MODO FONTEVECCHIA
Panorama electoral

Indispensable ballottage

En esta columna especial para Modo Fontevecchia, el profesor en la Universidad Sorbonne Nouvelle y vicepresidente del Institut des Amériques, Francia, analizó las perspectivas del escenario electoral.

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A comienzos de agosto, a diez días de la PASO, publicamos un artículo en Perfil titulado «La incógnita Milei». En ese momento, cuando parecía que, según las encuestas, la dinámica de Milei se debilitaba, despejar la incógnita implicaba evaluar adecuadamente cuál era el peso electoral del candidato de La Libertad Avanza. Como lo sugeríamos, había elementos para considerar que, habida cuenta de la experiencia internacional reciente y del fuerte desgaste sufrido durante los últimos años por los bloques y coaliciones electorales dominantes en Argentina, un tercero en discordia podía ser altamente competitivo.

Ahora, a pocos días del 22 de octubre, hay elementos para considerar que, nuevamente, las encuestas no son fiables y que los que decidan su voto a último momento van a jugar un papel muy importante. Ciertamente, puede ser que, entre otras cosas, las declaraciones incendiarias de Milei incitando a no renovar los depósitos remunerados en pesos le quiten votos. Pero no hay que desestimar el escenario de una victoria de Milei en primera vuelta y que no haya ballottage.

La incógnita Milei | Perfil

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Los factores estructurales ya conocidos que le dan sustento se han reforzado en las últimas semanas. Por un lado, el alto grado de exasperación de amplios sectores de la sociedad argentina que adquiere mayor vigor con los episodios de corrupción recientemente revelados (casos Insaurralde, Chocolate...) que, sin que Milei haga un esfuerzo particular para ponerlos en evidencia, llevan agua al molino de su discurso anti-casta. Por otro lado, el principal punto débil de la Argentina, la fragilidad de su economía y en particular de su institución monetaria, que habilita la propuesta de dolarización de Milei, se acentúa. Las tensiones inflacionarias se han agravado y la cotización del peso ha caído brutalmente con la reciente corrida cambiaria, en un proceso reforzado por las ya mencionadas declaraciones temerarias de Milei.

El análisis de la repercusión de este último episodio muestra, como lo subrayan la mayor parte de los analistas, la dificultad del tratamiento de los planteos de Milei. El candidato de la extrema derecha libertaria parece haber alcanzado el umbral fatídico a partir del cual, como ocurrió con las experiencias similares de Trump o Bolsonaro, «no le entran balas». Además, las críticas que se le hacen consolidan su centralidad y es difícil tratar las cuestiones de fondo que son desestimadas de modo displicente por un candidato agrandado que califica a sus contradictores de fracasados o incompetentes.

Carpetazos, inflación y dólar: agitada semana de final de campaña | Perfil

Esto se inscribe en la perspectiva de una habilidosa gestión de la campaña electoral pos-PASO : con sus exabruptos y enojos Milei ha instalado en una parte del electorado que, a diferencia de los « políticos », él es sincero y auténtico. 

Con el resultado alcanzado en la PASO se ha revelado como el candidato favorito, lo cual puede suscitar temores pero también genera nuevas adhesiones. Y con esta dinámica favorable, el eje principal de sus intervenciones, en especial en los debates muy encuadrados en los que participaron todos los candidatos, es la repetición de slogans sin entrar seriamente en las modalidades de aplicación de sus medidas estelares.

Un ejemplo claro de esto es lo relativo al cierre del Banco Central y la dolarización completa y oficial que él preconiza. Las condiciones de implementación no están reunidas. Como lo sintetiza el reciente informe de The Institute of International Finance, dolarizar sin reservas sería muy costoso y haría falta un financiamiento externo que, más allá de lo que sugieren las declaraciones de Milei, no está disponible para Argentina en los mercados internacionales. 

El planteo ambiguo de que se trataría de una dolarización anunciada pero a implementarse en el futuro en el contexto de una « competencia de monedas » puede revelarse abiertamente contradictorio respecto del objetivo de avanzar hacia la estabilización monetaria y cambiaria. Además, la estabilidad monetaria es indispensable pero no es sino un ingrediente de un programa integral que debe ser políticamente viable y tiene que basarse, antes que nada, en la sostenibilidad fiscal y financiera externa de la economía.

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Asimismo, más allá del imperativo de estabilización macroeconómica que, en el marco de las relaciones con el FMI, se impondrá al próximo gobierno, sea del signo que sea, en el mediano plazo el régimen monetario debe ser funcional al crecimiento económico. Ahora bien, en este plano, si se adopta la dolarización, los economistas subrayamos los problemas de competitividad que pueden resultar, por ejemplo, de una depreciación generalizada respecto del dólar de las monedas de los principales socios o competidores comerciales del país. También le acordamos una gran importancia, si se trata de la adhesión unilateral a una zona monetaria -la del dólar-, a la teoría de las áreas monetarias óptimas. Desde este punto de vista, uno de los criterios para que los países optimicen su participación en la unión monetaria es que tengan ciclos económicos similares. 

Pero resulta que la dinámica económica argentina tiene múltiples determinantes, diferentes a los de Estados Unidos. Las «ganancias» ligadas a la desaparición del riesgo cambiario y a la disminución de la inflación, consideradas como los principales «pro» de la dolarización, pueden ser compensadas o incluso sobrecompensadas por las dificultades y los obstáculos que implicará para el desempeño macroeconómico del país la subordinación a una gestión monetaria que puede ser contradictoria respecto de la necesidad de expansión o de moderación del ciclo argentino. 

Esta es una de las grandes diferencias entre Ecuador, país en el que la dolarización dista mucho de ser un éxito, y los casos de Panamá y de El Salvador que, con procesos de dolarización implementados en épocas y circunstancias muy distintas, tienen ciclos económicos muy correlacionados con el de Estados Unidos.

Dolarizar ¡es viable!, pero es inconveniente | Perfil

Frente a la irreversibilidad y las restricciones que supone una transformación del régimen monetario en el sentido propuesto por Milei se impone un debate público que ponga sobre la mesa y trate en profundidad temas que hasta ahora han sido escamoteados. ¿Es apropiado proponer la dolarización en un mundo que parece avanzar, de manera incipiente y lenta, hacia una mayor multipolaridad monetaria? ¿Es razonable la dolarización completa y oficial para un país de gran tamaño y federal como la Argentina? ¿Por qué no dar un espacio al análisis, en debates contradictorios, de las experiencias en las que disminuyó sensiblemente la inflación y se consolidó la estabilidad macroeconómica al tiempo que se avanzó en la desdolarización financiera y real, en particular en América Latina (por ejemplo Perú)?

La quasi-ausencia o la insuficiencia hasta aquí de un abordaje serio y sistématico de todas las implicaciones de la dolarización, así como de otras propuestas disruptivas o retrógadas de La Libertad Avanza (en el plano fiscal, la falta de precisiones sobre las prioridades de una motosierra que luce irrealista si además, con graves interrogantes sobre la gobernabilidad, se plantea una baja masiva de impuestos ; en el ámbito crucial de la lucha contra el cambio climático una crítica superficial e ideológica al «ambientalismo» ; el negacionismo sobre el terrorismo de Estado durante la útima dictadura militar…) constituye el revelador sintético de un déficit en materia de debate público y de ejercicio de la democracia que podría ser superado, al menos en parte, si se produce el ballottage. Esta sería la ocasión para que los candidatos y sus equipos se involucren en un debate que, además de ser político, debería ser también técnico.

En cambio, un triunfo en primera vuelta de Milei le daría un peligroso cheque en blanco.

FM