El escritor japonés Haruki Murakami ganó el premio Princesa de Asturias de las Letras. El jurado reconoció "la singularidad de su literatura, su alcance universal y su capacidad para conciliar la tradición japonesa y el legado de la cultura occidental".
De esta manera, le concedió al autor de Kafka en la orilla y Crónica del pájaro que da cuerda al mundo la distinción con la que venía sonando como favorito desde hace años, al igual que para el Nobel de Literatura.
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El Princesa de Asturias contaba con 37 candidaturas de 17 nacionalidades y es el quinto de los ocho galardones internacionales que da anualmente la fundación. Está dotado con una escultura de Joan Miró -símbolo representativo del galardón-, un diploma acreditativo, una insignia y la cantidad en metálico de 50.000 euros.
Haruki Murakami se convirtió en referente de la literatura contemporánea tras el éxito internacional logrado en 1987 con Tokio blues y desde entonces ha propagado su voz literaria en más de 50 lenguas. En su literatura, Murakami funde lo real con lo fantástico.
"Una narrativa ambiciosa e innovadora que ha sabido expresar algunos de los grandes temas y conflictos de nuestro tiempo: la soledad, la incertidumbre existencial, la deshumanización de las grandes ciudades, el terrorismo, pero también el cuidado del cuerpo o la propia reflexión sobre el quehacer creativo", ponderó el jurado convocado en la ciudad española de Oviedo.
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Con el Princesa de Asturias, Murakami suma un nuevo reconocimiento literario a su vitrina, que ya cuenta con los prestigiosos Franz Kafka (2006), el Jerusalén (2009) y el Hans Christian Andersen de Literatura (2016).
Todavía no ganó el Nobel de Literatura, que le viene siendo tan esquivo como lo fue hasta ahora esta distinción para la cual figuraba como favorito recurrente año tras año.
Hijo único de dos profesores de literatura japonesa, y nieto de un sacerdote budista, desde joven Haruki Murakami se interesó por la cultura occidental, especialmente por la música y la literatura estadounidenses.
Además de su veta literaria, se ha dedicado a traducir al japonés obras de autores como Raymond Carver, John Irving o F. Scott Fitzgerald. Es a su vez conocido por su afición al atletismo y participó en varias maratones. Incluso llegó a escribir sobre su experiencia como corredor en "De qué hablo cuando hablo de correr".
JL