En tiempos de pases cruzados, rupturas internas y acusaciones dentro del mismo espacio político, Fernán Quirós fue claro ante la pregunta por el salto de Patricia Bullrich a La Libertad Avanza y sus críticas al PRO: “Yo nunca personalizo los conflictos. Patricia tiene el derecho de elegir en donde se siente más cómoda”. En Modo Fontevecchia, por Net TV, Radio Perfil (AM 1190) y Radio JAI (FM 96.3), el ministro de Salud porteño también analizó las secuelas sociales y políticas de la pandemia, indicando que el COVID aceleró un proceso de "desánimo" que ya venía gestándose.
Fernán Quiró es ministro de Salud de la Ciudad de Buenos Aires desde diciembre de 2019; médico por la Universidad de Buenos Aires, magíster en Gobierno y Dirección de Sistemas de Salud por la Universidad de Cataluña. Dirigió el plan de salud del Hospital Italiano, donde también fue jefe de Departamento de Informática en Salud, vicedirector médico de Planeamiento Estratégico y profesor.
No puedo salir de mi asombro con el tema de los antivacunas, respecto de que algunas vacunas son contraproducentes. Me ayudaría a entender cuando aparecen médicos que defienden estas posiciones, ¿cuál sería el fundamento científico por el cual puede considerarse peligrosa una vacuna?
Lo que está pasando en estas épocas, en el mundo y en la cultura occidental en particular, tiene mucho que ver con esta dinámica donde cada uno de los ciudadanos se va vinculando con el afuera de sí mismo, con estructuras, gentes o comunicaciones que solo le refuerzan su pensar.
Vos fijate que hace 30 años, cuando nosotros éramos más jóvenes, te exponías permanentemente a miradas diversas, debatías sobre aspectos con personas que pensaban distinto los diferentes tópicos de la vida ciudadana, entre ellos la vacuna. Hoy lo que pasa en la práctica es que, si vos tenés un grupo de WhatsApp, participás en las redes de un grupo particular, ves algunos medios de comunicación muy, muy puntuales o muy particulares, en ningún momento de tu día te exponés a ninguna opinión distinta a la que vos tenés. Lo único que hacés es reafirmar permanentemente que lo que vos pensás o creés que es la absoluta verdad. Y esto pasa con diferentes grupos, para llevar a los extremos: los terraplanistas, los antivacunas. Pero pasa en el escenario político, ideológico, cultural, de todos los días.
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Y yo creo que tu pregunta, que es muy profunda y no es fácil contestarla tan rápido, tiene mucho que ver con esto: es que nos vamos perdiendo la capacidad de interactuar con los que piensan distinto, perdiendo la capacidad de escuchar en esa interacción algo distinto y tratar de aprender, de agarrar algo que no pensábamos o no sabíamos para completar nuestra forma de mirar el mundo. Y nos vamos cerrando cada vez más en una mirada única, ideológica, muy marcada, muy contrapuesta, que no nos permite aprender. Y entonces transitamos los grandes temas de la sociedad de nuestra vida individual, con mucha dificultad para aprender. Porque en este caso en particular, de las vacunas, la información científica es contundente y categórica.
Hubo algún debate posible en el COVID por la velocidad en que se utilizaron las vacunas, en el medio de la catástrofe. Pero la vacuna del sarampión, la triple viral, las diferentes vacunas que están en el calendario, llevan décadas de pruebas y de demostración de que son tremendamente beneficiosas para la sociedad.
Mencionaste el COVID. Cuando uno mira la relación entre COVID y resultado electoral en el mundo, encuentra que la mayoría de las personas que les tocó conducir un distrito, una ciudad, una provincia, un país durante el COVID, fueron castigados electoralmente en las elecciones posteriores. De hecho, parte del éxito de La Libertad Avanza se basa en la crítica a la pérdida de libertad individual que se impuso durante el COVID con las cuarentenas. Es decir, si tenemos una mayoría de la sociedad que vota así, evidentemente podemos decir que hay una crítica a lo que pasó durante el COVID. Ahora, vos saliste indemne de eso. No salió indemne Horacio Rodríguez Larreta. Obviamente, no salió indemne el presidente. Vos sí. ¿Por qué creés que a algunas personas que tuvieron mucha visibilidad durante la lucha contra el COVID, en la pandemia, esa lucha los terminó afectando en su prestigio personal, y en tu caso no? ¿A qué lo atribuís?
