Madrid - El socialista José Luis Rodríguez Zapatero no consiguió este miércoles la mayoría absoluta del Congreso de los Diputados para ser presidente del gobierno español para otros cuatro años, como estaba previsto, por lo que será sometido a una segunda votación el viernes.
Zapatero no consiguió la mayoría absoluta requerida, de la mitad más uno de los votos del Congreso, es decir 176 de un total de 350 diputados. Como se preveía, votaron al candidato socialista 168 diputados de un total de 169 de su partido, frente a 158 votos en contra -la mayoría de ellos, de los 154 diputados del Partido Popular (PP, conservador)- y 23 abstenciones de los partidos nacionalistas vascos y catalanes entre otros partidos.
Por eso deberá someterse a una segunda votación el viernes, en la que podrá ser reelecto esta vez por mayoría simple, es decir, por el mayor número de votos. Se trata de la segunda vez, desde el inicio de la transición española iniciada tras la muerte de Francisco Franco en 1975, que un presidente del gobierno no sale elegido en primera vuelta; el caso anterior fue el del centrista Leopoldo Calvo Sotelo en febrero de 1981.
Que Zapatero sea elegido en segunda vuelta no es relevante para la acción del gobierno socialista para los cuatro próximos años, ya que con los 169 escaños obtenidos (43% de los votos) está en condiciones de gobernar en solitario, buscando los apoyos necesarios de forma puntual para aprobar leyes en el Congreso. Zapatero se mostró dispuesto el martes, en la presentación de su programa de gobierno en el Congreso, a buscar acuerdos con los demás partidos, en primer lugar para "diseñar una estrategia antiterrorista" contra la organización independentista armada vasca ETA.
Pero también para la formación de los órganos de justicia y otras cuestiones que afectan a las regiones, entre otras.
Los demás partidos, empezando por el líder de la oposición conservadora, Mariano Rajoy, del PP, respondieron positivamente a la mano tendida de Zapatero, aunque con reticencia, a la espera de que el presidente del gobierno precise sus propuestas.
Rajoy manifestó su "desconfianza" ante la propuesta de Zapatero, ya que su partido quiere que éste se comprometa a no volver a negociar con ETA, después de que el gobierno socialista dialogara sin éxito con la organización para que dejara las armas a finales de 2006 y comienzos de 2007.
Pero en general todos los partidos mostraron su actitud positiva para llegar a acuerdos en esta legislatura, lo que contrasta con la crispación vivida en la pasada, iniciada tras los atentados islamistas del 11 de marzo en Madrid, que causaron 191 muertos, y marcada por una dura oposición del PP ante asuntos como la negociación con ETA y la ampliación de las competencias de las regiones. Zapatero prometió este miércoles que "no habrá ni excusas ni resignación para cumplir con el programa", anclado en medidas para hacer frente a la recesión económica que sufre en país, en línea con el resto del mundo.
El presidente en funciones empezó el martes reconociendo que España pasa por "una fase de crecimiento distinto al de hace cuatro años", con "tasas de crecimiento inferiores". Junto a ello presentó un paquete de medidas a corto plazo como para aliviar la economía de las familias, afectadas por la inflación y la subida del precio de sus hipotecas, y recolocar a los desempleados del sector de la construcción, afectado considerablemente por la recesión. El sábado está previsto que Zapatero jure el cargo ante el Rey, Juan Carlos I, y anuncie la composición de su gobierno, donde se espera que mantenga a los ministros de más peso. Pero además anunció que hará varios cambios para hacer más visible la prioridad que da a los asuntos sociales, a la economía y a la lucha contra el cambio climático.
Fuente: AFP