Argentina era económicamente más importante que Brasil hasta los años 70, cuando Brasil logró desarrollar su industria en el ciclo llamado “milagro brasileño”, tras la mudanza de su capital de Río de Janeiro a Brasilia, integrando el interior del país, y con obras muy importantes de aquella dictadura militar, como Itaipú, la mayor represa de energía del mundo, o la ruta transamazónica.
Las dictaduras brasileñas, llamadas “dictablanda”, eran económicamente desarrollistas y proteccionistas, como lo es Donald Trump ahora, a diferencia de la última dictadura de Argentina, que era económicamente librecambista, como lo es Javier Milei.
Pero que Brasil haya superado a Argentina en la última mitad del siglo XX, pasando de ser una economía de tamaño comparable o menor, a ser cuatro veces mayor, está asociado a la posición estratégica que Brasil adoptó en la Segunda Guerra Mundial, colocándose como aliada de Estados Unidos. Esto, mientras que Argentina se mantuvo neutral por entonces, con las sospechas de haber sido simpatizante de la Alemania nazi.
La Segunda Guerra Mundia atravesó a América Latina en múltiples frentes, lejos de ser un actor pasivo. Brasil fue el único país de la región que envió tropas a Europa tras romper su neutralidad en 1942. Más de 25.000 soldados brasileños lucharon en Italia, y sus bases aéreas fueron claves para los Aliados. Sin embargo, el régimen de Getúlio Vargas mantuvo simpatías con el fascismo durante años.
Por su parte, Argentina se mantuvo neutral hasta 1945. Aunque no envió tropas oficiales, miles de voluntarios argentinos participaron del lado aliado. Tras el conflicto, el país se convirtió en refugio de criminales nazis e inmigrantes europeos, incluidos judíos. Terminada la guerra, los Estados Unidos eligieron a Brasil para que sus multinacionales instalaran sus fábricas para toda Sudamérica. Por entonces, la industria argentina era mucho mayor que la del país limítrofe.
Siete décadas después, en esta columna de Modo Fontevecchia, por Net TV, Radio Perfil (AM 1190) y Radio JAI (FM 96.3) nos preguntamos qué pasará si se vuelve a dar la situación inversa. ¿Es un error que la Argentina de Milei se alinee con Estados Unidos cuando el Brasil de Lula elige el multilateralismo, mirando a Asia además de Occidente?
Así como Argentina equivocó su alianza en la Segunda Guerra Mundial, cuando Estados Unidos emergió como la potencia mundial hegemónica y Brasil acertó, ¿estará nuevamente ahora Argentina errando al elegir a Estados Unidos cuando ya no es la potencia económicamente hegemónica, aunque es una de las más importantes, pero ya no la única? ¿Brasil está acertando nuevamente al mirar a Asia? Una X entre las políticas internacionales entre Argentina y Brasil, al fin de la Segunda Guerra Mundial, cuando se establece el orden de Bretton Woods, y hoy, cuando ese orden está siendo destruido.
El ataque de Trump a Brasil con los aranceles y la intervención sobre la justicia brasileña, quitándole la Visa a los jueces de lo que sería el equivalente en la Argentina a la Corte Suprema por juzgar a Jair Bolsonaro, hicieron que Lula, que venía perdiendo popularidad, la empiece a recuperar. Incluso los gobernadores de derecha, como el de San Pablo –a quien se lo considera el contendiente de Lula en las próximas elecciones–, tuvieron que salir a apoyarlo, y las encuestas muestran una recuperación del centro y el progresismo en Brasil.
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Lo mismo sucedió en Canadá, cuando el presidente estadounidense comenzó a castigar económicamente a su vecino y los políticos canadienses más anti-Trump comenzaron a subir en la preferencia de su población. El “efecto Trump” en las elecciones canadienses de este año provocaron que el Partido Conservador se desplomara un 25%. El espacio que lideró las encuestas hasta que Trump profundizó la narrativa de hablar de Canadá como el estado 51. Esto provocó una ola nacionalista interna que aprovechó la oposición progresista.
¿Las declaraciones nada diplomáticas del embajador designado de los Estados Unidos, Peter Lamelas, generarán una corriente antinorteamericana en la sociedad argentina, llevando a quienes son de centro a posiciones más progresistas al sentir herido el orgullo nacional?
