Luego del fracaso del PRO en las elecciones legislativas de la Ciudad de Buenos Aires, el analista Pablo Touzón observó que el desdoblamiento de los comicios bonaerenses podría favorecer al peronismo “para ganar en algún lado y evitar el destino de Mauricio Macri”. “Que tanto Massa como Cristina sean candidatos en septiembre en vez de octubre explicitaría esa ausencia de proyecto nacional”, agregó en Modo Fontevecchia, por Net TV, Radio Perfil (AM 1190) y Radio JAI (FM 96.3).
Pablo Touzón es periodista, licenciado en Ciencias Políticas de la Universidad de Buenos Aires y analista. Es fundador y editor de la revista digital Panamá. Cursó estudios internacionales en la Universidad Di Tella. Es coautor, junto a Martín Rodríguez, de los libros “La grieta desnuda”. “Macrismo y su época” y “¿Y qué hacemos con Menem?”. Codirige, junto a Federico Zapata, la consultora especializada en opinión pública y comunicación política Escenarios AR.
Después de las elecciones en CABA: cuándo se vota en la provincia de Buenos Aires
¿Qué escenario imaginás para las elecciones de septiembre y octubre? Tanto para las provinciales como las nacionales.
Me imagino que todavía puede haber sorpresas. Porque, si uno lo piensa, el escenario está hecho para intervenir, para inventar algo nuevo desde el punto de vista opositor. Hoy, lo que uno puede prever sobre lo que está, una vez derrotado Macri, que era una de las alas de las viejas coaliciones, es que el peronismo va a tratar de evitar que le pase lo que le pasó a Macri. El peronismo va a tratar de evitar poner la cabeza para que se la hachen, pero al mismo tiempo buscar una zona. Yo creo que el desdoblamiento puede servirle, paradojalmente, a Cristina Kirchner para ganar en algún lado y evitar el destino de Macri.
Que tanto Massa como Cristina sean candidatos en septiembre en vez de octubre, desertando la nacional, explicitaría esa ausencia de proyecto nacional, lo cual no es menor. En un punto, sería parecido a lo de Macri, en términos de que implica un repliegue sobre el terruño y tratar de abrochar la fortaleza. Maquiavelo decía que la fortaleza es un problema. Uno piensa que son muy sólidas, pero cuando le entran, se terminó todo. Porque, efectivamente, uno no se expandió más. Pero al mismo tiempo, se evitaría el enfrentamiento final en primera persona con un candidato libertario en este contexto.
Entonces, yo creo que va a haber unos movimientos ahí. En un punto, la candidatura de Santoro, de haber sido exitosa, hubiese dado mucho más margen a Axel Kicillof para su propia autonomía. Había como una especie de proyecto mancomunado, por más que no fuese explícito, y una idea ahí de reforma dentro del sistema, dentro del kirchnerismo, llamémoslo así. Como salió como salió, creo que lo deja incluso con menos margen. Entonces, todo lo que cristaliza ese escenario es que es tan previsible que algo del orden de lo imprevisible podría suceder.
Hay quienes dicen que, al desdoblar, dado que la sociedad no quiere votar más veces, esto afecta a los oficialismos. Termina siendo negativo, como fue para el oficialismo porteño, y que podría serlo para el oficialismo bonaerense. Pero personas que conocen bien la provincia de Buenos Aires me dicen que todos los intendentes quieren que se desdoble, porque en una local los intendentes movilizan y llevan a los votantes. ¿Vos pensás que el desdoblamiento, que no le funcionó estratégicamente al oficialismo en CABA, sí le va a funcionar en la provincia?
Definamos si "funcionar" es mejorar tus posibilidades de votos. Supongamos que todo el aparato del peronismo y sus figuras centrales, como Cristina y Massa, se pasen a la territorial. Los intendentes, claramente, son los que más hacían el scrum sobre Kicillof para desdoblar, para evitarse octubre ellos, y para poder revalidar sus títulos con la movilización de su propio aparato, de su propia fuerza política en el terruño.

Al principio esto era una movida de los intendentes y, eventualmente, de Kicillof. Pero ¿qué pasa si sobre eso se suma Cristina y todo el peronismo bonaerense pasa en septiembre? Por un lado, decís que por ahí se evitan una derrota en octubre. Pero al mismo tiempo, casi que la garantizan en octubre. Es como la manta corta. ¿Quién iría de candidato en octubre en ese caso? Esa es la pregunta. Por eso te digo que hay que definir “ganar”. Porque el aparato bonaerense repliega sobre sí mismo y se evita una derrota en octubre, pero al mismo tiempo casi que garantiza una derrota en octubre. Porque, salvo que inventen algo para ese momento, es difícil pensar quién podría ser.
Por lo que entiendo, el objetivo sería otro. Es decir, ganar en septiembre con la movilización de los intendentes y ganar o competir en octubre con Cristina y Massa de candidatos. No Cristina ahora en las legislativas provinciales, sino en las nacionales.
Sí, hay versiones encontradas al respecto. Porque eso también puede precipitar todo. Donde va Cristina, precipita una polarización.
