Claudio Loser, presidente de Centennial Group para América Latina, anticipó que los resultados positivos de las nuevas medidas del oficialismo se verán en algunos meses: "El shock inicial de inflación ha pegado duro, pero no quedaba remedio porque es parte del tratamiento", argumentó. A su vez, en Modo Fontevecchia, por Net TV, Radio Perfil (AM 1190) y Radio Amadeus (FM 91.1), conjeturó al respecto de qué relación puede tener el nuevo gobierno con el Fondo Monetario Internacional.
El presidente de Centennial Group para América Latina y conocedor del funcionamiento del Fondo Monetario Internacional, organismo en el que empezó a trabajar en 1972 y que dirigió para hemisferio occidental entre 1994 hasta 2002. Fue uno de los funcionarios que tuvo a cargo de las negociaciones de la deuda externa de los gobiernos de Carlos Menem y Fernando de la Rúa. Ayer se concretó el primer encuentro de los enviados del FMI con el Gobierno Nacional para encauzar el acuerdo de facilidades extendidas, virtualmente caído desde el recambio de gestión.
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¿Cómo ve el plan económico de Milei?
La situación económica del país la veo razonablemente bien porque las condiciones subyacentes han mejorado. La ley ómnibus y el DNU son trabajos que pueden ayudar pero evidentemente, son cuesta arriba. Si se instrumentan un porcentaje importante de las medidas macroeconómicas, podemos ver la luz al final del túnel. Esta vez, en lugar de pasar el invierno, hay que pasar el verano. Con la cosecha eso va a empezar a mejorar. El shock inicial de inflación ha pegado duro, pero no quedaba remedio porque es parte del tratamiento. Calculo que al principio del otoño se empezará a ver algún resultado positivo.
El nuevo vínculo con el Fondo
¿Y cómo imagina la relación con el FMI?
Hay un gran silencio después de la reunión de ayer, pero eso es positivo. La relación con el Fondo va a ser buena, más allá de ciertas tensiones que pueda haber. El FMI puede pedir las medidas exactas que el Gobierno piensa aplicar para cortar el déficit, por ejemplo. Hay una visión en común en la parte macroeconómica y, si lo manejan bien, en lugar de que el Fondo imponga, habrá una situación donde ese organismo dirá que el programa está bien y lo apoyarán. Obviamente, hay un proceso de análisis técnico y de negociación antes de que la propuesta vaya a Washington, pero en enero se va a resolver.
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Imaginemos que se va dando su perspectiva positiva para el otoño, avanzando con el mismo plan que tenemos, ¿cómo imagina el futuro a largo plazo? ¿Argentina pagará esa deuda algún día, refinanciándola a tasas menores?
Si hay un cambio en la política macroeconómica sostenible, a largo plazo pondría al país en una mejor situación y más similar a los otros países latinoamericanos, en términos de inflación y de control de balanza de pagos, por ejemplo. Además, una vez que la gente vea que hay más estabilidad en el mercado cambiario, van a sacar la plata de debajo del colchón. A la larga, creo que se va a terminar pagando la deuda con el Fondo, no es algo que seguirá refinanciándose por mucho tiempo. En este momento las negociaciones están llevando a que la deuda se posponga hasta por 10 años. Es decir, para solucionar el tema del Fondo tenemos hasta la década del 30.
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Y lo interesante es que una vez que termine este plan, el Fondo se retirará, de alguna manera, como participante activo, por más que continúe la deuda. Para que esto suceda tiene que haber mayor inversión interna y más entrada de capital desde el exterior.
¿O sea, que el riesgo país baje y Argentina vuelva a ser sujeto de crédito en el mercado privado para tomar crédito allí, y pagarle al Fondo?
Durante el 2024 y 2025 la tasa de inflación internacional va a continuar bajando de los niveles altos que hay en este momento. Ese factor, más la reducción del riesgo país, le abrirá las puertas al país para refinanciar la deuda con el FMI y con los acreedores privados.
AO JL
