Transcurrieron nueve días del derrumbe en una mina de carbón del norte de México, donde permanecen atrapados 10 mineros. Sus familiares se aferran a la fe para mitigar la angustia mientras esperan que sean rescatados. Las esperanzas se desvanecen con el correr de las horas.
Uno de los mineros, Jaime Montelongo, de 61 años, escuchó en la tarde del 3 de agosto el fuerte estruendo que provocó el derrumbe y la inundación. Bajó al socavón para buscar a sus compañeros. Nunca regresó. Montelongo trabajó durante casi cinco décadas como minero, al igual que su padre. Cuando se jubiló, notó que no le alcanzaba lo que ganaba, razón por la cual retornó a las minas. Sacaba cubetas de carbón que llenaban sus compañeros.
Los mineros quedaron atrapados luego de que se derrumbó un área contigua de una vieja mina que estaba llena de agua, lo que provocó la inundación de tres de los pozos de la instalación, de unos 60 metros de profundidad. En la mina de carbón, ubicada en el municipio Sabinas del Estado norteño de Coahuila, trabajaban 15 mineros. Sólo cinco lograron salir tras el ingreso del agua.
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Los mineros, todos de escasos recursos, trabajaban sin medidas de seguridad ni la supervisión de la Secretaría de Trabajo. El caso ha reactivado las críticas sobre las precarias condiciones en las que trabajan muchos mineros en México, sin sistemas de ventilación, salidas de emergencia ni equipos de seguridad, y sin la supervisión de la Secretaría del Trabajo.
Desde el día del accidente las autoridades iniciaron la extracción de agua de los pozos con la ayuda de una veintena de bombas de extracción. El proceso se demoró debido a que el nivel bajaba con mucha lentitud. El agua salía por un lado, pero entraba por otro. Unos 672 agentes de las fuerzas militares y otros cuerpos de seguridad participan en las labores de rescate.
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La tragedia en México rememora la de los 33 mineros que quedaron atrapados el 5 de agosto de 2010 en la mina San José, en el desierto chileno de Atacama. Durante 17 días permanecieron incomunicados. Creían que estaban muertos. Cuando los rescatistas introdujeron una sonda, recibieron un mensaje esperanzador: “Estamos bien en el refugio los 33”.
Algo parecido ocurrió en marzo de ese año en China: 153 mineros quedaron atrapados en una mina de carbón en la provincia china de Shanxi. Como en Coahuila, los mineros chinos se toparon con el muro de una mina contigua que estaba inundada. Los rescatistas extrajeron el agua, pero demoraron tres semanas en rescatarlos. Sobrevivieron comiendo cortezas de árbol, aserrín y hasta carbón.
JL PAR
