Después de la reelección del presidente Emmanuel Macron, la izquierda y los sindicatos mostraron las uñas en vísperas de las legislativas de junio en Francia.
Fue en los actos de este 1 de mayo, Día del Trabajador, en varias ciudades que, como otros años, se vieron empañados por disturbios atribuidos a pequeños grupos de radicales encapuchados. Rompieron e incendiaron mobiliario urbano, restaurantes de comida rápida y sucursales bancarias. La policía lanzó gases lacrimógenos.
El líder de la Francia Insumisa, Jean-Luc Mélenchon, que a punto estuvo de pasar a la segunda vuelta en las presidenciales, culpó al gobierno de Macron de ser incapaz de evitar los disturbios.
A cinco semanas de las legislativas, Mélenchon instó al acuerdo de las fuerzas de izquierda, pero chocó con las discrepancias de fondo sobre la Unión Europea y la reforma de pensiones con el Partido Socialista, que consiguió un magro 1,7% en las elecciones, y el Partido Comunista. No así con los ecologistas, cuyo caudal electoral fue del 4,7%.
CB PAR
