“No es un juez con el que la gente pueda sentir empatía”, dijo la corresponsal en Brasil Eleonora Gosman en Modo Fontevecchia, por Net TV, Radio Perfil (AM 1190) y Radio JAI (FM 96.3). Riguroso hasta la obsesión, enfrentado con Jair Bolsonaro y convertido en objetivo directo durante el intento de golpe de Estado del 8 de enero de 2023, el juez de la Corte Suprema brasileña Alexandre de Moraes “es alguien dispuesto a cumplir a rajatabla la Constitución, contra sus enemigos”, adviertió la periodista, que también reconoció: “A mí no me gusta. Es un personaje que realmente te produce miedo”.
Eleonora Gosman es periodista. Se desempeña como corresponsal en Brasil desde 1996. Es la argentina que mejor conoce ese país: lo recorrió a lo largo y a lo ancho, y cubrió desde entonces todas las elecciones presidenciales. Entrevistó en exclusiva a cuatro jefes de Estado de ese país, con la excepción de Jair Bolsonaro. Es autora también del sitio Brasil 7 días. Escribe en numerosos medios, y entre ellos en Perfil.
El expresidente Bolsonaro cumple prisión domiciliaria en condiciones muy estrictas, con tobillera electrónica, y lo más importante: sin celulares, sin poder usar redes sociales. ¿Qué se percibe en la calle? ¿Es relevante esto para el grueso del pueblo brasileño o pasa desapercibido? ¿Los alegra? ¿Los polariza? ¿Los deja indiferentes?
El tema hoy tiene dos asuntos. Uno es la suerte de rebelión, por no llamarlo de otra manera, que hubo ayer en el Congreso, tanto en la Cámara de Diputados como en el Senado Federal. Pero el otro es que hoy entran en vigencia los aranceles del 50% en Brasil. Esos aranceles, según los propios brasileños, son los más altos del mundo. Parece que el arreglo con otros países que sufrieron esta política arancelaria, de impuestos a las importaciones, dispuesta por Trump en este caso perjudica especialmente a Brasil.
En ambos casos, las razones son políticas. O sea, la rebelión en el Congreso y la aplicación de los aranceles son políticas. Tienen como contexto no tanto la prisión domiciliaria decretada ahora, sino que esto venía de antes. La base era: “Bolsonaro es perseguido políticamente”, y este hecho no hace más que acentuar eso. ¿Por qué digo eso? Porque en realidad Bolsonaro todavía no tiene condena. Entonces, normalmente, hasta la condena, nadie debería recibir prisión domiciliaria. Teóricamente, nadie la recibiría, a menos que se sepa que el individuo intente escaparse hacia otros países. En realidad, es un exceso. Esto es lo que dicen los juristas. Y, mal que me pese, me parece que en ese sentido tienen razón. Ahora, esto desde luego ha creado una situación compleja en Brasil, porque tiene repercusiones económicas muy fuertes.
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La prisión preventiva existe en los procesos. De hecho, aquí en la Argentina, vos recordarás, en la época de Macri se la llevó a un clímax, con la doctrina Irurzun, en la que mientras eran juzgados, la mayoría de los procesados tenía prisión preventiva.
Este es un expresidente.
Ahora, ¿se asocia automáticamente una cosa con la otra? O sea, que porque Bolsonaro está preso, Brasil tiene 50% de aranceles...
No, no es que se asocien una con la otra, sino que la asocian los americanos.
Pero digo: ¿la sociedad brasileña lo toma a favor o en contra de Bolsonaro?
No, en contra de Bolsonaro, claramente. Porque ve tanto a Eduardo Bolsonaro, el hijo, que está viviendo en Estados Unidos, como al propio Jair Bolsonaro. Les ponen la culpa a ellos, porque realmente la culpa es de ellos en el sentido en que fueron a Estados Unidos a tramitar todos los castigos a los que hoy está sometido Brasil.
Entre ellos también figura la situación de los ministros de la Corte Suprema. ¿Qué hizo Estados Unidos en relación a esto? Primero, les impide entrar en territorio estadounidense: no les concede la visa a los ministros de la Corte Suprema brasileña. Pero además, les aplica una ley que impide que, si estos jueces tienen cuentas en el exterior, o en Estados Unidos más precisamente, no puedan operar esas cuentas. Les impiden el manejo de sus propias cuentas. Es bastante grave eso. Eso por un lado. Y por el otro, el hecho de que el 35% de las exportaciones que Brasil tiene hacia Estados Unidos se van a ver perjudicadas. No es poco: 35%. Yo te diría que es más de un tercio.
¿La mayoría de la población termina responsabilizando a Bolsonaro y, de alguna manera, potenciando a Lula? Ahora, al mismo tiempo, muchos empresarios están muy enojados con Lula, y hay una especie de rebelión contra el gobierno por este encarecimiento. ¿Es correcto?
Yo te diría lo siguiente. Trump favoreció a Lula, no a Bolsonaro. Porque Lula, justamente, a partir de la defensa de la soberanía del país, etcétera, etcétera, o sea, no olvidemos que esto fue tramado por un presidente extranjero, que es el de Estados Unidos. La gente lo vio muy bien, y eso favoreció a Lula en el sentido de ganar prestigio.
Respecto a lo que vos decís: no es que el empresariado lo está cuestionando por eso. Lo que el empresariado pide es que el gobierno negocie. Ahora, eso no solo depende del gobierno: también depende de Trump. La famosa llamada que Trump dice que Lula le puede hacer en cualquier momento. Bueno, hay que ver si realmente la puede hacer. Eso se tramita a nivel diplomático, no es una cuestión que se dé a través de la prensa.