Este martes, el nuevo embajador designado dijo: "Hay 23 provincias y cada una tiene su propio gobierno. Y su propio gobierno puede negociar con fuerzas externas con los chinos u otros para que hagan proyectos en esa provincia en particular. Y eso puede contribuir a la corrupción por parte de los chinos. Mi función sería colaborar con los gobernadores, no solo con el presidente Milei.
“Yo quiero tener diálogo no solo con el Presidente, Gerardo Werthein, Luis Caputo o Santiago Caputo y todos los miembros del gobierno de Milei. Pero mi papel también es salir al campo y asegurarme de que erradiquemos la corrupción y apoyar a Milei y al gobierno en todos sus esfuerzos para llegar al fondo del atentado de la AMIA y asegurarme de que Cristina Fernández de Kirchner reciba la justicia que bien merece”, dijo ante el Comité de Relaciones Exteriores del Senado estadounidense.

Si el futuro embajador dijo lo que dijo antes de asumir, ¿qué cantidad de declaraciones o actos que se perciban como una intromisión inaceptable podrá realizar cuando esté todo el tiempo viviendo en Argentina y sus declaraciones pasen a ser habituales? El peronismo lógicamente salió a responder a Lamelas y a polarizar con sus declaraciones. ¿Tendrá esto un efecto electoral?
“Ayer escuchábamos con sorpresa al que Trump tiene designado como futuro embajador, un tal señor Lamelas, que decía que iba a venir a las provincias para indicarnos qué políticas hacer ¿Se creé que todos lamemos botas como Milei? En la provincia de Buenos Aires hay un gobierno que va a defender a la patria con una boleta que dice “Fuerza Patria”, declaró el gobernador bonaerense Axel Kicillof.
Además, el bloque de Unión por la Patria en el Congreso presentó un proyecto de ley para declarar a Lamelas “persona non grata” en Argentina. Uno de sus impulsores, el diputado Juan Marino, fundamentó este planteo y dijo: “Sus declaraciones injerencistas son incompatibles con la función diplomática de un embajador”.
Sumado a eso, Trump es el único presidente en más de un siglo que vuelve a asumir la presidencia después de no haber podido ser reelecto. Por tanto, a los dos años de asumir se le acaba el poder. Esto explica también su hiperactividad y la denominada “ansiedad abortiva" que lo lleva también a cometer errores no forzados.
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Además, puede que Trump pase a ser un “pato rengo” cuando ya no pueda ser electo y comience la última mitad de su mandato después de las elecciones de medio término el año próximo. ¿Habrá una decadencia del poder de Trump dentro de su propio país o, peor aún, un rechazo generalizado a sus excentricidades si no produjeran beneficios económicos a su población? ¿Ser amigo de Trump será una ventaja o una desventaja?
Paralelamente, el republicano envía a la Argentina como embajador a Peter Lamelas. Es un médico millonario de Florida que fundó MD Now, la mayor red de clínicas de atención rápida del estado, y luego la vendió. Ya retirado, se convirtió en un donante clave del Partido Republicano. En 2024, aportó más de 500 mil dólares a las campañas de Trump, pero sin ninguna experiencia diplomática ni política.

Estados Unidos envió en el pasado a varios embajadores políticos que habían sido gobernadores o senadores de estados del sur norteamericano, como Arizona o Texas, regiones con alta población de latinos. En este caso, envía directamente a un exiliado cubano que dejó Cuba a los 4 años junto a sus padres, y sin experiencia en administración pública, como lo demuestran sus primeras declaraciones generando antipatía.
Además, Lamelas exhibe una estética y apellido resonante. El bigote que ha perdido protagonismo histórico cuando era un símbolo prominente de estatus social y virilidad, particularmente entre la nobleza y figuras de poder y su apellido también resonante en español que solo con un acento en su primera sílaba sería el imperativo de lamer, de allí que "lame botas" será una referencia constante entre sus críticos, que parece serán muchos cuando llegue al Argentina si, como todo indica, el Senado de su país lo aprueba.
En síntesis, como Plutarco escribió Vidas paralelas de Grecia y Roma, las vidas paralelas de Argentina y Brasil son un espejo mutuo donde reflejarse y probar cuán buenas o malas son las grandes decisiones de política exterior y económica que adoptaron estratégicamente cada país y cómo influyeron en su desarrollo.
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