En Bean, la película dirigida por Mel Smith en 1997, Mr. Bean siembra el caos en Los Ángeles. Mr. Bean trabaja como vigilante de la National Gallery de Londres, institución que le envía a Estados Unidos para deshacerse de él, pero también para supervisar el préstamo de una pintura famosa a una galería. Esa situación tenía una historia irreal de fondo, pero es noticia porque ahora se ha vuelto realidad.
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La obra se llama Retrato de la madre del artista, obra de James McNeill Whistler, una de las pinturas más icónicas de los Estados Unidos, al punto que es conocida como la Mona Lisa americana. El óleo, pintado en 1871, regresará a Estados Unidos 142 años después de que se exhibiera por primera vez en una muestra en Filadelfia. Regresa a modo de préstamo por parte del Museo d'Orsay de París, y siendo la pieza central y protagonista de la muestra colectiva que se celebrará en el Museo de Arte de Filadelfia, The Artist Mother: Whistler and Philadephia.
Asimismo, la pintura va a estar acompañada por otras obras de Sidney Goodman o Alice Neel, así como una copia de Francesco Novelli de un grabado de Rembrandt, el cual se cree que fue el que inspiró al mismo Whistler. Unas obras que, por tanto, transmiten la misma idea que la del pintor estadounidense: la maternidad y la relación con la madre de los artistas a través del arte.
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La pintura de Whistler muestra a su madre, Anna Mathilda, en su estudio londinense. Está sentada y muestra su perfil izquierdo, con un vestido negro y largo y una cofia blanca. La luz brilla en su rostro y sus manos, y la expresión transmite serenidad, seriedad, a la vez que una dulzura maternal que hipnotiza, pues la expresión de su protagonista, esquiva y fría, también provoca misterios alrededor de la composición pictórica.
Esa es la razón por la que se la llama la Mona Lisa americana.
BL JL