En este momento no me juego por ningún lado, pero es evidente que esto ha complicado el accionar de Lula. Con una diferencia, mirá qué interesante: Lula va a lanzar hoy un plan de ayuda a las empresas exportadoras a Estados Unidos, que sufren el 50% de arancel. Hay que recordar que hay 700 sectores y empresas que no han sufrido este 50%, porque a Estados Unidos no le convenía. No por buenos, sino porque no le convenía.
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Claudio Mardones: Hoy es un día muy importante en la política brasileña, especialmente porque comienza otra relación con los Estados Unidos. Pero, ¿cuál es la relación que se viene con Javier Milei en esta etapa, después de lo que fue ese frío encuentro entre ambos en la última cumbre de presidentes del Mercosur, con el cambio de la presidencia pro témpore? ¿Cuál es tu perspectiva sobre este contexto?
Por lo que sigo de la Argentina y por lo que veo en la relación con Lula de Javier Milei, no hay lo que se dice una empatía. No la hubo nunca, y no la va a haber. Eso lo podés dar por descontado. Es cierto que algunos empresarios argentinos soñaban con la posibilidad de poder sustituir a Brasil en las exportaciones a Estados Unidos. Pero hay un pequeño problema: lo que exporta la Argentina, justamente, fue lo que el gobierno de Estados Unidos eximió de impuestos a la importación con respecto a Brasil. Son aquellos famosos 700 productos que están fuera del arancel.
Me gustaría una pintura tuya para la audiencia del juez De Moraes. El subsecretario de Estado norteamericano, Brian A. Nichols, dijo que era "orwelliano". Es el juez que, al mismo tiempo, se pelea con Elon Musk. ¿Es una figura querida en este momento en Brasil? Recuerdo que me decían que en Brasil se sabía más el nombre de los 11 miembros del Supremo Tribunal que de los jugadores de la selección. ¿Es presidenciable?
Mirá, no sé si puede tener un futuro presidencial, y te digo por qué: porque para la presidencia necesitás ser político. Y no me da la impresión de que el juez De Moraes cumpla con las condiciones políticas. No es un juez con el que la gente pueda sentir empatía. Es un juez muy riguroso, y que tiene además contra Bolsonaro y la familia Bolsonaro, un encono especial.
¿Por qué tiene tanto encono? Hay una cosa cierta. Se descubrió que, en el intento de golpe de Estado del 8 de enero de 2023, cuando Lula llevaba apenas ocho días de gobierno, aquel domingo donde hubo una manifestación en Brasilia que destruyó los tres palacios que representan el poder. En ese plan golpista de Bolsonaro y de algunos sectores militares, se preveía la muerte de De Moraes, como también la de Lula y la de Alckmin, que es el vicepresidente de Lula. Entonces, no fue un detalle. En ese sentido, incluso públicamente Bolsonaro llegó a decir, cuando era presidente, que a De Moraes lo iban a llevar arrastrado por un tanque. Vos fijate.
¿Por qué ese encono previo? ¿Por qué De Moraes genera esa reacción en Bolsonaro y los bolsonaristas?
Porque lo juzga. Porque él es el responsable de juzgarlo.
De los 11 miembros del tribunal, varios incluso fueron nombrados por Bolsonaro. ¿Cuál es la diferencia de De Moraes con el resto? Que él solo no puede condenar. Tiene que haber seis votos a favor de lo que él propone, para que se imponga una condena.
La historia es la siguiente: De Moraes fue quien inició el proceso contra Bolsonaro, a partir de la información que iba obteniendo de la investigación realizada por la Policía Federal. En Brasil, la investigación la realiza la Policía Federal; la continúa la Fiscalía General de Brasil; y, finalmente, con un dictamen de la fiscalía, es encarada por el juez. En este caso, De Moraes. Por esto mismo que te estoy mencionando: porque figuró, objetivamente, no subjetivamente, el nombre de De Moraes como una víctima.
Ahora, al mismo tiempo, también es el juez que obligó a Elon Musk, a Twitter, a X, a dar marcha atrás. O sea, no es solamente con Bolsonaro el tema. Pareciera ser un juez muy estricto respecto de las leyes brasileñas y de hacerlas cumplir.
Exacto, es así. La historia de él es compleja. Porque él no estuvo a favor de Lula cuando Lula fue preso. O sea, no podemos hablar de un favoritismo hacia Lula, porque no existió. Para serte 100% sincera, a mí no me gusta. Es un personaje que realmente te produce miedo. Porque te puede caer en cualquier momento con la vara de la Constitución y de las leyes brasileñas. Entonces, es alguien dispuesto a cumplir a rajatabla la Constitución, contra sus enemigos. En este caso, los enemigos están perfectamente individualizados: es Bolsonaro, y también los bolsonaristas, no solo Bolsonaro.
Entonces, el bolsonarismo ha intentado desprestigiarlo. Hay una serie de cuestiones que estuvieron en el medio de todo esto. Uno tiene que entender que, si fueras juez y te pasa lo que le ha pasado a él, creo que usarías todas las herramientas que te da la Constitución. Ahora, de todos modos, es criticado por el hecho de haber dispuesto la prisión preventiva de Bolsonaro, siendo que Bolsonaro ya tenía puesta la tobillera electrónica. Lo critican porque dicen que es un exceso.
RM