Hoy se cumplen 20 años de la tragedia del transbordador Columbia, el último gran accidente protagonizado por la NASA, que derivó en cambios radicales en el programa de exploración espacial.
Tras dos semanas en órbita, la mañana del 1 de febrero de 2003 los siete miembros de la tripulación estaban a solo 16 minutos del aterrizaje cuando el Control de Misión del Centro Espacial Kennedy en Florida perdió contacto con ellos. Un pedazo de espuma caído del tanque externo durante el lanzamiento había abierto un agujero en el ala izquierda de la nave, lo que causó su explosión durante el reingreso a la Tierra.
La despresurización terminó con la vida de los astronautas en 40 segundos. Desintegrados, los restos del Columbia se desperdigaron en un área de centenares de kilómetros entre Texas y Luisiana. La tripulación estaba formada por el comandante Rick Husband, el piloto William McCool, el comandante de carga Michael Anderson, el especialista de carga Ilan Ramon (primer astronauta israelí) y los especialistas de misión Kalpana Chawla (nacida en la India), David Brown y Laurel SaltonClark.
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La investigación reveló que, una vez conocido el incidente con el pedazo de espuma, algunos ingenieros habían pedido que se tomaran imágenes satelitales del transbordador para explorar los daños potenciales, pero la NASA rechazó las solicitudes. Los problemas de agenda también pudieron redundar en fallas en las medidas de prevención, ya que el objetivo principal del programa de transbordadores era construir la Estación Espacial Internacional (EEI), y muchos en la agencia ya habían trasladado sus esfuerzos a la logística de los vuelos siguientes.
Después del desastre, se suspendió la construcción de la EEI y las operaciones de los transbordadores se detuvieron por más de dos años, hasta su cancelación definitiva en 2011. Además se hicieron cambios técnicos y organizativos, que incluyeron nuevas inspecciones en órbita para determinar el estado de los sistemas de protección térmica, y el diseño de misiones de rescate para cuando se encontraran daños irreparables.
El accidente del Columbia recuerda a las otras dos grandes tragedias que protagonizó la NASA: la muerte de los siete tripulantes del transbordador Challenger apenas 73 segundos después de su despegue en 1986, y la del primer astronauta estadounidense, Ed White, junto a Gus Grissom y Roger Chaffee, tras un incendio sobre la plataforma de lanzamiento del Apolo 1 en 1967.
BL FM