Tuve siempre muy en claro, desde el primer día, cuando vine al espacio público que no venía a desarrollar una trayectoria de interés personal, sino que venía a dedicarle algunos años de mi vida a servir a la sociedad. Con ese espíritu vine al espacio público, ya de grande, después de una larga trayectoria en el espacio privado. Y lo que vi a lo largo de toda la pandemia es que la sociedad necesitaba primero contención, luego empatía, luego acompañamiento y luego información, lo más verídica posible, en un escenario donde la verdad estaba por descubrirse. Y nunca ponerse por delante del carro, nunca tratar de sacar una oportunidad o un beneficio, sino, en un momento de desesperación, empatizar, estar cerca, escuchar, trabajar mucho, servir y respetar. Lo que me dicen permanentemente: “En vos confiaba, tu palabra parecía genuina, la creíamos, siempre te ocupaste de nosotros”. Yo creo que la gente valora que tuve ese trayecto.
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A lo mejor, algunos gobiernos, incluso muchos gobiernos internacionales, creyeron que la forma de controlar esta situación era dar órdenes irrestrictas y que todo el mundo las cumpla. Y yo siempre insistía: la sociedad tiene diferentes niveles de capacidad de cumplimiento por diferentes situaciones personales y sociales. Y nosotros tenemos que ir adaptando las políticas públicas a que cada uno aporte lo que tenga, no lo que yo digo que debe aportar. Y en ese sentido, por eso siempre estuvimos adelante, en el gobierno de la Ciudad: con las aperturas, adelante; con las escuelas, siempre estuvimos adelante. Porque escuchábamos que había un dolor, una incapacidad de seguir cumpliendo, que había que balancearla con el riesgo del contagio, por supuesto. Pero siempre fuimos tratando de conectar los diferentes mundos, volviendo al diálogo inicial: que la verdad, siempre, en los fenómenos sociales, es una construcción colectiva. No la tiene nadie. Y yo creo que algunos gobiernos fueron muy autoritarios y creo que eso fue un error que la sociedad no lo pudo acompañar.
Entonces, vamos a marcar esa diferencia entre el gobierno nacional y el gobierno de la Ciudad. Ahora, a Horacio Rodríguez Larreta eso lo afectó y, por el contrario, a Patricia Bullrich eso lo benefició. Porque, bueno, ella tiene una posición contraria, mucho más enérgica en contra de todas las medidas que se tomaron, inclusive en la propia Ciudad de Buenos Aires. Y luego ya terminó ganando la interna. Hubo un voto anti cuarentena, para decirlo de alguna manera. ¿Cuál es tu perspectiva de por qué a Horacio Rodríguez Larreta lo afectó en esa competencia con Patricia Bullrich?
Mirá, me gustaría analizarlo un poco más conceptualmente. La sociedad venía de décadas de desánimo y de incapacidad para alcanzar los objetivos que pretendía. Fuimos, durante décadas, una sociedad con un destino dudoso, en términos del bienestar social. Entonces, venía con un conjunto de décadas, y muchos años, de deterioro de su expectativa. Y la pandemia lo que hizo es acelerar esa situación y romper la expectativa de esperanza y de desarrollo futuro.
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Entonces, nosotros, en la pandemia, lo que ocurrió en realidad, más allá de la enfermedad en sí, es que nos encontramos con una sociedad desanimada en algún aspecto, pero muchos de ellos volcándo ese desánimo a bronca. Y muchos de ellos volcando esa bronca a identificarla en personas en concreto, en la búsqueda de culpables. De alguna manera, ese proceso de desánimo, bronca y culpables exteriores a mí, de alguna manera, porque yo tengo que sobrevivir y tengo que protegerme, ha sido un proceso social en muchos lugares. Y en la Argentina, y en la Ciudad, se vio con claridad.
Entonces, yo creo que de ahí deviene, en algún punto, todo el fenómeno del nuevo gobierno, de lo que fue la elección de Milei y demás. Yo creo que viene por ahí. Y a mí me parece que los líderes sociales, en este momento, lo que debiéramos hacer es reconectar con la sociedad y volver a encontrar un camino de esperanzas que no sea ahora encontrando un nuevo culpable.