Permitime reformular la pregunta para ir al grano. Saquemos a Cristina. ¿Hay una ventaja en desdoblar las elecciones para que los intendentes movilicen a su gente y eso aumente el porcentaje de votos del peronismo, dado que la mayoría de los intendentes son peronistas?
Sí. La respuesta es sí.
A iguales condiciones de temperatura y presión: lo que no sirve en la ciudad, sirve en la provincia.
Sí. Dicho esto, los aparatos no son lo que eran y las movilizaciones no son lo que eran. Como quien agarra una cerveza y le saca la espuma, es sí, pero en unas condiciones de época donde no está claro qué va a suceder. En principio, con el desdoblamiento y la confusión que eso implica una elección que está muy pegada, para la desmovilización que uno puede imaginar de ir a votar algo así, pesan más los aparatos. Pero es un momento de crisis de los partidos, de los aparatos, de los territorios. Entonces, hay que relativizarlo un poco.
Podría ser que La Libertad Avanza encuentre, junto con el PRO, algunos candidatos fuertes en alguno de estos distritos y con el sello igual de pelea. Y sobre todo puede pasar que, en un acuerdo entre Kicillof y Cristina, quede gente fuera. Incluso dentro del mismo peronismo. Son pocos, pero existen. Desde el partido de San Miguel o desde el mismo Tigre con Julio Zamora. Hay un montón de distritos que, en un eventual acuerdo así, muy cerrado con Cristina, no son contenidos dentro de ese espectro en septiembre.
Elizabeth Peger: En este caso, al ser elecciones tan juntas —la provincial del 7 de septiembre y la nacional del 26 de octubre—, ¿tiene un impacto importante el resultado electoral de la primera sobre la segunda?
Sí. De hecho, se suele decir que el sur de la Ciudad de Buenos Aires vota parecido al primer cordón del Conurbano. En este caso ganó La Libertad Avanza, desplazó al PRO, y tuvo buenos resultados en muchos de los barrios populares de la Ciudad.
EP: La Libertad Avanza solo ganó en Villa Riachuelo.
Sí, pero tuvo buen resultado.
EP: Sí, pero Santoro ganó en todos los distritos del sur de la Ciudad. Y también fueron los distritos que registraron mayor ausentismo.
Sí, probablemente. Creo que en 2023 se produjo el fenómeno de la introducción de La Libertad Avanza en el tradicional voto peronista no kirchnerista del sur de la Ciudad de Buenos Aires, que tendía a ser del PRO. Era el “ritondismo”, y eso se pasó a La Libertad Avanza. No es que el kirchnerismo se pasó a La Libertad Avanza, sino que esa parte sí.
Entonces, uno podía pensar que el hecho de que Milei le caminó el voto un poco a la clase alta y a la clase baja, que lo volvimos a ver en la Ciudad, puede suceder otra vez en la provincia de Buenos Aires. En el sentido de que no solamente se quede Milei con el voto tradicional del PRO, sino que también, como vimos en 2023, con algún voto del peronismo. Incluso mediando el aparato, que es un poco lo que sucedió, incluso habiendo perdido.
Creo que el impacto de la elección porteña sobre lo que sigue es bastante importante, a pesar de que sea una elección de concejales. Porque efectivamente setea las expectativas de los demás, sobre todo en el peronismo. Van a ir hacia una unidad muy probablemente, y eso le deja poco margen al experimento autonómico de Kicillof.
Claudio Mardones: Hay una foto ahora del 18 de mayo: bajísima participación, 53%. Pero queda otro round todavía en la Ciudad de Buenos Aires, que es el nacional del 26 de octubre. Ahora, en el caso del PRO, ¿qué puede corregir para poder revertir esa pendiente declinante que, si se repite con los datos que sucedieron el domingo, sería una derrota más estrepitosa aún? ¿Cuáles te parece que son las principales fallas?
Es muy complicado. Además, lo que sucedió con esta movida encabezada por Mauricio Macri y Lospennato es que deja en peores condiciones en las negociaciones que podrían tener tanto el gobierno de la Ciudad y Jorge Macri como todo el resto del PRO en el país. Si Lospennato sacó el 15% en la Ciudad, ¿en Provincia cuánto es? Eso implica que no le va a quedar otra más que tratar de negociar. Yo no sé si ellos quieren negociar. Es lo mismo que pasaba con Mauricio y pasa ahora con Jorge Macri.
Uno se pregunta si tienen margen para un experimento autónomo, para volver a tirar el PRO a la cancha en una elección en octubre, cuando probablemente quizás la candidata sea Patricia Bullrich. La respuesta es que no, porque podrían salir cuartos. Entonces, eso es problemático. Yo creo que el mundo libertario va a ir a tratar de blindar esto de la Ciudad, sobre todo teniendo la perspectiva de que, si ganaron ahora y ganan en octubre, y con la debilidad estructural que tiene no solo el PRO sino la gestión de Jorge Macri, a lo mejor ven una especie de camino hacia la jefatura de Gobierno.

