Ayer el mercado le hizo un guiño a la deuda argentina, tanto en dólares como en pesos. En el primer caso, la euforia no se detuvo: los bonos de la deuda en dólares siguen acentuando una racha positiva que ayer sumó en promedio otro 5%. Junio terminará con subas de entre 20 y 30% para los títulos públicos argentinos en dólares.
La licitación de bonos en pesos también encontró eco en los inversores. La secretaría de Finanzas consiguió cubrir los 740.000 millones de pesos y además consiguió colocar otros $135.000 millones de deuda nueva o "financiamiento neto", según el lenguaje oficial.
En ambos casos, en los inversores hay algo de "fullero", que no quiere decir apostador, sino apostador tramposo. ¿Cuánto se va a sostener este apoyo del mercado sobre la deuda argentina? ¿Es una señal de confianza genuina, de que el próximo gobierno evitará el default o una apuesta especulativa?
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Lo cierto es que los bonos en dólares tienen todavía a pesar de la suba valores tan bajos, casi de default, en los que muchos ven oportunidades para salir aún antes de que llegue el próximo Presidente.
Por el lado de los bonos en pesos, los inversores en pesos están casi atrapados: con cepo cambiario y tanta emisión, comprar deuda en moneda local es casi una obligación. Además, gran parte de esa deuda está en bonos duales, que que dan una doble protección: ofrecen cobertura tanto en el caso de una devaluación como en el caso de que la inflación se dispare.
JL
