En un hilo de tres tuits, el presidente Alberto Fernández aseguró que “nuestra calidad de vida y nuestros sistemas productivos están en riesgo cuando se intoxica nuestro planeta”.
Así se refirió a las emisiones crecientes de gases de efecto invernadero que contribuyen al calentamiento global y causan fenómenos climáticos extremos con impactos directos en la salud, el ambiente y la economía.
El Presidente explicó el Plan Nacional de Adaptación y Mitigación al Cambio Climático que pretende constituirse como una política de Estado, es decir, que trascienda a las gestiones y a los colores políticos que ocupen la Casa Rosada.
Son seis líneas estratégicas con más de 200 medidas y 8600 personas involucradas. Por un lado se promueve la eficiencia energética, con una matriz más limpia, menor dependencia de los combustibles fósiles y mayor participación de las energías renovables, como la solar y la eólica.
También se busca una transición productiva, impulsando procesos de renovación relacionados con la economía circular.
Además habla acerca de la movilidad sustentable, haciendo foco en el transporte urbano, un núcleo de contaminación importante. De esta manera, también se busca que cada vez más unidades vayan reemplazando los combustibles fósiles.
Por otra parte, el plan intenta fortalecer la sostenibilidad de la vivienda y la resiliencia de la infraestructura. Es decir, mejorar ediliciamente las construcciones, con materiales más amigables con el ambiente.
Otro eje es la conservación de la biodiversidad y de los bienes comunes, lo que implica fortalecer los ecosistemas en la mitigación de gases de efecto invernadero.
Por último, se priorizará la gestión sostenible de los sistemas alimentarios y bosques. Esto incluye la conservación de suelos, aumentar su diversificación y eficiencia productiva.
Tras enumerar las líneas estratégicas, Alberto Fernández aseguró que “para terminar con la desigualdad, es un imperativo moral y ético tomar acción y si no lo hacemos seremos cómplices.
ADP PAR
