A pesar del empate insípido entre Boca y Unión, el análisis del partido revela problemas tanto en el rendimiento del equipo como en la utilización del VAR.
Boca ante unión |
Télam
Román Iutch analizó el empate de Boca y Unión y señaló que es necesario revisar y mejorar la implementación del VAR para garantizar su eficacia y evitar situaciones que generen dudas y polémicas en el fútbol argentino, en Modo Fontevecchia, por Net TV y Radio Perfil (FM 101.9).
Boca pasó por Santa Fe, pero no se esmeró en jugar el partido contra Unión como corresponde, dejando a los hinchas xeneizes preocupados por otra actuación decepcionante.
A pesar de que el resultado final fue un empate insípido frente a Unión, algunas declaraciones posteriores al partido generaron sorpresa e inquietud entre los seguidores de Boca. Algunos jugadores destacaron la importancia de sumar un punto, lo cual ha generado dudas y cuestionamientos por parte de la afición.
Esto no les gusta a los autoritarios
El ejercicio del periodismo profesional y crítico es un pilar fundamental de la democracia. Por eso molesta a quienes creen ser los dueños de la verdad.
Es importante recordar que Boca se enfrentó a un equipo que se encuentra en el fondo de la tabla de posiciones y luchando por escapar de la zona de descenso.
Aunque Unión ha mostrado cierta mejoría desde la llegada de Sebastián Méndez como entrenador, se esperaba que Boca, con la cantidad y calidad de individualidades que posee, ofreciera una actuación más interesante. Sin embargo, en el partido, a excepción de Sergio Romero en el arco y Jorge Figal, ninguno de los jugadores estuvo a la altura de las circunstancias.
Se plantea entonces, en cuanto al tiempo que ya lleva Jorge Almiron como entrenador, la pregunta de cuál es el verdadero Boca, el equipo comprometido y efectivo que se presenta en la Bombonera o el que muestra una actitud apática y un juego similar al de etapas anteriores. Estas incógnitas deben ser resueltas por Almirón a través de conversaciones con el grupo y un trabajo enfocado en mejorar.
Es cierto que Boca ha sufrido una cantidad significativa de lesiones, lo que ha dificultado conformar el once ideal de Almirón en varias ocasiones. Sin embargo, vestir la camiseta de Boca conlleva la responsabilidad de estar a la altura, especialmente para aquellos jugadores que también se están jugando su continuidad, ya que muchos contratos terminan al finalizar el campeonato.
En resumen, se evidencia una suma de factores que contribuyen al bajo rendimiento de Boca: un entrenador con cambios constantes, un grupo de futbolistas que no logra alcanzar el nivel esperado y una institución que, en ocasiones, parece más enfocada en lo que ocurre en la vereda de enfrente que en resolver sus propias cuestiones internas.
El diagnóstico de Jorge Almirón después del partido fue más descriptivo que evaluativo. Se puede percibir que puertas adentro, Almirón es muy autocrítico en conversaciones y ejercicios durante los entrenamientos. Intenta modificar aquello que claramente no se está cumpliendo de acuerdo a sus aspiraciones en función de lo que augura que pueda dar su equipo.
El partido de ayer en el estadio Tatengue tuvo, desde el análisis periodístico, dos puntosclave. Por un lado, el enfoque estuvo puesto en el juego en general, y por otro lado, en una jugada puntual que terminó siendo un punto de inflexión. Fue cuando el árbitro, con la intervención del asistente y el VAR, anuló un gol del jugador de Unión, Claudio Corvalán. Esta acción sorprendió a todos, ya que en una primera imagen podría preferir fuera del juego, pero cuando se detiene la cámara, queda claro que Corvalán estaba habilitado por Nahuel Valentini, uno de los defensores de Boca.
Entre las precisiones más importantes relacionadas con el arbitraje, es necesario aclarar que los partidos de fútbol argentino cuentan con la misma cantidad de cámaras disponibles para el VAR que para las transmisiones televisivas. Además. Muchos estadios argentinos, incluido el de Unión, no tienen una ubicación precisa para las cámaras, especialmente la de fuera de juego, lo que dificulta establecer con precisión la posición del jugador en cuestión.
La mirada con la que trabaja el VAR, en muchas ocasiones, es en perspectiva. Para obtener una imagen perfecta, sería necesario colocar una cámara al lado de la otra en la línea lateral o utilizar una tecnología como la que se usó en el Mundial, aplicando un chip a la pelota. Pero esto requiere una inversión millonaria que solo puede permitirse la FIFA.
Otra complicación es cómo se trazan las líneas para determinar si un jugador está en posición adelantada o no. En algunos casos, el software utilizado en el fútbol argentino es deficiente, precario y no está actualizado, lo que resulta en demoras y genera incertidumbre en las decisiones del VAR.
Hay una sola cosa peor que la ausencia del VAR, y es que este exista y genere desconfianza, sobre todo en un situación como esta que se usó en una jugada factual. Aquí debería haber una precisión de parte de la tecnología, es un hecho objetivo.
Ahora solo queda el interrogante de si Federico Beligoy, el responsable del arbitraje del fútbol argentino, como en otras oportunidades, pedirá disculpas. A esta altura y con tantos errores en el VAR, vale la pena plantearse el hecho de que hay un VAR en la Argentina y hay otro distinto en el mundo. El nuestro, definitivamente, funciona mal.
