El diputado nacional por Propuesta Republicana (PRO), Martín Maquieyra, aseguró que el diálogo con el gobierno es clave y que “el expresidente Mauricio Macri tiene que ser una persona de consulta” para la administración nacional. A partir de sus declaraciones en el programa Modo Fontevecchia, por Net TV, Radio Perfil (AM 1190), advirtió que sin ese espacio, la gestión corre el riesgo de tropezar ante los desafíos institucionales y económicos que enfrenta el país.
El diputado nacional Martín Maquieyra representa al PRO por La Pampa y también ejerció como secretario general de La Generación Argentina, un grupo juvenil organizado dentro del partido. A su vez, fue precandidato a gobernador por su provincia, lo que le permitió acumular experiencia política y fortalecer su proyección dentro de la estructura del amarillo.
Si ahora que el gobierno está débil va a buscar nuevamente a Mauricio Macri y a Propuesta Republicana (PRO), ¿qué debería hacer el dirigente y cómo debería actuar para que en el futuro no se repita la misma situación?
El gobierno y nuestro presidente del partido, y expresidente de la Nación, deben dialogar como lo hicieron a lo largo de todo su mandato. Hubo decisiones del gobierno que fueron objetadas naturalmente, pero me parece que, más allá de la relación, sobre todo por lo que viene electoralmente y también de cara al futuro, por la experiencia que tuvo Mauricio, debería ser una persona de consulta del gobierno nacional, entendiendo, por supuesto, que la responsabilidad de gobernar y ejercer el poder es del presidente de Milei, pero creo que sería positivo que cada uno aporte su perspectiva.
Usted fue reelecto dos veces, con mandato desde 2016 y renovado en 2023. A pesar de ser un diputado joven, ya posee amplia experiencia en el PRO, además de provenir de zonas donde el partido era fuerte, como la ciudad de Buenos Aires y el conurbano bonaerense, así como del interior del país. ¿Qué representa hoy el partido? ¿Cómo lo visualiza después de octubre? ¿Cómo lo percibe desde el ámbito nacional?
La fuerza de Propuesta Republicana (PRO) es un partido cuyos valores más destacan, especialmente en la gestión, en la defensa de la República y en el respeto a la división de poderes. Al mismo tiempo, en estas elecciones, alcanza a gran parte de la población, principalmente en la provincia de Buenos Aires y en la Capital, pero también en otros distritos en alianza con el gobierno nacional. De esta manera, considero que puede aportar experiencia y gestión al gobierno en áreas donde todavía falta avanzar: desde licitaciones hasta obras públicas como rutas, donde, aunque hay algunas licitaciones para repavimentación y mantenimiento, todavía no hay definiciones sobre otras intervenciones.
Asímismo, es un partido con un presente marcado por los resultados electorales, pero con mucho futuro y capacidad de acompañar la gestión actual.
Los conceptos de gestión, institucionalismo, republicanismo, división de poderes me parecen una buena definición. Aún así, esta descripción también se aplica a gobernadores, intendentes de la Unión Cívica Radical (UCR) e incluso a los de Provincias Unidas, quienes igualmente se caracterizan por la gestión y la defensa de los valores republicanos. De algún modo, existe una especie de espíritu de Juntos por el Cambio, que actualmente no se alinea con el presidente Milei, dejando ese espacio vacante, ni kirchnerista ni mileísta.
Hay una idea de Provincias Unidas y una posibilidad que, por supuesto, se verá con el tiempo y los resultados de octubre. Yo todavía percibo una polarización, si se quiere, entre el oficialismo nacional y el peronismo-kirchnerista, o más vinculado a la izquierda peronista. El resultado en la provincia de Buenos Aires, de alguna manera, evidenció esa polarización, o mejor dicho, un bipartidismo, porque no surgió una tercera vía. La elección de octubre podría marcar en algunas provincias, como Córdoba o Chubut, esa tercera opción, donde el PRO no compite con el oficialismo.
Probablemente, en la elección nacional, eso podría traducirse en un 14% o 15%. Lo que me llama la atención es el espíritu: existe un espíritu del PRO en su origen, o de Juntos por el Cambio, que destacaba la gestión y el republicanismo. Ahora, La Libertad Avanza (LLA) no muestra ninguna de estas características: carece de gestión por su falta de capacidad operativa y de experiencia, y demuestra poco respeto por el republicanismo. Por eso preguntaba si el espíritu del espacio amarillo, del cual el PRO era primus inter pares, no está vacante.
El electorado también define a quién elige, como en este caso optó por el presidente Milei para impulsar la transformación que percibía necesaria. Creo que el gobierno nacional aprendió mucho y, en ciertos aspectos, mejoró la gestión. Naturalmente, lo económico es el gran desafío que el gobierno puede demostrar: la reducción de la inflación. Tras años difíciles, el gobierno logró ir bajándola. Por supuesto, habrá que esperar al final del periodo para confirmar si se alcanzan índices normales. Es un mérito del gobierno, pero también de todos los argentinos por el esfuerzo realizado.
A partir de otras áreas, considero que el gobierno todavía puede nutrirse de la experiencia del PRO, y ahí se verá si, luego de las elecciones, se produce una reconfiguración en la administración que permita mostrar mayor profundidad en la gestión. Recién hablaba de la obra pública, donde claramente se puede mejorar, así como en el sector energético. Realizaron varias reformas en la ley de base, las aplicaron, y eso dio frutos, como en la exportación de crudo, que ahora ya no requiere permisos ni intervención de precios. Sin embargo, en otras es necesario seguir.
Sobre los republicanos, el gobierno presenta debilidad parlamentaria, lo cual quedó evidenciado en los resultados electorales. En algunos casos, intentaron avanzar con reformas, por ejemplo en la justicia, con la propuesta de jueces que fueron objetados, y en esos casos el Congreso —el Senado, en este caso— les pusieron un freno. El gobierno puede aprender de esas experiencias, aunque tampoco se trata de una administración que no respete los valores de la República, ya que siempre acató las decisiones de la justicia, a diferencia de otros gobiernos, como el kirchnerismo.
Después de las elecciones de octubre, ¿debería el PRO tomar distancia del gobierno para recuperar su identidad de cara a 2027, o, por el contrario, acercarse más y aportar cuadros al gobierno?
En ese dilema, creo que el PRO decidió, como mencioné, acompañar al gobierno en la mayoría de los distritos más grandes dentro de un frente electoral, y esa decisión debe sostenerse con coherencia hacia el futuro, para poder ser parte de la gestión. Para ello, es necesario que el mayor líder del espacio —Macri— y también La Libertad Avanza acepten nutrirse de perfiles del PRO, en un acuerdo que trascienda lo electoral.
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Considero que esa es la opción correcta: no veo al PRO separándose del gobierno si persiste la coincidencia en valores, principios y visión del país. Estoy convencido de que existe esa coincidencia y creo que puede ser muy beneficioso para la administración aprovechar la experiencia de nuestro partido, que cuenta con perfiles sólidos y capacitados en todo el territorio.
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