El objetivo de la ley es acelerar la conversión a vehículos eléctricos y combatir el calentamiento global. La medida, que tiene sus oponentes y en este caso el principal es el conservador Partido Popular Europeo(PPE - fuerza principal de la Eurocámara), fue aprobado por 340 votos a favor, 279 en contra y 21 abstenciones.
La idea del proyecto es reducir a cero las emisiones de dióxido de carbono de los vehículos nuevos en Europaa partir de 2035. Esto significa el cese de las ventas y de la producción de vehículos nuevos a nafta y diésel en la Unión Europea, al igual que híbridos a combustible y electricidad a favor de vehículos 100% eléctricos. La ley prevé un recorte del 55% de las emisiones de dióxido de carbono de vehículos nuevos a partir de 2030 respecto de las de 2021, muy por encima del objetivo actual del 37,5%.
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Muchos fabricantes de automóviles europeos anunciaron inversiones en electrificación, ya que a partir de estas medidas deben renovarse para no desaparecer. La ley de dióxido de carbono forma parte de un paquete más amplio de políticas climáticas más estrictas de la Unión Europea. Con el paquete climático, el bloque pretende reducir en forma drástica las emisiones de gases de efecto invernadero durante esta década.
