El antecedente más cercano es el de la inflación de CABA, conocido días atrás: 7,8% con un salto de 10,4% en el caso de los alimentos.
Seis meses atrás, el ministro de Economía, Sergio Massa, había hecho un vaticinio que quedó en la nada: la inflación de abril "empezaría con un 3" y cada 60 días la inflación perdería un punto porcentual. Eso no ocurrió y los analistas que releva el Banco Central esperan un 126% de inflación para 2023. Y un 7,5% para lo que se conocerá hoy.
Tres aspectos sobresalen en el momento previo a conocer el índice. El primero es cómo sigue el alza de los alimentos, el de mayor impacto social, que en los últimos meses se ubicó por encima del promedio. El punto crítico sigue estando en los alimentos frescos, en los que los programas de control de precios tienen un alcance muy limitado.
Alberto Fernández anticipó una suba de precios alta para abril
El segundo pasa por las tarifas. Hasta hace poco tiempo, el congelamiento de las tarifas de servicios públicos servía de contrapeso dentro del Índice frente a otros aumentos con mayor incidencia. Los aumentos en las facturas de la electricidad y el gas terminaron con esa etapa y empiezan a ganar terreno.
Por último, la gran incógnita es cuánto de la corrida cambiaria de la segunda mitad de abril aparecerá en el IPC que el INDEC anunciará hoy a las 16. Algunos analistas dicen que el peso de ese salto del dólar recién se sentirá en mayo. Otros, por el contrario, consideran que parte de ese impacto llegará con el número de abril.
JL