“El acuerdo con Estados Unidos abre una oportunidad de crecimiento muy importante”, aseguró el presidente de la UIA, Martín Rappallini, al destacar que se trata de “un país netamente importador” y que “Japón firmó en 2018 un convenio similar "y le está yendo muy bien: duplicó las importaciones a Estados Unidos”. En Modo Fontevecchia, por Net TV y Radio Perfil (AM 1190), el economista remarcó que la industria argentina ya trabaja para “armar rondas de negocio” y aprovechar un escenario con “muchísimas oportunidades”.
Martín Rapallini es un empresario y abogado, es una figura pública relevante en el ámbito empresarial y económico de la Argentina, es el fundador de Alberdi Desarrollos y propietario de Cerámica Alberdi. Se desempeña como presidente de la Unión Industrial Argentina desde que asumió el cargo en abril de este año.
Martín Rappallini tiene cerca de donde se produjo el incendio en Ezeiza otros dos polos industriales vecinos y colaboró insistentemente con cómo apagar el fuego. Y nos explicaba cuáles son las diferencias y las ventajas que tienen los polos industriales para casos como estos, que me gustaría que lo compartieras con nuestra audiencia.
Los parques industriales tienen protocolos para el uso del agua. Entonces, cada fábrica tiene tanques para su incendio propio, pero en este caso de estos incendios grandes, hay un protocolo para que podamos usar entre el 50 y el 70% de cada uno. Entonces, multiplicás la capacidad de agua para aplicarle al incendio casi por 150 veces. Entonces, en este caso prácticamente estuvo toda la noche tirándole agua porque tenía los dos parques, que autobombas venían, cargaban y volvían a tirar. Y creo que de esa manera se circunscribió el incendio de esas cinco empresas, que cuando empezó y quedó ahí, no se expandió, porque esa área industrial tiene casi 25, 30 empresas, y quedó nada más que en esas cinco empresas con destrucción total, pero se logró que no se expandiera más.
Me mencionabas también que te impresionó muy positivamente la actuación de los bomberos.
Desde ya. Siempre, la verdad, que cuando uno tiene este tipo de eventos y ve el arrojo, la valentía, el compromiso que tienen los bomberos por cuidar la vida humana y por cuidar los bienes en este tipo de incendio, es increíble. Yo estuve al otro día recorriendo, todos los muchachos llenos de hollín, cansados, transpirados. Deberíamos tener más compromiso con los bomberos, que hacen un trabajo increíble. Y bueno, nosotros tenemos dentro de los parques tres dotaciones y tenemos un relacionamiento permanente con ellos, y la verdad que son héroes anónimos, trabajan y nos cuidan.
Recientemente fue la Conferencia Industrial de la UIA. Me gustaría una reflexión general de qué te dejó.
Estamos muy conformes con la Conferencia Industrial porque, primero, tuvimos récord de asistencias, casi 1300 inscriptos que estuvieron participando. Y también todos los paneles donde estuvo la presencia de tres funcionarios muy importantes del gobierno, y también la voz de la industria a través de todo el área técnica: hablando impuestos, hablando el tema laboral; empresarios como Paolo Rocca dando una visión del mundo y de cómo la industria se inserta también en el mundo; funcionarios de la Comunidad Europea; economistas, y nosotros también, los que participamos, planteando todos los temas que hacen a la realidad industrial.
Lo de Paolo Rocca logró producir un impacto con ese ejemplo: la cantidad de heladeras que se importaban por año en el pasado y las que se importan ahora. ¿Compartís que falta una política industrial? ¿Compartís los comentarios de Paolo Rocca respecto de su preocupación con las importaciones?
