"Con un poco con humor hicimos una mezcla musical de lo que había sido la apertura del viernes pasado, cuando Wado de Pedro era el candidato que había colocado el sector mayoritario de Unión por la Patria y se mantenía la precandidatura de Daniel Scioli.
Y a la noche todo se dio vuelta.", afirmó Jorge Fontevecchia en la apertura de Modo Fontevecchia, por Net TV y Radio Perfil (FM 101.9) del lunes 26 de junio del 2023.
De hecho, Página/12 tituló que Sergio Massa es lo que hay. Lo que nos lleva a la idea de la deskirchnerización del peronismo, volviendo al centro, incluso como en los noventa, recordando que Massa comenzó en la UCDE que se fusionó con el peronismo gracias a Carlos Menem.
Y luego tenemos las elecciones en Córdoba y Formosa, donde siguen ganando los oficialismos. Pareciera ser que este regreso del peronismo al centro plantea una forma distinta del famoso "empate hegemónico", donde se decía que el problema argentino era que había dos hegemonías que empataban y no podían gobernar, vetando una a la otra.
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Pero se podría analizar que donde funcionó el bipartidismo, tomando como ejemplo a Estados Unidos, había como elemento unificador una amenaza en común, que era la posible destrucción de la Nación a partir de una guerra nuclear. Ese elemento hacía que tanto demócratas como republicanos antepusieran sus diferencias por el interés nacional.
¿Será posible que la Argentina, con la destrucción económica, el deterioro y el crecimiento de la inflación más la caída del PBI, generara el equivalente a una amenaza lo suficientemente grande como para anteponer las diferencias y pasar a una etapa de colaboración? Es una hipótesis.
Pero lo que vemos es que hay una paridad donde la candidatura de Sergio Massa convierte al oficialismo en competitivo, sobre todo si Milei sigue perdiendo fuerzas. Y esto también cambiaría el escenario de los tercios.
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Así, el peronismo podría ser competitivo en un balotaje, con cierto empate hegemónico colaborativo, teniendo en cuenta además la cercanía personal y de perspectivas de país que tienen Massa y Horacio Rodríguez Larreta.
Planteaba el famoso matemático Vilfredo Pareto que no importa cómo se organice una sociedad porque siempre va a haber un 20% que conduzca al 80%. También planteaba que frente a una tesis siempre iba existir una anti tesis, es decir, que a una hegemonía se le iba a construir otra.
La sociedad avanza sobre la dialéctica donde siempre hay oficialismo y oposición. En Argentina no se llegaba al ejemplo de Estados Unidos de colaboración porque no había una amenaza común. ¿Habrá una oportunidad ahora frente a la amenaza en común que implica la caída de la economía y los niveles de pobreza? Es posible, más teniendo en cuenta que Massa puede ser un puente para Juntos por el Cambio.
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Y en el regreso al centro, los que ganan son los oficialismos, como pasó en las elecciones de Córdoba y Formosa, aunque en el primer caso con una diferencia menor de la que se planteaba, lo que muestra la dificultad para realizar encuestas, sumado al altísimo nivel de ausentismo, que explica también el resultado de Milei.
Quien se expresó en ese sentido fue Martín Llaryora, el candidato de Juan Schiaretti en Córdoba, quien manifestó que "uno no puede festejar como nos merecemos, pero tampoco es justo que ustedes se queden acá, esperando lo que va a ser obvio". Y dentro de esa paridad, Luis Juez señaló que "hemos hecho una elección descomunal".
Esto trae nuevamente la idea del empate hegemónico y cómo esto ordenó el bipartidismo en la teoría de la mutua disuasión. ¿Esto llevará a que en Argentina, en lugar de polarizar y excluir, haya colaboración? Ese podría ser el gran cambio.
La discusión es abstracta en el caso de Gildo Insfrán, quien logró un nuevo triunfo, y señaló que "la alternancia en Formosa la decide el pueblo. Y hoy el pueblo está decidiendo sus próximos gobernantes".
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Córdoba -se decía siempre- adelantaba lo que podría pasar en Argentina, por lo que el resultado de ayer podría evidenciar que la diferencia entre el primero y el segundo sería menor de lo esperado, y podría trasladarse al escenario nacional.
Por su parte, el flamante precandidato a vicepresidente, Agustín Rossi, destacó que "me comunicaron que estaba todo acordado pero no participé en nada. Decidí que no iba a avanzar en mi precandidatura presidencial por los límites que tenía". Y agregó que "Massa sabe dónde potenciar para lograr el despegue definitivo de nuestro país", planteando un panorama más alentador para el año que viene.
Mientras que por el lado de la oposición, Larreta señaló que "no creo en la dinamita ni en matar al adversario. Sobre todo, creo en el trabajo. Soy de hacer, no me creo un líder mesiánico. Creo en el trabajo y en los equipos".
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Por su parte, Patricia Bullrich enfatizó que "Sergio Massa es la esencia de lo que queremos cambiar. Él piensa en lo corporativo, piensa la política sólo desde la política. Dice que va a bajar la inflación y la sube. Somos la contracara"
"En el magma de la política argentina, cualquiera puede ganar. Pero más que cualquier persona, es cualquiera de las dos coaliciones, lo que vuelve a afianzar la idea de una Argentina bipartidaria", concluyó Fontevecchia.
JL