La serie “El Eternauta" se convirtió en un fenómeno cultural. La conversación pública acerca de la serie, sus actores, la calidad de la realización y su argumento colman los medios de comunicación, los lugares de trabajo y las redes sociales. Es como en las viejas épocas de la televisión, cuando una serie juntaba a toda la Argentina y la gente tuviese la necesidad de opinar sobre ella e interpretar lo que significa.
Rápidamente, por el contenido de esta historia que nació de un cómic del año 1957 y por la posición política de Héctor Germán Oesterheld, su creador, su mirada se politizó. Comunicadores cercanos al Gobierno dijeron que era “woke” y el peronismo, que era peronista. Parece lo mismo que lo del Papa, salvando las distancias.
Pero más allá de análisis partidarios interesados, la serie pone en escena la necesidad de pensar como sociedad antes que el individualismo y sus protagonistas no son superhéroes. Son hombres y mujeres comunes que enfrentan la agresión de un invasor extraño y colaboran entre sí.
La máxima de la serie (“nadie se salva solo") es un mensaje que se opone por el vértice a la ideología del gobierno libertario que establece que el egoísmo del individuo termina siendo lo que ayuda formar una sociedad. Según Javier Milei y los teóricos que él sigue, el afán de lucro egoísta de cada uno de los seres humanos termina confluyendo en un sistema social perfectamente autorregulado.
"El Eternauta 2": la continuación que escribió Oesterheld de su serie más famosa
El héroe en la serie no es un individuo egoísta ni un superhéroe norteamericano. El héroe en la serie son personas comunes y corrientes que con sus dolores y contradicciones se ayudan entre sí para sobrevivir. En esta columna de Modo Fontevecchia, por Net TV, Radio Perfil (AM 1190) y Radio JAI (FM 96.3), nos preguntaremos si la salida de “El Eternauta” y su éxito tienen que ver con la calidad técnica de la serie o están hablando de la necesidad que teníamos desde la sociedad de recibir un mensaje distinto.
Walter Benjamin, en sus ensayos sobre arte y reproducibilidad, sugiere que el arte puede funcionar como un sismógrafo del inconsciente colectivo. Es decir, capta y expresa antes que otros discursos (como el político o el económico) las tensiones latentes de una época. Según él, las vanguardias de los años 20 prefiguraron el colapso de la burguesía y el ascenso de los totalitarismos.
El crítico literario estadounidense Fredric Jameson sostiene que toda obra cultural es una forma de “cartografía cognitiva” del momento histórico, aunque sus autores no lo sepan. Para Jameson, la literatura de ciencia ficción, por ejemplo, no habla del futuro, sino de las ansiedades del presente y, al hacerlo, puede anticipar conflictos reales que aún no han estallado.
¿Anticipa “El Eternauta” un escenario post libertario o solo será una expresión de deseo de quienes estamos cansados de la valoración de la crueldad y el individualismo como valores dominantes? Vamos a analizar algunas escenas que transmiten estos valores de la importancia de lo colectivo sobre el individuo y las compararemos con otras obras de arte.
Bruno Stagnaro, director de ‘El Eternauta’, habló de la segunda temporada de la serie
En un fragmento de la serie dirigida por Bruno Stagnaro, el personaje Lucas Herbert, uno de los mejores amigos del protagonista Juan Salvo, le propone al “Tano” Favalli un plan arriesgado para comunicarse con los sobrevivientes de la misteriosa nevada mortal. Ante la negativa de su amigo, Lucas dice: “¿No aprendiste que no se trata de salvar el culo de uno solo?”.
En esta escena, los amigos discuten si correr un riesgo con los invasores para avisar al resto de la sociedad que se une a la resistencia o preservarse. En este caso, los personajes están atravesados por contradicciones, no son 100% solidarios. Son personas normales con sus miedos que se debaten entre tratar de salvarse a sí mismos y a sus familias o pensar en el conjunto.
La serie, que comienza con una nieve tóxica que cae del cielo hace pensar mucho en la pandemia. En ese momento en el que había que hacer cuarentena para cuidarse uno mismo, pero también para cuidar a los demás.
En otro ejemplo del mensaje principal de la serie, el Ejercito Argentino comunica a los sobrevivientes: “Un ataque sin precedentes ha sumergido nuestras calles en la oscuridad y el silencio. Pero no estamos derrotados: la resistencia está viva. No están solos. Juntos somos fuertes”.

