Describir el cuadro del sistema de sanidad argentino, supone tener en cuenta distintos aspectos, que lejos de marcar mejoras, parecieran siempre ir en retroceso. Son características que lo definen: una fuerte demanda generada por las enfermedades crónicas y un sistema diversificado para darle respuesta.
Sin dejar de lado las disparidades geográficas en cuanto a infraestructura y un porcentaje elevado de la población sin cobertura médica. Por ello no es desatinado referirse a un sistema de salud en terapia intensiva.
En este contexto, la industria farmacéutica instalada en el país puso en marcha inversiones por USD 740 millones, en diversos proyectos que se comenzaron a implementar desde el año pasado y todo el 2022.
Los proyectos apuntan a potenciar la fabricación local de medicamentos y convertir a la Argentina en un centro regional para la investigación clínica. En ese marco, la Cámara Industrial de Laboratorios Farmacéuticos Argentinos (CILFA), comprometió una inversión de USD 140 millones para el bienio 2021-2022.
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También en octubre pasado se anunció el acuerdo logrado entre la farmacéutica china Cansino Biologics y Laboratorios Richmond. Desde las compañías, se anunció que es el principal objetivo "convertir a la Argentina en un centro que abastezca toda la región", con distintas vacunas que comenzarán a producirse a partir de 2023.
Asimismo, se confirmó que la producción se realizará en la planta de biotecnología en la localidad bonaerense de Pilar, que será inaugurada en los próximos meses. El proyecto tuvo una inversión de USD 85 millones.
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El director ejecutivo de Richmond, Juan Manuel Artola, precisó que en un principio se comenzará con la vacuna contra el Covid-19 y luego se incorporarán otras que emplean adenovirus, proteínas recombinantes, ARNm, y conjugadas.
Ahora se suma que Laboratorios Bagó anunció que realizara una inversión millonaria para la construcción de una nueva planta en Argentina, lo que permitirá aumentar un 40 % la producción de medicamentos en el país. Asimismo, comenzó a producir tratamientos de alta complejidad que cuestan la quinta parte que los importados.
La nueva planta, se proyecta que estará terminada y operativa a finales del año entrante y parte de la abultada inversión será destinada a la compra de equipamientos de tecnología de punta enfocada a inyectables. De este modo, ya no deberán recurrir a terceros pudiendo cubrir la demanda con producción propia.
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Por otra parte, se puntualizó que es objetivo también certificar la planta de hormonales por la Agencia Europea de Medicamentos (EMA), ente regulador en Europa, para que el proceso productivo esté aprobado con estándares europeos.
Cabe destacar, que Bagó es una de las principales farmacéuticas argentinas fundada en 1934, que exporta a más de 50 países en el mundo. Este laboratorio es muy conocido por fabricar, entre otros, los medicamentos Alplax y Reliverán y, desde ahora, busca ampliar su producción a otros que suelen importarse a costos muy elevados.
Actualmente tiene 11 plantas productivas a nivel global, tres de las cuales se encuentran en Argentina, desde donde exporta sus productos con gran presencia en Latinoamérica y con miras a ampliarse al mercado europeo. En sus plantas Bagó produce inyectables, sólidos, comprimidos y otras formas farmacéuticas.
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Desde la compañía, señalan que el anuncio de esta millonaria inversión se da en el marco de un profundo proceso de reestructuración, que promueve el fin de dotar de tecnología y digitalización industrial a sus plantas productivas en Argentina. A la vez, con la construcción de una nueva planta, se apunta a lograr un incremento notorio en producción y competitividad.
El Gerente General de Laboratorios Bagó, Edgardo Vázquez, en diálogo con el portal de noticias El Cronista, precisó que el proceso de reestructuración se dará en tres etapas. En la primera se buscará el fortalecimiento de las plantas productivas ya operativas, mediante actualizaciones y compra de nuevos equipos de última generación.
Una segunda fase, que se concentrará en la digitalización de datos para mejorar la calidad de la información. Y por último, en la tercera etapa del proceso, se sumará la incorporación de aplicaciones digitales inteligentes, para lograr mayor eficiencia en la cadena productiva.
Lo cierto es que las grandes inversiones en la industria farmacéutica siguen apostando por producir en el país.
FM JL
