¿Cómo el cambio climático cambiará el mapa de las vacaciones?, esta es la pregunta que planteó el organismo internacional. Dando por hecho, en una reciente nota publicada y difundida por Greenpeace, que muchas cosas dejarán de ser tal como las conocemos hasta ahora.
En el artículo difundido por la organización, se destaca que ya el panorama en las playas es diferente: los veranos tienen una temperatura y calor más agobiante, con mayor duración o todo lo contrario se retrasa en llegar o se presentan tormentas más violentas. Por su parte, en las montañas y selvas, las cosas también se ven distintas, con el follaje más seco y las alertas por incendios que están siempre en color rojo.
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Incluso los ríos y lagos ya tienen menor caudal de agua. Por otra parte, a los amantes del frío en algunos años tal vez les sea difícil encontrar rincones en el mundo donde poder temblar de alegría. De hecho, las zonas de glaciares y pistas de esquí, reflejan que el cambio se inició.
Efectos del cambio del mapa turístico
Para los afortunados que pueden disfrutar de unos días de vacaciones y descanso lejos de la rutina, el primer efecto del cambio climático en la industria del turismo, se reflejará en el cambio de destinos que tendrán que hacer los viajeros al momento de decidir un lugar para salirse de lo cotidiano.
Ninguno de los cambios y afectos de los cambios climáticos que está atravesando el mundo, es una situación que pueda definirse como “algo normal”. De hecho, Greenpeace aporta constantemente pruebas en el sentido inverso. Nada de esos cambios son normales y como consecuencia el mapa de las vacaciones aportará un nuevo ejemplo de que la crisis climática llegó y se instaló para cambiarlo todo, para siempre.
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Las playas “incendiadas”, ya no serán opción para vacacionar
Uno de los lugares donde se solía buscar un alivio a las altas temperaturas lejos de la ciudad, dejarán de ser una buena alternativa: se convertirán en el infierno mismo. Lugares donde ya el aire se hará irrespirable y asfixiante. Otros destinos, como algunas partes del Caribe, directamente desaparecerán bajo las olas.
En Argentina, vacacionar en la Costa Atlántica, hasta antes de los años 2000, se podían disfrutar días radiantes de sol con noches de verano realmente frescas, que hoy ya no existen. Los ventiladores que años atrás eran suficiente para soportar y refrescarse de las temperaturas de verano, ya perdieron su funcionalidad. Hoy es imposible vacacionar sin acondicionadores de aire.
No solo es un reflejo en el Hemisferio Sur. El periodista Simon Kuper en su nota publicada en el Financial Times, señalaba: "Ninguna playa es divertida a 40°C con incendios forestales en el horizonte". A su vez, señaló que el continente europeo “se calienta el doble de rápido que el promedio mundial y cada temporada rompe el récord del año previo en temperaturas máximas”.
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Cambios de destinos turísticos
La nota señala, que incluso un destino tan elegido como la Costa del Sol en España, podría convertirse en destino vacacional abandonado. Mientras el Mediterráneo, sobre la costa africana, no sólo sigue perdiendo playas por el aumento del nivel del mar sino que está volviéndose extremadamente caliente.
En este marco, los europeos viajeros irán cambiando sus destinos actuales por otros más frescos en el norte de España, Normandía, el Reino Unido y Escandinavia.
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Desde Greenpeace, advierten que si no se toman medidas urgentes para frenar el cambio climático, hasta Alaska y el Ártico podrían convertirse en refugios veraniegos.
Adiós al verano como temporada turística
Además, se muestra como clara tendencia a nivel global, que probablemente se extienda de modo acelerado: que el verano ya no será la temporada turística pico. Para comenzar, porque con los años, cada vez será menos placentero y más caluroso el verano como temporada del año para emprender un viaje de descanso y placer.
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En segundo lugar, un número creciente de personas sin hijos no están limitadas por las largas vacaciones escolares de verano. En tercer lugar, mientras el turismo se expande, los destinos populares se están quedando sin espacio en temporada alta. En Europa, por caso, podría ocurrir como en la década de 1920, cuando la clase dominante británica se instalaba en la Riviera en pleno invierno.
Adiós a las vacaciones con nieve y glaciares
Vacaciones es una situación para privilegiados que deciden vivir la vida a pleno, y hacerlo disfrutando de centros invernales entre pistas de esquí y tazas de chocolate caliente le suma un plus incomparable. Sin embargo, Greenpeace advierte que esto ya está en el camino del cambio.
Citando nuevamente al periodista Simon Kuper, el artículo publicado por la organización destacó: "Las vacaciones de esquí invernales comenzarán a desaparecer. 40% de las visitas de esquí del mundo se realizan ahora en los Alpes, donde la falta de nieve es una de las principales razones por las que cientos de estaciones han cerrado. Casi todos los glaciares alpinos podrían desaparecer este siglo". Ya Greenpeace documentó el derretimiento del Glaciar Hintertux en Zillertal, Tirol, en Alemania.
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Flujo turístico y de dinero hacia los países pobres
La rueda del cambio ya está girando, es cuestión de horas para que los cambios rotundos atrapen a la humanidad que perdida en su egoísmo, no se da cuenta que fue y será parte del cambio más perjudicial. La nota difundida advierte que los cambios en el mapa de vacaciones serán traumáticos para millones de trabajadores turísticos. A la vez, que podría esperarse un efecto positivo: el flujo histórico de dinero turístico de los países más ricos a los más pobres.
Se torna inevitable y necesario repensar la actividad económica turística, si se quiere conservar algo del mundo en que se habita actualmente. De lo contrario, todos los aspectos de la vida conocida se verán afectados y modificados por un mundo más caliente y un clima inestable. El cambio ha iniciado.
JL