Sí, totalmente. Sobre todo comparto la mirada de China. Y creo que estamos en un cambio de régimen económico en el cual empezamos ordenando la macroeconomía, y comparto que viene la etapa de trabajar fuerte en la micro, en la actividad, y también en la capacidad de aplicar políticas industriales. Que las políticas industriales no es necesariamente la intervención del Estado para poner peso; al contrario, es que el Estado saque peso y nos dé competitividad a los sectores industriales. Digo porque, en el pasado, por ahí subíamos los impuestos, rigidizábamos el sistema laboral y creo que lo que Paolo plantea es que, cuando uno ve Europa, Brasil, los mismos Estados Unidos, hay política industrial relacionada con un sistema impositivo que promueva la inversión, con amortizaciones aceleradas. Hay una política industrial en todo lo que es la energía, la infraestructura, en el financiamiento. O sea, todos los países del mundo tienen línea de financiamiento a largo plazo, de baja tasa, para obras de infraestructura y también para, sobre todo, inversiones importantes que tienen un repago muy a largo plazo. O sea, eso significa generar de parte del Estado políticas para alentar la inversión.
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Alemania ayer acaba de lanzar el “Compre Alemania”. Estados Unidos, algo parecido. ¿Estamos viviendo un regreso a una toma de conciencia de que es necesario priorizar la compra de productos nacionales?
Creo que hay un cambio en el mundo muy importante, en el cual está en discusión lo que era el concepto de libre comercio abiertamente. Yo creo que también China cambió las reglas de juego. Porque China ha tenido una agresividad en términos de producción y exportaciones muy fuertes. China hoy, en casi todas las cadenas de valor, tiene 50% del mercado mundial. Primero empezó Estados Unidos y hoy Europa también está, mirando cómo puede defender la producción local. Entonces, me parece que hay un gran cambio a nivel global donde una cosa es la libre empresa, o sea, la capacidad de que las empresas compitan internamente, y otra cosa es el libre comercio cuando hay países que no tienen las mismas reglas que el resto.
Entonces ahí es cuando empezamos a mirar más la geopolítica también. Me parece que el libre comercio hoy está más pensado desde una mirada geopolítica, que eso es lo que está también planteando Estados Unidos. Estados Unidos hoy está tratando de ir generando comercio con sus amigos, con los que tiene afinidad a nivel político, que eso en los últimos 20 años o 30 años no pasó. Y Europa va en el mismo camino. Así que me parece que es importante que la Argentina, en este cambio global se empiece a repensar a sí misma.
Intuyo que estás muy satisfecho con un acuerdo con los Estados Unidos.
Lo que yo veo es que Estados Unidos es un país netamente importador. O sea, no se autoabastece en ninguna cadena productiva; prácticamente te diría que importa, promedio, 30% de casi todos los productos industriales. No producen nada. Entonces, si vos me decís, desde el punto de vista industrial, es un país realmente que tiene muchísimas oportunidades para nosotros, y más si tenemos aranceles diferenciales. Todavía no está clara la letra chica del acuerdo, pero me parece que hay una oportunidad de crecimiento muy importante. Después tenemos que ver qué hacemos nosotros: bajar los costos, mejorar la calidad, los precios, lo que creo también que es importante es que sea sustentable en el tiempo, y te digo: este tipo de acuerdos, que se llaman TIFA, que son no llegan a ser acuerdos generales, por ejemplo, Japón firmó en el 2018 y le está yendo muy bien, duplicó las importaciones a Estados Unidos. Ya estamos trabajando los industriales para armar rondas de negocio, para conectarnos con los compradores americanos. Pero yo veo una gran oportunidad para la exportación argentina.
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Y con respecto a China en general, lo que uno ve, ayer estábamos hablando en el comité ejecutivo de la UIA, todos los que vendieron algo en China, a los 6 meses se lo copiaron y lo fabricaron ellos y te dejaron de comprar. O sea, esa es la diferencia. Un país que es ávidode comprar productos industriales y otro que realmente solamente quiere comprar materias primas. Por eso yo creo que a Argentina le conviene a volver a la Alianza del Atlántico con Estados Unidos y Europa. Por eso también nosotros estamos muy de acuerdo con el acuerdo de la Comunidad Europea con el Mercosur, porque vemos que ahí tenemos las mismas reglas y se abren un montón de oportunidades, sobre todo para la industria argentina.
Brasil era nuestro principal socio comercial; ahora creo que pasó a segundo simplemente. Pero bueno: el acuerdo del Mercosur es posible casualmente gracias al tamaño de lo que representa Brasil. Y Brasil ha invertido una enorme cantidad de Estado en un plan de reindustrialización de Brasil. ¿Cómo ves las oportunidades que genera Brasil?