Por primera vez en muchos años, la Ciudad, con su estructura, su territorio, su dinero, sus recursos y su vida, está de verdad en disputa. Está abierta. No es una especie de simulación bajo una hegemonía PRO. La hegemonía PRO se rompió. Entonces hay incentivos para hacerla en serio, en vez de que sea una especie de este juego que estamos acostumbrados de oposición-oficialismo en la ciudad hace 15 o 20 años. Quizás esta vez es de verdad. Con lo cual, se hace más competitivo.
Uno dice que el PRO está obligado a buscar un acuerdo en la Provincia, y también está obligado a buscar un acuerdo en la Ciudad, y no sé si en la Ciudad se lo querrán dar. La verdad es que el ángulo es muy difícil, porque debería reconstruirse a partir de una super gestión que implica también una especie de “rebrandeo” del mismo Gobierno de la Ciudad, y tampoco sé si hay tiempo hasta octubre para eso, incluso en el mejor de los casos, que lo hiciesen de verdad. Entonces, el escenario es muy complicado.
Después, La Cámpora tiene siempre esas candidaturas que parecen que están blindadas contra la erosión del tiempo, el espacio y el contexto, que sería la de Mariano Recalde de senador. Pueden pasar 50 años, y puede salir igual. Además, hay un gran vacío sobre qué podría ser el candidato hoy y qué podría expresar un candidato hoy del kirchnerismo capital. Se podría pensar que tiene que ser más tipo Santoro, pero Santoro no salió. Entonces, ¿por dónde vamos? ¿Vamos por los streaming, vamos por acá, vamos por allá? Y con lo que implica siempre una candidatura de La Cámpora en la Ciudad, que no es lo más popular del mundo.
Alejandro Gomel: ¿Cuál es tu reflexión acerca de la cantidad de gente que va a votar? ¿Hay una reconfiguración de la valoración de la democracia? ¿Tenés una visión poco apocalíptica en cuanto a que la gente está totalmente desinteresada?
Te voy a decir una cosa de anticonsultor, que no es tan científica pero que es empírica, que es lo que todos pudimos percibir la semana antes, o mismo fin de semana, con amigos. Nadie estaba muy entusiasmado con ir a votar ni a favor ni en contra. Nadie se volvía loco por ir a la urna. Incluso gente muy politizada. Si ya es así en la primera milla de politizados, no me imagino el resto.
Yo creo que tiene varias explicaciones. Una es el tema de que sea una elección porteña de legisladores, que no es para nada ejecutivo, que en general baja. Y que, encima, parecía una especie de azules y colorados del PRO con La Libertad Avanza. Parecía medirse una especie de despliegue de la política mucho más que una necesidad de la sociedad. Entonces, la sociedad fue y votó más o menos lo mismo que lo que vimos que votó, pero sabiéndose como participante de una batalla ajena. La batalla entre la paritaria abierta de la derecha argentina. Yo creo que ese clima, de hecho, desfavoreció un poco a Santoro.
Elecciones en CABA 2025: cuántos votos ganó y perdió cada partido en comparación con 2023
Después, efectivamente, no creo que le moleste mucho al Gobierno y al mundo libertario en general esto que sucedió. No solamente dicen que cuando va poca gente pesan los aparatos, sino también cuando va poca gente pesan los intentos. Entonces, uno podría hablar que la mayoría silenciosa, por hablar de un concepto sobre trillado, que por ahí no le veía mucho el sentido.
Es un poco también lo que hace esta época, ¿no? La cancha está tan sucia, con caos y videos, que al final casi que no dan ganas de abrir Twitter o de participar. Producen un efecto rechazo, que da la idea de que es un partido demasiado intenso como para participar. Esa apatía o esa desmovilización favorece siempre al que está en el Gobierno, un poco lo blinda más en ese sentido. Además, es un espacio público ya un poco colapsado, en términos de lo que uno ve de insultos. Todo eso no genera mucho entusiasmo.
Finalmente, está la ausencia de una oposición nueva. Uno dice: “¿Cuál es la novedad ahora? ¿Qué tengo que ver? ¿Un rebranding permanente de lo mismo que ya estaba?”. O sea, una versión ajada del PRO, como si fuese lo que supo ser el aspiracional fuerte que tenía ese partido. Ni siquiera es muy verosímil la idea del republicano, porque, tampoco Macri es Leandro Alem. No había ahí una frontera republicana seria contra el tema de Milei. Parecería que estaban negociando algo en vivo al día de hoy.
Después, del otro lado, hay un kirchnerismo que plantea su mejor versión, pero sigue siendo un poco parte de lo que constituyó al Frente de Todos. Entonces, tampoco es que había grandísimas novedades como para que uno apoye ese punto. Y pasó en las otras elecciones, que tal vez con menos contundencia que en la Ciudad, pero las que vimos hasta ahora también hubo menor participación. Y yo creo que en la de septiembre también va a pasar lo mismo. Tal vez la de octubre es un poco distinta. No lo sabemos. Pero creo que es una tendencia general de este año.
TV