Pese a los esfuerzos de Joe Biden en tratar de convencerlo, el presidente del vecino México, Andrés Manuel López Obrador, se rehusó a asistir a la IX Cumbre de las Américas, que se realiza en Los Ángeles. La ciudad que alberga Hollywood se caracteriza por la alfombra roja.
Pero por ella no desfilarán López Obrador ni sus pares de Guatemala, Honduras y El Salvador. Curiosamente, los países de los cuales parte el mayor número de migrantes que procura establecerse en Estados Unidos y, a su vez, el mayor emisor de remesas para sus países.
En estos días, un nuevo grupo de migrantes salió a pie desde el sur de México hacia Estados Unidos. Es la caravana más grande en lo que va del año. La negativa de López Obrador, acaso un bochorno para Biden en la primera cumbre que le toca organizar durante su gobierno, se debe al rechazo de la Casa Blanca a cursarles invitaciones a Cuba, Venezuela y Nicaragua. La excusa de Biden es que en un edición anterior de la Cumbre, la de Quebec de 2001, los gobiernos de la región declararon que cualquier ruptura con el orden democrático iba a ser un obstáculo insuperable para poder participar.
"Cumbre de las Américas, cumbre de las polémicas"
Estados Unidos es anfitrión de la cumbre por primera vez desde que fue inaugurada en Miami en 1994. La idea original era consolidar el apoyo para un acuerdo de libre comercio que se extendiera desde Alaska hasta la Patagonia. Ese objetivo descarriló en 2005 en Mar del Plata con el ascenso de gobiernos con discurso de izquierda y la mayor presencia de China en la región.
Del cónclave surgieron más postales que películas. En una de ellas, el difunto presidente venezolano Hugo Chávez le dio a su par norteamericano Barack Obama un ejemplar del libro Las venas abiertas de América Latina: Cinco siglos de saqueo de un continente, de Eduardo Galeano. Eso ocurrió en 2009 en Trinidad y Tobago. Cuatro años después, en la cumbre de 2015 en Panamá, se produjo un acercamiento entre Estados Unidos y Cuba a través de Obama y Raúl Castro.
En la antesala de esta cumbre, tanto el presidente argentino, Alberto Fernández, como el chileno, Gabriel Boric, adhirieron a la postura de López Obrador de incluir a los países no invitados, pero, a diferencia del presidente mexicano, concurrirán a la cita. También lo hará el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, en duda hasta último momento.
CB PAR