Emocionante, ¿no? Esta serie no es solo la más vista de Argentina, sino que está segunda a nivel mundial, desplazando a tanques de la gran industria de Hollywood. En el guion también hay referencias a las Islas Malvinas, y me imagino que la mayoría de los habitantes de allí también la están viendo. ¿Qué imaginan que es Campo de Mayo, o el Ejército Argentino?
Mientras esto sucede, uno de los periodistas más cercanos al Gobierno, Alejandro Fantino, dijo: “El Eternauta es woke”. Lo afirmó luego de señalar que en las imágenes de adelanto de la serie aparece un cartel con la frase “Nadie se salva solo” y una comunicación a la ciudadanía que hace referencia al mismo mensaje. “Ya está, sello kuka”, agregó el conductor.
La invasión alienígena en “El Eternauta” muchas veces es interpretada como una agresión de una potencia extranjera imperialista. De hecho, en la continuación de la obra que Oesterheld hizo ya bajo la clandestinidad, los extraterrestres habían pactado con las principales potencias entregar Sudamérica.
Sin embargo, hay sectores que interpretan algo distinto. Observemos esta declaración bizarra de la esposa del expresidente chileno Sebastián Piñera, cuando fue la rebelión del país andino en el 2019. “Lo que viene es muy grave. Se supo que la estrategia es romper la cadena de abastecimiento de alimento, incluso el agua. Es como una invasión alienígena”, aseguró Cecilia Morel.
En este caso, la ex primera dama hizo una comparación de las protestas de ese momento, que fueron una especie de mayo de 1968 chileno. La idea es que parte de nosotros mismos somos extraños. Esa idea se repite tiempo: si hay inmanencia o trascendencia, y si eso que vemos afuera es algo que creamos nosotros mismos.
Volviendo al arte como adelanto de las tendencias sociales de la época, cuando se retornó a la democracia en 1983, hubo un conjunto de discusiones con los valores heredados de la etapa anterior. A los más jóvenes les contamos que, aunque hoy resulte inimaginable, en ese momento estaba prohibido el divorcio. Las personas tenían que seguir casadas, aunque no se quisieran más y la patria potestad sobre los hijos era solo de los varones. Si se producía un divorcio, solo el padre podía decidir qué hacer con los hijos. Esto, que parece del siglo XIX, pasó en los ochenta.
En esos años salió una película que desafió totalmente los valores de la época, “Camila” (1984). Este film hablaba de la relación amorosa de un cura y una joven y de las dificultades que por la condición religiosa del protagonista debían enfrentar. Obviamente, la Iglesia se oponía al divorcio, de la misma forma que luego se opuso al aborto. Vale mencionar que nuestros vecinos de Chile aprobaron el divorcio en 2004, como herencia de Pinochet. Fue uno de últimos dos países en permitir el proceso legal junto con San Marino
Un año después, en 1985, salió la Patria Potestad para las mujeres. Dos años más tarde, en 1987, se aprobó el divorcio. Siguiendo la misma línea de esta columna podemos entender que Camila anticipó en parte el avance del despertar democrático, en un sentido no solo político, sino también social y jurídico. Esto no tiene que ver sólo con la sensibilidad y genialidad de los artistas.
Múltiples obras de diferente tipo se producen y publican permanentemente, pero solo algunas llegan a tener la capilaridad social de “El Eternauta” o "Camila”, por ejemplo. Esto de ser vista y comentada por tanta cantidad de personas indica que esa obra está representando, entre muchas otras, el humor de época. La idea de días o semanas, son un elemento central de la discusión pública.
Tras el éxito de "El Eternauta", reactivan la búsqueda de los nietos de Héctor Oesterheld
En otros ejemplos de obras de arte anticipando escenarios políticos y económicos encontramos a “Canguro” de WOS. En este tema que salió apenas unas semanas antes de las PASO del 2019, el joven rapero actuó en su videoclip de político desinteresado por su pueblo y uno de sus versos más icónicos dice: “Cállenlo, sédenlo / Que haga lo que quiera, pero sáquenlo”. Esa sensación de que las políticas del macrismo no se aguantaban más se expresó con mucha contundencia en las PASO, a días de haber sido publicado ese hito que acumulaba cientos de miles y millones de reproducciones a cada día.
