoció estar entrenando discretamente al ejército taiwanés desde hace meses. Además, esta semana una delegación de políticos franceses visitó la isla pese al enojo de Beijing.

“Nadie debe subestimar la fuerte determinación del pueblo chino para defender la soberanía nacional y la integridad territorial”, advirtió Xi.

Catástrofe. Las declaraciones del mandatario chino se producen después de que Taiwán haya advertido esta semana de las “consecuencias catastróficas” que podría acarrear que la isla caiga completamente en manos de China. 

En respuesta a las declaraciones de Xi, el Consejo de Asuntos de Taipéi con China destacó que la presidenta taiwanesa, Tsai Ing-wen, ha reiterado repetidamente que “no cederá ni avanzará”, y defenderá enérgicamente la soberanía y la seguridad nacional para continuar profundizando la cooperación con países amigos.

La isla, agregó el Consejo, “se esforzará por mantener el statu quo de paz y estabilidad en el estrecho de Taiwán”, y pidió a las autoridades de Beijing que abandonen las provocadoras medidas de intrusión y destrucción y piensen cada vez más abiertamente en la clave de la interacción entre “paz, reciprocidad, democracia y diálogo”.

“El sistema taiwanés es democrático y libre, crea una sociedad próspera y mantiene la paz en todo el estrecho de Taiwán. Los esfuerzos de estabilidad fueron afirmados unánimemente por la comunidad internacional, lo que demuestra que la tendencia histórica no está del lado de la hegemonía autocrática”, subraya el mensaje.

El Consejo también destacó que “el quid de las relaciones actuales a través del estrecho radica en la renuencia de Beijing a enfrentarse a Taiwán, la República de China, sin renunciar al uso de la fuerza contra Taiwán”.

El otro lado del estrecho de Taiwán ha propuesto en repetidas ocasiones premisas para “menospreciar” a Taiwán, como “un país, dos sistemas”, “el principio de Una China” y el “Consenso de 1992”, amenazando a la isla con la fuerza para que aceptara propuestas que “fueron claramente rechazadas por el pueblo de Taiwán”.