Avergonzado por la invasión de Ucrania, un diplomático ruso renunció ayer a su cargo en desacuerdo con la decisión de Vladimir Putin de atacar al país vecino.
Boris Bondarev, identificado como consejero en la misión permanente de Rusia ante la ONU, trabajaba en el control de armas de la legación de su país en Ginebra.
“Fui a la misión como cualquier otro lunes por la mañana, presenté mi carta de dimisión y me marché”, explicó, convencido de que no podía seguir compartiendo “esta ignominia sangrienta, ingeniosa y absolutamente innecesaria”.
"Ataque a Kiev con mensaje a la ONU"
Ucrania había instado a los diplomáticos rusos a dimitir en un debate del Consejo de Derechos Humanos de la ONU en marzo. Bondarev, diplomático de carrera, lamentó su partida. En el Ministerio de Exteriores de Rusia le habían pedido que mantuviera “la boca cerrada para evitar ramificaciones”.
CB PAR