Hace 37 años que Jorge Valerga Aráoz sostiene en su interior el orgullo de haber sido parte del tribunal del histórico juicio a las Juntas Militares que gobernaron la Argentina entre 1976 y 1983, pero también anida las emociones que le dejaron los testimonios de las decenas de víctimas secuestradas, torturadas y robadas por el terrorismo de Estado,
“A quienes destrozan y los matan y con torturas...Todo eso es algo que entra muy fuerte en uno”, confiesa el ex juez Valerga Aráoz, en la serie de minireportajes a los jueces de aquel tribunal presidido por Carlos León Arslanián, realizados en exclusiva por Perfil.com.
Valerga Aráoz afirma sentir “un gran orgullo y también una satisfacción” por haber formado parte de un juicio que fue “reconocido no solo en el país, sino en el exterior como algo importante”.
El ex juez relata aquí cómo era la relación con sus colegas y cómo podían superar estar frente a frente -literalmente- de un grupo de acusados que hasta hacía no mucho tiempo atrás gobernaban la Argentina. “Estábamos todos muy consustanciados en lo que debíamos hacer”, recuerda.
En ese sentido, Valerga Aráoz, afirma que no ve en estas Fuerzas Armadas “ninguna posibilidad de ninguna locura, por parte por parte de ellos” de cometer algo similar a lo que ocurrió con las que condujo el general Jorge Rafael Videla.
¿Quién es y qué hizo?
Jorge Valerga Aráoz es abogado desde 1972. A lo largo de su carrera hizo cursos de posgrado en Derecho Penal y Ciencias Penales, fue profesor de Derecho Penal, Secretario del Juzgado en lo Criminal de Sentencia y ofició de fiscal en los Criminal y Correccional en la Fiscalía 4. En el Juzgado 28 fue juez en lo criminal por más de 7 años.
Hizo lugar a muchos recursos de habeas corpus presentados a favor de los detenidos a disposición del poder Ejecutivo durante la dictadura militar.
Cuando se dictó la autoamnistía de los integrantes de las Fuerzas Armadas, fue uno de los primeros magistrados en decretar la invalidez de esa ley, enfrentando por primera vez a los militares que luego tendría en el banquillo de los acusados.