Groenlandia, la isla que quiso comprarle Donald Trump a Dinamarca, lidia con el arribo cada vez más frecuente de turistas, atraídos por los paisajes grandiosos cubiertos de hielo y rodeados de icebergs. La acecha la amenaza del cambio climático.
Las escenas de postal atrajeron a 50.000 personas en 2021, una cifra 10 veces superior al número de habitantes de la ciudad portuaria.Más de la mitad de los turistas está de crucero por el Ártico y sólo hacen una breve escala en la isla.
El número de turistas tiende a aumentar, aún más, con la apertura de un aeropuerto internacional en los próximos dos años, lo que supondrá un impulso a los ingresos de la isla, pero también un reto. En los últimos 40 años, el Ártico se ha calentado casi cuatro veces más rápido que el resto del mundo.
Crisis climática: el Ártico se calienta cuatro veces más que el resto del planeta
El desafío consiste en proteger el ecosistema sin cerrar la puerta a los visitantes. Por eso, sus autoridades prevén establecer un máximo de un barco por día con no más de 1.000 turistas. Recientemente, tres barcos arribaron el mismo día con 6.000 visitantes, una cifra demasiado alta. La ciudad no puede acogerlos ni garantizar que respeten las zonas protegidas, especialmente en el fiordo.
Groenlandia goza de autonomía desde 2009, pero espera conseguir algún día la plena independencia de Dinamarca. Para ello tendría que prescindir de las subvenciones de Copenhague, que actualmente suponen un tercio de su presupuesto.
¿Cuáles son los impactos del calentamiento global?
En las dos últimas décadas, la capa de hielo de Groenlandia perdió 4,7 billones de toneladas, lo que ha contribuido a un aumento de 1,2 centímetros en los océanos.
BL PAR