Durante el gobierno del Frente de Todos, la tónica no fueron las canciones con ese contenido político. Más bien todo lo contrario. La música urbana que estalló durante la pandemia exaltaba la ostentación del dinero y del individuo que actuaba sin reglas y hacía lo que quería. Inclusive personajes de orígenes populares, como el L-Gante, mostraban dinero y lujo en videos. Los artistas básicamente hablaban de su éxito y el valor de estar “pegado”. Es decir, de ser masivos y estar viviendo todo lo que habían soñado a sus veintipico. Puede ser que L-Gante y otros músicos de la escena urbana hubieran anticipado la cultura del dinero como lo más importante de Milei, incluso entre votantes de sectores bajos como los que representaban esos artistas en sus orígenes.
Es interesante que en la música popular de la juventud no son esas canciones las que están sonando ahora. Lali Espósito, que podríamos señalarla como la artista del momento para los jóvenes, es continuamente atacada por el Presidente habla desde otro ángulo. Sus canciones y videos no se sostienen sobre la ostentación de dinero, los grandes autos y el mero éxito individual. ¿Habrá alguna razón para que el gobierno libertario no tenga exponentes artísticos que representen sus ideas culturales, o no los tenga hoy? ¿No será que la llamada batalla cultural no estará tan ganada por el gobierno de Javier Milei?
Volviendo a la serie de Bruno Stagnaro, el actor Ariel Staltari, que interpreta el personaje de Omar, declaró: "Llega en un momento justo de deshumanización total a nivel global". “Qué bueno que llegue esto de que nadie se salva solo. Tal vez, si se inunda Bahía Blanca uno manda un paquete de arroz, pero nos falta esto”, agregó en un reportaje en el canal de streaming Olga.
Más allá de enviar donaciones a Bahía Blanca, el tema es cómo se vota. Las grandes decisiones se hacen en conjunto y no individualmente. Fundamentalmente, el acto más importante es cómo se vota y si se vota en relación con los valores que mencionó el actor. SI uno manda una bolsa de arroz a Bahía Blanca, pero luego vota ideas totalmente contrarias, está en un problema.
La historieta original se escribió a fines de 1956 luego de los bombardeos en Plaza de Mayo, la Revolución Libertadora —que resuena con lo libertario— y de la instauración del gobierno de facto de Pedro Eugenio Aramburu. En ese sentido, una nieve tóxica que cae del cielo y el surgimiento de una resistencia tienen una obvia lectura política. Recordemos que en esos años surgió la resistencia peronista, pero nos habla de distintos momentos en los que la historia no se repite, pero rima.

Tiempo después las hijas de Oesterheld se hicieron militantes de la organización armada Montoneros y su padre empezó a acercarse. Esto se reflejó en su obra y las siguientes ediciones de “El Eternauta" tuvieron una impronta cada vez más política. Entre 1976 y 1978, la última dictadura militar secuestró y desapareció al autor, a sus cuatro hijas —dos de ellas embarazadas— y a sus yernos. Todos militantes o cercanos a Montoneros.
De hecho, debido al éxito de la serie y dado que como decíamos sus hijas estaban embarazadas, los organismos de derechos humanos reactivaron la búsqueda de los nietos de Oesterheld. "¿Estás mirando El Eternauta? Si es así y naciste en noviembre de 1976 o entre noviembre de 1977 y enero de 1978 y tenés dudas sobre tu identidad o la de alguien que nació en esas fechas, contactate con Abuelas de Plaza de Mayo”, comunicó la fundación.
Por otro lado, el clima del individualismo y los valores de la extrema derecha con su connotado odio al diferente, al otro, no son solo una realidad argentina. En Estados Unidos y varios países de Europa, las fuerzas políticas emergentes son de extrema derecha o ya han conquistado el poder. En este sentido, es interesante ver que “El Eternauta" no es solo un éxito en nuestro país: es la segunda serie más vista a nivel mundial en la plataforma Netflix. Esto anticipa algo que ya no es un tema en Argentina, sino en todo el mundo.
En nuestros pases con Marcelo Longobardi nos preguntamos si los Papas son resultado de humor de época o, por el contrario, lo anticipan. En el caso de las obras de arte, ¿quien la produce ve el futuro o los receptores, al elegirlas entre tantas, reflejan sus deseos de lo que va a terminar sucediendo?
La serie del Eternauta difunde un mensaje muy positivo para nuestra sociedad y claramente no es parte de los valores imperantes. Esperemos que la idea de que nadie se salva solo y que tenemos que pensar colectivamente se vuelva preponderante a las ideas que se emiten desde el Gobierno que repite una narrativa de enfrentamiento y acusa de ser responsable de todos los males del país a “los colectivistas”.
Producción de texto e imágenes: Matías Rodríguez Ghrimoldi
TV/ff