La mujer que saltó desde un primer piso en Palermo y denunció que su pareja, el cirujano plástico Fabián Peláez, la drogaba y forzaba a prostituirse, fue evaluada por un equipo de psicólogas del Ministerio de Justicia. Los especialistas determinaron que está en condiciones de brindar testimonio en la causa a cargo de la jueza federal María Eugenia Capuchetti.
A una semana del episodio, la titular del Juzgado Federal N°5 podrá tomar la declaración de la denunciante, un testimonio que podría ser clave para definir la situación judicial del médico sanjuanino, quien continúa detenido en una celda de la Policía de la Ciudad.
Mientras tanto, la mujer permanece internada en el Hospital Fernández, donde fue trasladada tras sufrir fracturas en ambos tobillos y presentar rastros de diversas drogas en su organismo, entre ellas cocaína, tussi y marihuana. En el centro de salud fue sometida a una intervención quirúrgica y se encuentra en proceso de recuperación.
Hasta el momento, las pruebas favorecían a Peláez, quien es investigado por presunto suministro de estupefacientes y privación ilegítima de la libertad. Sin embargo, la magistrada debe escuchar a la presunta víctima antes de tomar una determinación.

Aunque la investigación se desarrolla bajo el protocolo de trata de personas y la mujer declarará en Cámara Gesell con la figura de “testigo de identidad reservada”, esa hipótesis fue descartada.
Entre las diligencias ordenadas por la jueza Capuchetti se incluyen el peritaje de teléfonos celulares, el análisis de imágenes de cámaras de seguridad, la declaración del director de Toxicología del hospital, Carlos Damin, y los testimonios del psicólogo y el psiquiatra que atienden a la mujer en San Juan.
El psicólogo indicó que la pareja del acusado realiza terapia de manera intermitente desde hace dos años. Explicó que la irregularidad en su asistencia responde a su estado anímico, que en ocasiones le impide concurrir a las sesiones.
Sobre el motivo de la consulta, el profesional detalló: “La dificultad para la convivencia de la familia ensamblada que mantiene con su pareja”. La mujer reside sola en una vivienda alquilada por Peláez desde hace seis meses, luego de que dejaran de convivir debido a un episodio violento que derivó en una restricción perimetral contra uno de los hijos del cirujano.
Según lo expresado por la paciente en terapia, las prácticas sexuales que mantenía con el médico, incluyendo tríos, no eran forzadas y siempre contaban con su consentimiento.
No obstante, manifestó que le generaba conflicto la elección de la tercera persona que “se metía en la pareja”. “Por una cuestión de celos, capaz, la pareja miraba más a la otra persona”, explicó.
El psicólogo señaló que el consumo de sustancias como cocaína y éxtasis durante los fines de semana “la desestabilizaban mucho”. Sin embargo, descartó que Peláez la obligara a consumir. “Consumía con él por gusto”, afirmó, y agregó que la mujer tenía “ganas de hacerlo siempre previo a una fiesta”.
Precisó además que el consumo de drogas estaba vinculado a los tríos que llevaban adelante. “Ella lleva a cabo lo que desea, lo pone en acto”, indicó. “Era algo mutuo, era proactivo entre ambos. Respondía a la lógica de su pareja”, amplió.
La primera consulta de la mujer con su actual psiquiatra fue en octubre de 2024, cuando manifestó sentirse “muy ansiosa y más irritable”.
Desde entonces, concurrió al consultorio en cuatro oportunidades. Aunque el tiempo transcurrido no fue suficiente para establecer un diagnóstico definitivo, la médica sospechó que padecía un trastorno del ánimo y le prescribió litio, quetiapina y paroxetina para estabilizarla. También estaba al tanto de que la paciente consumía clonazepam.
Tanto el psicólogo como la psiquiatra coincidieron en que la mujer nunca mencionó en terapia que su pareja la obligara a consumir drogas.
NG