Frente a la posibilidad de que Estados Unidos reanude el acuerdo nuclear con Irán, Israel se pone en guardia. Si bien el país está políticamente dividido y se encamina hacia las quintas elecciones en noviembre, la oposición al pacto nuclear con Irán es unánime entre políticos, militares y ciudadanos. Los une el espanto frente a la promesa del régimen de los ayatolás de destruir al Estado judío y el temor de que su archienemigo obtenga de este modo armamento nuclear.
La retirada de las sanciones económicas norteamericanas fortalecería a la economía iraní, de las cuales dependen las milicias proiraníes de Medio Oriente. Hezbollak, en el Líbano, acumula decenas de miles de proyectiles del otro lado de la frontera norte. El primer ministro israelí en funciones, Yair Lapid, procura disuadir a su aliado norteamericano y a los países europeos de proseguir el diálogo con Teherán.
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Algunas de las demandas de Irán para retomar el acuerdo nuclear firmado en 2015 giran en torno a la exigencia de retirar a las Guardias Revolucionarias del listado de organizaciones terroristas de Estados Unidos; los indicios de la Organización Internacional de Energía Atómica (OIEA) respecto de restos de materiales nucleares encontrados en varias de sus centrales iraníes, y las sanciones económicas que le impuso Donald Trump en 2018.
El presidente Joe Biden, convencido de que retomar el pacto es la vía más efectiva para contener a un Irán nuclear, no parece dispuesto a eliminar a las Guardias Revolucionarias del listado. Haya acuerdo o no, en Israel preocupa la posibilidad de Irán esté a semanas de obtener suficiente uranio enriquecido para la producción de armamento nuclear. La restauración del pacto podría retrasarlo solamente medio año más.
AO PAR