Alfredo Serrano Mancilla sostiene que estas PASO tienen menos relevancia que las del 2019 y criticó un fenómeno que llama “democracia Spotify”, que también ocurre en Europa. "Los sistemas políticos atraviesan mucha volatilidad y una gran fragmentación", explicó el economista en Modo Fontevecchia, por Net TV y Radio Perfil (FM 101.9).
¿Está siendo poco original el panperonismo argentino colocando las palabras "patria" y "unión" en la nueva coalición oficialista?
A veces se sobreestima la elección de un nombre para un frente. Creo que tiene un grado de incidencia infinitamente menor, y más en un momento de gran incertidumbre como el que está atravesando la política electoral a Argentina. Hay un propósito detrás del término unión, de ir juntos contra otra alternativa. Me parece que también la idea de patria intenta traducir un concepto, pero me parece que a final con un nombre u otro son variables mucho menos explicativas de lo que al final la ciudadanía vaya a elegir.
Para mí, en esta elección, las PASO tienen una relevancia menor de la que hubo en 2019, creo que la verdadera cita electoral es en octubre, porque estamos en una fase de gran zozobra, desasosiego, incertidumbre, con muy pocas certezas, y creo que a la ciudadanía la agarrará un poco a pies cambiados inclusive con cambios de nombre. Con una tercera alternativa como la que presenta Milei, que me parece que hace que todo sea relativamente caótico y difícil de discernir, incluso para la ciudadanía, con una situación económica muy complicada.
La Unión Patriótica fue un partido político español creado por el dictador Miguel Primo de Rivera, como partido único de su régimen, con la idea de que todos los partidos convergieran en él. ¿Le resuena en algo esa unión con este nombre que hoy se utiliza en Argentina?
Tengo que decirte que la palabra patria, para un español, que además ha tenido cierta militancia con sectores progresistas, suena a franquismo, pero en América Latina la palabra patria tiene una connotación distinta.
En Colombia, hubo partidos de izquierda que tuvieron el nombre de patria. Creo que el nombre de patria en América Latina, en la mayoría de los países, los nacionalismos tienen connotaciones muy distintas.
Si me preguntas qué pienso cuando se evoca en España esa palabra, me rememora los peores tiempos oscuros de hace décadas.
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¿Percibís que lo que sucede en Argentina es el fin de una época de hegemonía del kirchnerismo, primero dentro de su propio espacio y luego en la política en su conjunto, y que esto podría rearticular a la oposición, que fue armada originalmente como el antikirchnerismo?
Creo que están en un momento de impasse en la política argentina. Hay un autor polaco que trabaja el concepto de democracia Spotify, que hace una metáfora con esta aplicación, de que hoy los sistemas políticos atraviesan mucha volatilidad y una gran fragmentación. Esto ocurrió en casi todos los países de Europa, donde había un bipartidismo nítido y acabaron siendo atomizados.
En América Latina viene ocurriendo, en Chile en las últimas elecciones presidenciales hubo cinco candidatos con cierto carácter competitivo, pasó en Perú, ha pasado en Ecuador en las anteriores elecciones.
En Argentina, la aparición de una tercera fuerza modifica el tablero electoral, además este grado de heterogeneidad tan grande que hay en el interior de los frentes, me parece que abona esta hipótesis de gran volatilidad y fragmentación, un votante que cambia cada vez más de a quién elegir y que elige a última hora. Creo que el sistema político electoral argentino está digiriendo un momento distinto de la historia política reciente.
Lo que no sabemos es hacia dónde va, si será para quedarse para siempre y que se amplíe cada vez más la fuerza político electoral y que surjan iniciativas muy específicas.
En España, por ejemplo, aparecieron iniciativas locales con presencia importante a nivel legislativo y con relevancias determinantes a la hora de conformación de un gobierno estatal. Por lo tanto, creo que el kirchnerismo antikirchnerismo, el peronismo antiperonismo y el macrismo antimacrismo, se está quedando atrás y cuesta atisbar hacia dónde, pero insisto en que estamos en ese momento de ampliar la oferta electoral.
No sabemos si la opción Milei vino para quedarse o no, qué pasará con el radicalismo, incluso la partida en dos de Juntos y el Frente de Todos, ahora llamado Unión por la Patria.
Me quedo con la idea de Unión por la Patria y Juntos por el Cambio, y los dos planteando en el por, la finalidad. En uno el cambio, en el otro la patria, y juntos y unión es lo mismo. Finalmente lo que modifica es la finalidad.
Comparto la idea de unión. Lo primero que me vino es la idea de juntos, incluso con un nivel de cohesión mayor que el término frente, quizás puede ser más light y débil en términos de estar pegados y cohesionados.
Es cierto que la palabra cambio, que es más recurrente en casi todos los planos electorales, se queda al final en un slogan. Creo que juntos sigue insistiendo con esa bandera que no es diferente a lo que ocurre en casi todos los países del mundo, donde la centralidad se disputa en torno a "cambio sí o no".
En el término patria, creo que hay algo en el "patria o dólar", "patria o FMI", esa idea detrás. Me da la sensación de que hay poco tiempo para instalar nuevas grandes ideas en el imaginario ciudadano, sobre todo con las elecciones, donde tengo dudas de que la ciudadanía vote por el nombre de un espacio u otro. Siento que se sobrestiman las ideas fantásticas a hora del voto que se implican más por otra razones, de identidad, de la cuestión económica, de personas que dan confianza, y otro tipo de factores.
MVB FM