Ya es un poeta kirchnerista consagrado. El panelista de 6,7,8 Orlando Barone volvió a publicar unos versos con tinta oficial en el sitio Diario Registrado, en este caso destinado a los medios de comunicación con los que este gobierno se enfrentó, a los que llamó precisamente “Tintoreritos”, a los que cataloga de “golpistas”.
“Aunque sus deseos serían / que las balas fueran / de plomo, se excitan / disparando balas de tinta / y esperan con regocijo / las consecuencias”, dice sólo el primer párrafo del poema, que en otro verso señala: “Los aplauden líderes partidarios / que con tal de ser movidos por el titiritero / renuncian al “yo” / y van cambiando de ritmo / al compás ideológico de las mudanzas”.
Barone ya publicó algunos poemas ultrakirchneristas que, al menos, resultaron coloridos. Uno fue el titulado “La bella mierda”, creado para homenajear al 7D, también criticando a los periodistas que trabajan en los medios no afines al gobierno.
Luego publicó otro poema en el que elogiaba al Papa Francisco y cuestiona a los "papanatas" que vinculan al sacerdote con la oposición. Y cuestionó con él la idea de un “Papa opositor”.
A continuación, nuevo poema de Barone titulado “Tintoreritos”:
Aunque sus deseos serían
que las balas fueran
de plomo, se excitan
disparando balas
de tinta
y esperan con regocijo
las consecuencias.
Los tintoreritos
tiñen, enturbian
y oscurecen la vida de
quienes viven leyéndolos
y escuchándolos
empujados por la inercia del hábito
que los sujeta a la amarra
y que les desgana la voluntad
y la “involuntariza”.
Los periodistas dominantes,
de los medios dominantes,
del grupo dominante
se arrogan el uso dominante
de la fuerza crítica
amparados
en la omnipotencia
de representar el rating
de los ciudadanos.
Y actúan como impostores
neutrales
para públicos perdidos
en el atávico aplauso
a quienes los engañan.
También los aplauden
líderes partidarios
que con tal de ser movidos
por el titiritero
renuncian al “yo”
y van cambiando de ritmo
al compás ideológico
de las mudanzas.
Dudoso ejercicio la metralla
periodística,
que en la Argentina actual
fertiliza en golpistas
corporativos
y en intrigantes
consentidos por la fama
y el rango de contratos
que premian prósperamente
sus servicios subterráneos
como si fueran los más altos.
Tanto ataque entintado
de televisión, de radio ,
de diarios, de cacerola
y de agenda dominante
forma parte de la “gran escala”
exigida por un grupo
de comunicación
tentacular, polimorfo,
anfibio, satelital
y “cautelarístico”
para expandir su cacería
contra el Estado
insolentemente popular
que no se amolda
a la resignación política.
Los tintoreritos, presumidos,
se permiten diagnosticarles
síndromes a otros.
Siendo que ellos padecen
de despatriotismo,
de rémoras cipayas
y de claudicación colectiva.
Sin verguenza cargan
esa deshonra
con falsa honra inexplicable.
No obstante
ya hay partes de la vida
Argentina fortificadas
a las que el estruendo
de las balas de tinta
llega debilitado e inocuo.
Casi idiotizado
por su origen opositor
recurrente.
Claro que es cierto el fin de ciclo.
Y será celebrado democrática
y jurídicamente. Y justicieramente.
El fin de ciclo del dominio balístico
de los tintoreritos
y el paulatino desarme
de sus instigadores.