Daniel Herrero, expresidente de Toyota, habló con Jorge Fontevecchia para Radio Perfil sobre su futuro tras dejar la presidencia de la compañía.
¿Qué significa "hay que ceder para crecer", y qué resuena como metáfora de lo que sucede en la política actual argentina?
Creo que la Argentina a veces no tiene la empatía para entender al otro y, en el fondo, todos buscamos lo mismo. Yo digo "ceder para crecer", este proyecto arrancó hablando con Ricardo Pignanelli y el sindicato: los dos buscábamos hacer una empresa más grande y que pudiera tomar más empleados. La empresa tenía 2.000 empleados: hoy somos 7.000. Cada uno cedió un poco, entendió lo que el otro necesitaba y se logró hacer una historia de éxito trabajando en conjunto. En un mundo, en donde a veces los liderazgos se van perdiendo, el que vale es el de la conversación, el del diálogo y la empatía.
¿Hay una metáfora para los conflictos que enfrenta la Argentina, tanto en el oficialismo y la oposición como dentro de cada una de las coaliciones?
Yo creo que sí, sentarse en una mesa que tiene que ser redonda para que todos tengan una opinión válida por igual, vale para pensar en el destino del país. La Argentina necesita de ese consenso, de ese diálogo, y hay temas como educación o políticas de largo plazo tienen que ir por afuera de la decisión política de unas elecciones.
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Tanto Alberto Fernández como Martín Guzmán te consultaron sobre cuestiones empresariales, ¿cómo es tu relación con el Presidente? ¿Te ves integrando la actividad pública?
La relación es muy buena, los empresarios queremos que a la Argentina le vaya bien, esté quien esté en el Gobierno, y uno intenta ayudar en la medida de lo posible. Me tocó vivir el mismo diálogo virtuoso que tuvimos con el sindicato y, cuando hubo que ponerle retenciones a las exportaciones de vehículos, hablamos con Guzmán. Así logramos la teoría de las exportaciones incrementales con derecho cero que, después de un año, duplicó las exportaciones, aumentar producción y aumentar empleo. Creo que el diálogo y ese acuerdo de mesa redonda funcionó muy bien en la industria automotriz.
Con el tema del Fondo uno tuvo que explicar como empresa su planteo a Japón, también ayudamos dando la opinión de que el acuerdo tenía que firmarse con el FMI para seguir en una Argentina seria y pensando en el largo plazo. Tengo mi corazón en Toyota, voy a seguir en la empresa desde otro lado, construimos una historia exitosa en la Argentina que merece seguir creciendo de manera sustentable como hasta ahora.
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Ayer el director de Clarín escribió que te habrían ofrecido la presidencia de YPF. ¿Es algo que podría permitirse una persona con el corazón en Toyota?
Yo estoy en Toyota hoy, no hubo ningún ofrecimiento ni nada, estoy en el proceso de transición, ayudando al nuevo presidente que tiene mucho para hacer por delante y es mi responsabilidad ayudar para que sea una transición normal para Toyota y toda la gente que depende de esta compañía.
El nuevo presidente es Gustavo Salinas, de amplia trayectoria en la industria automotriz y que, actualmente, se desempeña como director regional comercial para Toyota Latinoamérica y el Caribe...
Gustavo fue el director comercial cuando arranqué como presidente en 2010 y es alguien que también, como yo, arrancó desde los principios de Toyota en la Argentina, así que nos conocemos de todos estos años de batallar codo a codo y seguiremos haciendo lo mismo. Los dos tenemos la filosofía de incluir, que es lo que le falta a la Argentina.
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¿Por qué estás dejando la presidencia? ¿Hacia dónde vas en Toyota? ¿Qué significa ese cambio?
Para Japón, en el caso de los expatriados tienen un régimen de tres años. Lo que tiene Japón es que los 60 años son el punto de inflexión para el retiro o el movimiento lateral de las personas. Yo cumplí 62 y era el momento de hacer ese cambio. Argentina como compañía estaba muy bien, veníamos de todos los récords, así que daba para hacer el cambio. De acá en adelante voy a ser el presidente de la compañía de plan de ahorro y voy a seguir con mi pasión que es la coordinación de GAZOO Racing, que involucra las actividades de automovilismo, de productos deportivos.
Sigo ligado a la marca, con un poco más de tranquilidad pero dispuesto para ayudar a lo que necesiten. Yo creo que sí, sentarse en una mesa que tiene que ser redonda para que todos tengan una opinión válida por igual. La Argentina necesita de ese consenso, de ese diálogo, y hay temas como educación o políticas de largo plazo tienen que ir por afuera de la decisión política de unas elecciones.
