El actual director del Laboratorio Interdisciplinario para Ciencias Sociales Computacionales (iLCSS), Ernesto Calvo, afirmó en el programa Modo Fontevecchia, por Net TV, Radio Perfil (AM 1190): “El Tesoro de Estados Unidos no transfiere dinero, funciona como un garante”. Aclaró que la operación refleja un alineamiento estratégico y político, más que una simple acción económica, y destacó que no asegura por sí sola la estabilidad del mercado.
Ernesto Calvo es profesor titular en el Departamento de Gobierno y Política de la Universidad de Maryland, Estados Unidos, y dirige el Laboratorio Interdisciplinario para Ciencias Sociales Computacionales (iLCSS). Sus estudios incluyen instituciones políticas, comunicación y dinámicas en redes sociales, combinando análisis de grandes volúmenes de datos, experimentos de encuestas y evaluaciones institucionales. Además, investiga cómo influyen en la política argentina.
¿Cómo evalúa usted la relación entre el presidente Javier Milei y el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, que se reunieron hace aproximadamente una semana en Nueva York y que dentro de dos semanas tendrán una visita oficial en Washington? ¿Cuál es su conclusión sobre el significado de estos encuentros?
Es la primera vez que se produce un acercamiento real y no ficticio. Hay que considerar que Milei realizó numerosos viajes a Estados Unidos sin reunirse con figuras políticas relevantes durante el gobierno de Biden, ni siquiera con secretarios menores. Desde que Trump asumió, tampoco mantuvo encuentros importantes. La situación cambia cuando el republicano decide apoyar la moneda argentina, la economía local y colaborar con Milei como aliado geopolítico en la región. Este respaldo refleja un alineamiento ideológico más que estratégico o político, ya que Argentina no constituye, desde el punto de vista económico ni de seguridad, una alianza relevante para Estados Unidos.
Usted lo describe como una alianza ideológica, mientras que nuestro presidente la presenta como geopolítica. En Argentina, según su análisis, se interpreta de manera geopolítica la relación con China, aunque usted considera que se trata más de un vínculo ideológico, basado en afinidades y formas compartidas.
Estados Unidos sería mucho más activo para no aislar a Brasil y mantener influencia política y económica en el resto de América Latina. En general, abandonó la diplomacia blanda en la región, debilitando el Departamento de Estado. Por eso, la estrategia argentina apunta claramente al alineamiento ideológico. Además, Argentina no es un socio comercial privilegiado: el intercambio es limitado, equivalente a apenas un par de días de transacciones entre Canadá, Estados Unidos y México, comparado con lo que el país realiza en un año. Por ello, no existen motivos claros para considerar que esto responda a la necesidad de sostener ante posibles conflictos militares o crisis económicas con impacto global.
Usted es además especialista en redes. ¿Cómo afecta esto la imagen del presidente norteamericano en plataformas digitales? ¿Es un indicador de fortaleza o de debilidad? Sus disputas con medios de comunicación impactan su reputación. ¿Se asocia Argentina a un Trump fuerte o a uno en declive?
En las redes sociales hay que considerar varios factores. Uno es que la cantidad de operaciones políticas y de usuarios sintéticos o no reales ha crecido desproporcionadamente, por lo que no reflejan correctamente la opinión pública.
Allí, tanto en redes como fuera de ellas, la percepción positiva de Trump disminuyó de manera significativa. Sin embargo, esto no parece preocuparle. Está cumpliendo su segundo y último mandato, aunque con una pausa en el medio. Estados Unidos no permite más de dos términos, a diferencia de Argentina, que autoriza reelección tras una pausa. Por eso, todo lo que hace el republicano apunta a debilitar instituciones que lo limitan, no a ganar otra elección.
La estabilidad y continuidad después de 2028 dependerá de su capacidad para subvertir el régimen democrático, no de obtener una elección sólida entre votantes, ni siquiera siendo nominado. Es importante entender que Trump es mucho más complejo que alguien que simplemente sigue la opinión pública.
Esta alianza con Argentina podría ser tanto estado a estado como persona a persona, y mañana Trump o los demócratas podrían revisar el apoyo que el Tesoro brinda a nuestro país. ¿Cómo acepta la sociedad estas políticas? Margaret Thatcherdecía que el éxito consistía en que la oposición incorporara tus ideas. Es decir, hasta qué punto lo que el país construye a través del acuerdo trasciende a ambos y podría mantenerse en el futuro.
La respuesta es negativa. Ayer por la tarde, los demócratas en el Senado, liderados por Warren, enviaron una carta pública oponiéndose al bailout de Argentina y al swap del Tesoro. Hay además conflictos dentro del partido republicano, especialmente en estados agroproductores, porque la decisión de Trump no es bien vista.
Hay que considerar que los instrumentos que utiliza el Tesoro para este swap no implican dinero físico. Aunque el rechazo político es importante, no transfiere fondos, sino que actúa como garante, algo similar a lo que hizo China con sus monedas. No está claro que esto estabilice el mercado como sí lo haría la entrada de 7.000 millones de dólares.
Los periodistas deben estar atentos a posibles movimientos e intervenciones del presidente. Durante la etapa de Economies, se mostraban tres o cuatro figuras distintas, una con cámara, otra con micrófono y otra como conductor, todas vinculadas a sus medios. También se registran cambios en la compra y venta de empresas, por ejemplo Warner, ahora controlada por un sector empresarial ideológicamente cercano al mandatario. ¿Cómo se vive actualmente la relación entre medios y el gobierno estadounidense?
En la antigua época de los magnates existían diarios afines. Sin embargo, la cantidad de negociados, las limitaciones a la prensa y la transferencia de patrimonio a socios capitalistas vinculados a Trump resultan sorprendentes. La combinación de restricciones a medios, represión y los intentos autoritarios de Trump se suma a la transferencia de bienes a sus aliados, especialmente a Elon Musk, como mencionaba usted, complicando enormemente el control mediático. También se evidenció con la cancelación de uno de los principales humoristas, que, aunque fue revertida, generó un rechazo masivo de medios independientes y votantes, sin detener los intentos de amedrentamiento del poder político.
Sobre la red social Twitter, su apoyo a Trump durante la campaña y la relación posterior con el gobierno modificó poco el sesgo de la plataforma hacia el mandatario. Posiblemente notaron que los primeros tres días tras su conflicto con Musk los tweets de Trump tenían menor visibilidad, pero luego revirtió la restricción. Desde entonces, sigue amplificando voces de derecha y extrema derecha, tanto en Europa como en América del Sur.
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Finalmente, aunque Musk y Trump tengan diferencias, la política sigue pesando más que el dinero. Muchas empresas de Trump dependen de contratos gubernamentales, como SpaceX con la NASA y el gobierno de Estados Unidos en materia de seguridad. Una última opinión sobre la economía bajo Trump: Estados Unidos es muy rico y estable, más allá de sus políticas. Las tarifas y la política económica han reducido la tasa de crecimiento y generado ruido interno, pero no parece probable que provoquen una recesión.
LT