JUEGOS
Lexicón

Quijote

Lanza en astillero, adarga antigua, rocín flaco y galgo corredor

quijote
The Man Who Killed Don Quixote | Terry Gilliam, 2018

La versión de Don Quijote de la Mancha que escribió Cervantes es muy diferente de la que tenemos en nuestra biblioteca o nuestra mesa de luz. Si leyéramos el original nos costaría mucho entenderlo. Uno de los motivos es que nos separan cuatrocientos años, y en tanto tiempo la lengua castellana evolucionó y se transformó. La ortografía y la gramática eran muy laxas y había menos preocupación editorial por la corrección y la pulcritud: no es raro encontrar a lo largo del texto una misma palabra escrita de dos o tres maneras distintas. Las versiones actuales pasan por un exhaustivo proceso de modernización. Otro de los motivos es que el Quijote transcurre en un mundo que ya no existe, y su tema principal es precisamente la desaparición de un mundo todavía anterior, en parte real y en parte fantasioso, en el que abundaban caballeros andantes, doncellas pudorosas, gigantes amenazadores y heroísmo rampante. Basta con abrir la primera página para encontrarnos con una «lanza en astillero», con una «adarga», un «sayo de velarte» y un «vellorí»; un par de oraciones más allá aprendemos que nuestro protagonista era «enjuto de rostro» y que era propietario de «hanegas de tierra». Cuando en la segunda página lo vemos preparar sus armas, nos enteramos de que «no tenían celada de encaje, sino morrión simple», lo que parece ser bastante inconveniente. Para nosotros, ciudadanos de smartphones y semáforos, es imposible avanzar en la lectura sin la iluminadora compañía de un diccionario de muchos tomos. Y es el propio diccionario el que nos revela algo no muy conocido: que la palabra quijote, además del nombre del protagonista, es la parte de la armadura destinada a cubrir el muslo.

 

(En la imagen: Jonathan Pryce enrostrándole una novela a Adam Driver. En The Man Who Killed Don Quixote, de Terry Gilliam, 2018.)