La verdad es que ha tenido un crecimiento muy grande en los últimos años en infraestructura y en industrialización y todo. Pero este es un proyecto que no lleva 2 años: esto tiene 20 años. Yo estaba viendo la semana pasada el crecimiento que ha tenido también en todo lo que es el sistema financiero. O sea, lo que es importante: el orden macroeconómico. O sea, vos tenés un país como Brasil que tiene 350.000 millones de dólares de reservas. Eso, te da una certidumbre en la moneda. Tiene un sistema financiero que es el 75% de su PIB. Nuestro sistema financiero es el 14 y damos crédito por el 10. Ellos son el 75 y dan crédito por 70. Cuando vos bajás la inflación, el motor de la economía es la inversión y el crédito. Tenemos que también entender el camino que hizo Brasil en generar la baja inflación, la acumulación de capital y también generar los mecanismos para que haya crédito productivo. El Banco Nacional de Desarrollo y los bancos estatales, que tienen líneas especiales para las inversiones a largo plazo a una tasa razonable, son el 3% del PBI. Casi lo mismo que tiene la Argentina para toda la industria: entre el 2 y el 3% del PBI. Ellos, solamente los bancos de desarrollo, prestan el 3%.
Ahora, vos en particular, ¿te toca competir con los brasileños? ¿Cómo hacés?
Brasil es el segundo productor mundial del mundo. Yo estoy convencido. A mí me toca competir con Brasil. Con China es más complejo porque juegan otros factores. Pero con Brasil competimos de igual a igual.
¿Y por qué Brasil puede ser el segundo, superando a India, superando la Unión Europea? ¿La cerámica tiene algo que ver con determinado tipo de mineral que se encuentra en el lugar?
No necesariamente. La verdad es que te diría que Brasil ha tenido un gran desarrollo en todas las cadenas de valor. Y la realidad es que también ha hecho muchísima transferencia tecnológica. O sea, ha traído muchísima tecnología italiana. También desarrollaron universidades sectoriales. O sea, hay una universidad de la cerámica. De hecho, casi todas las empresas argentinas buscan técnicos, ingenieros brasileños. Vos fijate el fenómeno: hay un montón de cadenas de valor que nosotros le enseñamos a los brasileños a hacerlo. En aviones, por ejemplo. En cerámica también. Los primeros técnicos argentinos fueron los que enseñaron a Brasil, y ahora son los técnicos brasileños que vienen acá porque había una política de desarrollo, de universidad, de financiamiento.
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Yo lo que creo es que la industria argentina tiene capacidad de ser competitiva. En el caso nuestro, son negocios que dependen de inversión. Entonces, nosotros, la verdad, que hemos mantenido ese nivel de inversión permanente y tenemos altísima tecnología. De hecho, el año pasado nos premiaron como la mejor fábrica de Sudamérica para hacer todo lo que es porcelanato de grandes medidas, y también para hacer cerámica de bajo costo. O sea que somos competitivos. Y hay muchas industrias en la Argentina que son competitivas con Brasil. Si bien estructuralmente tenemos un tema de costo laboral y impositivo todavía diferencial con Brasil entre un 20 y 25%.
Ahí vamos a otro punto. Brasil ya hizo una reforma laboral. ¿Cuál es la posición de la UIA respecto de la discusión que hay de la modernización laboral en la Argentina?
Como vos sabés, yo estoy en el Consejo de Mayo, así que estamos trabajando la reforma laboral, o la modernización laboral, para decirlo como corresponde. Nosotros tenemos una postura a favor. Tenemos que terminar con la alta litigiosidad. Tenemos incentivos al revés. Tenemos incentivos para que el trabajador quiera ser despedido, salir en enfermedad. Hay muchísimas rigideces que tiene el sistema a través del tiempo. Los convenios colectivos no se fueron adaptando a las necesidades del siglo XXI. Entonces necesitamos generar reformas, no para sacar derechos, sino para adaptar al sistema laboral argentino al siglo XXI. Y también bajar los costos y los riesgos que tiene contratar a alguien para poder cambiar la dinámica y generar un sistema que genere empleabilidad.
LT