Yo creo que este fenómeno de buscar culpables externos es muy dañino para los procesos de desarrollo social, y no permite que en la sociedad cada uno nos miremos el ombligo, nos miremos hacia adentro y digamos: “Dado lo que somos y dónde estamos, ¿yo qué le puedo aportar a esta sociedad desde mi micromundo?”, en vez de estar siempre diciendo “¿quién es el culpable?” y me quedo tranquilo porque ya lo encontré. Porque, naturalmente, encontrás un culpable hoy, y mañana otro, y mañana otro, porque mientras la sociedad no encuentre espacios de acuerdo y visiones comunes, los culpables van a seguir sucediéndose uno tras otro.
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Alejandro Gomel: Nombraba recién la figura de Patricia Bullrich. Y, más allá de los conceptos, ¿qué le pasa a usted con este tipo de casos? Bullrich trabajó mucho tiempo en el PRO, y ayer decide firmar la boleta de afiliación a La Libertad Avanza. No solo eso, sino que habla bastante mal del PRO cada vez que puede. ¿Qué le pasa a Fernán Quirós cuando se cruza con un caso como este?
Yo nunca personalizo los conflictos. Yo siempre enseño en mis clases que hay que cosificar los conflictos y personalizar los vínculos. Porque hacemos todo al revés: cosificamos los vínculos —son todos utilitarios— y después los conflictos son todos personales. Es todo lo inverso a lo que hay que hacer.
Entonces, desde mi perspectiva filosófica, yo te diría: sí, Patricia tiene el derecho de elegir en qué espacio político se siente más cómoda. Eso es un derecho que ella tiene. Para mí es mucho más importante qué es lo que hace la sociedad. Porque, digamos, nosotros en la Ciudad de Buenos Aires defendemos una transformación histórica, y le pedimos a la sociedad que acompañe este gobierno, y sobre todo ahora el 18, con Silvia Lospennato, porque queremos seguir transformando la sociedad y ajustando nuestras formas de trabajar para corregir las cosas que tengamos que corregir. Y yo, en el Ministerio de Salud, brindando el servicio que tengo que brindar.
Entonces, a mí me parece mucho más rico, más que analizar lo que hacen los líderes sociales, analizar a la sociedad: ¿qué quiere apoyar? Y yo creo que, en la Ciudad de Buenos Aires, nosotros defendemos una mirada que tiene que ver con no dilapidar ni un solo peso de manera innecesaria, no gastar ni un solo peso de lo que podemos recaudar, que es lo que hacemos siempre. Pero, además de eso, sostener unas políticas públicas que tienen que ver con que el sistema público de salud hay que sostenerlo y cuidarlo; el sistema educativo hay que sostenerlo y cuidarlo; la seguridad hay que apoyarla. Es decir, hay cuestiones que son funciones fundamentales del gobierno que la sociedad espera que demos, y no que limitemos todos esos servicios. Desde ahí yo miro este fenómeno. El fenómeno de sigamos hablándole a la sociedad. Y luego, cada uno desde su espacio político, le hable a la sociedad con las cosas que cree y que va a defender.
Una pregunta insidiosa: vos cruzaste a Horacio Rodríguez Larreta y a Jorge Macri. ¿Hay alguna diferencia en tu área entre uno y otro, que hoy están enfrentados?
Sí, siempre hay diferencias personales. Los equipos son bastante comunes, porque te imaginás que un equipo de gobierno son más de mil personas. Y buena parte de esos equipos continúan desde Mauricio, se han formado de jóvenes, siguieron con Horacio y siguen ahora con Jorge. De hecho, yo soy un ejemplo de ello. Y todo el equipo del Ministerio de Salud es un ejemplo de eso. De manera que los equipos son bastante estables, y por eso es que el gobierno de la Ciudad tiene esa capacidad de gestión operativa y de aprendizaje permanente. Luego, los líderes políticos pueden cambiar con sus estilos personales. Pero yo te diría que, más allá de las diferencias de estilo personal, la gestión de la Ciudad tiene una lógica bastante similar, al menos desde donde yo la miro.