La primera aparición del escritor peruano Mario Vargas Llosa en la Feria del Libro había sido el viernes pasado, cuando participó en dos mesas: primero presentó el concurso iberoamericano de relato breve que organizará la Cátedra Vargas Llosa con la Fundación El Libro, acompañado de Javier Cercas, Ariel Granica (presidente de la Fundación El Libro) y Alejandro Vaccaro (presidente de la SADE). Después, habló sobre la literatura hispana en una mesa coordinada por Jorge Fernández Díaz, junto a Alejandro Roemmers, el poeta español Luis Alberto de Cuenca y María Rosa Lojo.
En una sala José Hernández repleta, Mario Vargas Llosa dialogó con el escritor y periodista Jorge Fernández Díaz sobre el nuevo libro del Premio Nobel, La mirada quieta (de Pérez Galdós), cuyas obras se ocupó de leer durante la pandemia y a quien definió como "el Balzac ibérico" y "un gran escritor... desigual”.
En diálogo con Fernández Díaz, Vargas Llosa como es su costumbre, hizo varias confesiones provocadoras como: "Tengo muy poca confianza en la izquierda latinoamericana, y la juzgo por mi país, donde por primera vez tenemos a un presidente analfabeto (refiriéndose a Pedro Castillo, presidente del Perú desde julio de 2021).
Declaró ser pesimista en relación al futuro de América Latina y recomendó leer a Karl Popper, a quien definió como "el gran filósofo de la libertad", dijo que Borges "sufría de otras cegueras" que lo llevaron a "no entender nunca América Latina", y calificó a Marcel Proust de "frívolo y superficial, no entiendo la admiración que le profesan los franceses”.
Feria del Libro de Buenos Aires: la resiliencia
Fuera de la Feria, el sábado, Vargas Llosa compartió un almuerzo en la quinta Los Abrojos, que tiene Mauricio Macri en la localidad bonaerense de Malvinas Argentinas, con el expresidente y la diputada del Partido Popular de España, Cayetana Álvarez de Toledo.
CB PAR
