Pasaron las elecciones presidenciales de Francia. Quedan a la vuelta de la esquina las legislativas, previstas para el 12 de junio. El partido de Emmanuel Macron, La República En Marcha, y dos partidos centristas aliados, podrían conseguir entre 328 y 368 de las 577 bancas de la Asamblea Nacional, según las primeras estimaciones de BFM TV, la cadena francesa de información audiovisual.
Esa mayoría de diputados, sólida o absoluta, sería semejante a la actual, de 356, y le permitiría a Macron gobernar con decretos, sin debate parlamentario, como establece la Constitución.
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La Agrupación Nacional de Marine Le Pen, rival de Macron en las presidenciales, podría obtener entre 75 y 105 diputados. Una suba fenomenal de la ultraderecha en ese ámbito, donde hoy ocupa apenas ocho bancas.
En el otro extremo, según el sondeo, la Francia Insumisa de Jean-Luc Mélenchon se perfila como el principal partido de izquierda: podría pasar de 17 a 25 o 45 diputados.
Mélenchon pide la unión de la izquierda, rechazada por el alicaído Partido Socialista, cuyo caudal de 28 diputados podría caer a 20 o, en el mejor de los casos, subir a 40. También se opone Europa Ecología Los Verdes, que perdería varios diputados.
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De confirmarse estas proyecciones, muy preliminares, por cierto, el país de Macron, Le Pen y Mélenchon dejaría de tener el paisaje político tradicional y quedaría dividido en tres bloques políticos, sociales y culturales incompatibles.
Francia es una república semipresidencial y el presidente designa al Primer Ministro, que debe ser aprobado por la Asamblea Nacional. Si el partido del Presidente no tiene mayoría, el canciller puede pertenecer a la oposición. La última vez que eso ocurrió fue durante el gobierno de Jacques Chirac, que cohabitó entre 1997 y 2002 con el Primer Ministro socialista Lionel Jospin. Y aún falta para las elecciones: 46 días.
AVS PAR