La policía federal de Brasil desbarató un presunto golpe de Estado que iba a ejecutarse en caso de que el presidente Jair Bolsonaro no resulta reelegido en las elecciones del 2 de octubre. Más allá de la hipótesis, la policía confirmó que estaba ejecutando ocho órdenes de registro en cinco Estados bajo la dirección de Alexandre de Moraes, juez de la Corte Suprema que se convirtió la semana pasada en el jefe del máximo tribunal electoral.
Entre los objetivos estaban José Isaac Peres, director general del operador de centros comerciales Multiplan Empreendimentos Imobiliarios, y Meyer Joseph Nigri, presidente de la constructora de viviendas Tecnisa. Los allanamientos también apuntaron al multimillonario Luciano Hang, fundador de la cadena de grandes almacenes Havan y uno de los más destacados partidarios de Bolsonaro.
Bolsonaro prometió aceptar el resultado de las elecciones en Brasil bajo una condición
El sitio web de noticias brasileño Metropoles informó la semana pasada que los empresarios integraban un grupo de WhatsApp que discutía las ventajas de un golpe de Estado si el presidente pierde las elecciones de octubre. Bolsonaro va detrás del expresidente Luiz Inácio Lula da Silva en los sondeos y ha cuestionado la integridad del sistema de votación electrónica de Brasil, lo que avivó la preocupación de que podría impugnar los resultados de las elecciones.
Dos de los hijos de Bolsonaro, legisladores federales, denunciaron la investigación policial como un abuso de poder que amenaza la libertad de expresión. Los empresarios Afranio Barreira Filho, Ivan Wrobel, José Koury, Marco Aurelio Raymundo y Luiz Andre Tissot también fueron objeto de las redadas policiales.
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