El legendario fotógrafo mexicano Enrique Metinides falleció la semana pasada. Dedicó toda su vida a fotografiar sucesos de la crónica roja: asesinatos, accidentes automovilísticos, desastres naturales... Llaman la atención aquellos que descubren tempranamente su vocación y no se desvían nunca de ella: Robert Goddard, estaounidense nacido en 1882, comenzó a soñar a los 10 años con enviar cohetes al espacio, y dedicó toda su vida a eso, dando inicio a la era de la astronáutica.
La trayectoria de Metinides
Metinides se había iniciado en la fotografía a los 11 años, cuando su padre le regaló una cámara fotográfica con la que empezó a "cubrir" los accidentes automovilísticos que tenían lugar en la cuadra donde vivía. La primera vez que una foto suya salió en la tapa de un diario fue cuando tenía 12 años.
La fotografía ante un nuevo “dolor de los demás”
Es icónica la fotografía del accidente automovilístico que acabó con la vida de la periodista Adela Legarreta Rivas, el 2 de abril de 1979. Un retrato irreal, casi pictórico: el cuerpo de la mujer parece quebrado, inerte, pero el sol ilumina su rostro.
En sus más de 50 años de carrera Enrique Metinides supo demostrar que el más grande dolor, la peor tragedia, pueden tener una parte humana, un costado armónico y bello.
Muchas veces, sus muertos solo parecen dormidos: ocultaba con el encuadre los rasgos más macabros, eludía los golpes bajos. Fue además quien incorporó a la crónica policial un ingrediente que hasta entonces nadie había utilizado: fue él, no Weegee (alguien con quien su obra se encuentra uy emparentada) el primero en sacar fotografías dentro de una ambulancia.
GA PAR