Cinco empresarios rusos vinculados a Gazprom, la mayor compañía de gas del país, han muerto en circunstancias extrañas este año. Un año signado por la invasión de Ucrania y el papel de esa empresa estatal, manejada como si fuera privada, en la lucha que mantiene Vladimir Putin con Occidente.
El último empresario muerto fue Yuri Voronov, director general y fundador de la compañía de transporte Astra Shipping, que colaboró con la gasística rusa en sus operaciones en el Ártico. Lo hallaron flotando en la piscina del barrio en el que residía junto al golfo de Finlandia. Murió de un disparo en la cabeza.
Junto al cadáver de Voronov, de 61 años, la policía rusa halló una pistola traumática, autorizada para uso civil en algunos países, como Rusia. La viuda dijo en su testimonio que Voronov viajó a su casa el 1 de julio tras una discusión con sus socios de negocios por una pérdida de dinero.
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Con respecto a los antecedentes similares, en enero de 2022, apareció muerto el empresario Leonid Shulman, jefe del servicio de transporte Gazprom Invest, seguido de Alexandr Tiukiakov, subdirector general del Centro Único de Cuentas de Gazprom. Los dos fallecieron en la misma localidad de las afueras de San Petersburgo.
En abril pasado fueron hallados los cuerpos de Vladislav Aváev, ex vicepresidente de Gazprombank, su esposa y su hija. Posteriormente, en la ciudad española de Lloret de Mar aparecieron los cadáveres del ex gerente de la empresa Novatek, Serguéi Protoseniu, junto a los de su esposa y de su hija. En los cuatro casos los investigadores barajan como versión principal el suicido. En dos casos, al menos, encontraron notas de despedida.
JL PAR