La apendicectomía es la cirugía mediante la cual se extirpa el apéndice, un “vestigio rudimentario que está en la parte inicial del intestino grueso”, explicó el urólogo Guillermo Capuya en Modo Fontevecchia, por Net TV y Radio Perfil (AM 1190). En el caso de Cristina Fernández de Kirchner, la intervención no fue una operación simple de alta rápida: según precisó el especialista, la expresidenta cursó una “apendicitis con inflamación de una parte del peritoneo, una peritonitis segmentaria”, lo que implicó que “se haya extendido un poco más la inflamación” y obligó a prolongar la internación más allá de lo habitual.
Guillermo Capuya es becado por la Sociedad Argentina de Urología en el Dethot Medical Center en Michigan también es miembro de la Sociedad Argentina de Urología y de la Confederación Americana de Urología. Tiene posgrados en marketing estratégico y en comunicación científica, médica y medioambiental. Es coordinador académico del posgrado Comunicación Médica Centrada en el Paciente de la Universidad Católica Argentina y la Universidad Pompeyo Fabra de Barcelona. Es médico de la UBA y especialista en urología, y trabajó en trasplante renal en el INCUCAI.
¿Qué se sabe de la salud de la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner?
A mucha gente le llama la atención que una persona de la edad que tiene Cristina Fernández de Kirchner, tenga una apendicitis. La verdad que la edad más común de apendicitis está entre los 10 y los 30 años, pero a cualquier edad una persona puede tener esta inflamación de este vestigio rudimentario que está en la parte inicial del intestino grueso. Se llama apéndice vermicular porque tiene forma de gusano, que cuando se inflama genera el cuadro de apendicitis, que a veces no es igual la sintomatología para una persona que para la otra y requiere un examen físico.
A veces uno le dice al paciente: “No, esto puede ser un problema gastrointestinal, toma algún antiespasmódico”. El paciente no mejora. Ese dolor que comienza en la boca del estómago después se torna más complejo y comienza a desplazarse a la parte baja del abdomen, a la parte derecha, y a la palpación, revisando al paciente, se puede, a veces, como hacemos nosotros hace muchos años, con solamente la clínica, diagnosticar apendicitis. Y hoy, debido a, afortunadamente, los estudios de imágenes, podemos tener más certeza de cuando una persona está con el apéndice inflamado.
A veces esa región inflamada genera una inflamación en la bolsa que cubre todos los órganos internos del abdomen, que cubre, para ser grosero con esto, las tripas que tenemos dentro. Se llama peritoneo. Cuando se inflama el apéndice, también puede inflamarse el peritoneo, que fue lo que dijeron en el primer parte médico en el Hospital Otamendi: apendicitis con inflamación de una parte del peritoneo, una peritonitis segmentaria.
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¿Es más grave la peritonitis que la apendicitis?
La peritonitis es consecuencia de la apendicitis y, cuando está focalizada como en este caso, no es que sea más grave. Significa que se ha extendido un poco más la inflamación, que no solamente afecta a esa parte del intestino, como es el apéndice cecal, sino que también inflama la zona. Ahora, viendo un poco retrospectivamente por qué aún no se ha ido de alta, haciendo la operación el día sábado, una apendicitis no complicada, hecha por laparoscopía, el paciente puede irse inclusive el mismo día o al día siguiente. En general, no requiere muchos días de internación: un día de internación y, en general, tampoco requiere la colocación de un tubito dentro de la cavidad peritoneal para que drene, como un escape que tiene el peritoneo, la bolsa esa, un escape que tiene en el caso de que haya pus o un sangrado.
Posiblemente sangrado no ha habido porque es una cirugía muy controlada desde el punto de vista del sangrado. Pero sí uno puede pensar que había algún foco bastante infectado, donde había bastante material purulento, pus. Por lo tanto, se deja un drenaje para no cerrar esa cavidad y tener que, en el caso de que vuelva a crecer ese foco infeccioso, tener que abrir al paciente. Entonces se deja esa válvula de escape, que es un drenaje que hasta el día de ayer (por el lunes) estaba colocado dentro de la cavidad de la señora Cristina Fernández.
Me dicen tus colegas que hay tres grandes comunicadores de salud en televisión y que vos estás ahí, en el podio. Porque esto hace las preguntas que yo ya iba a hacer de que: pero ¿por qué está tanto tiempo? Y, me queda una más sobre Cristina: ¿por qué el Otamendi?
Recordemos que, y esto es un tema personal, yo me formé en el hospital público, universidad pública, y, en general, los políticos siempre dicen que van al hospital público. ¿Tiene alguna buena excusa de no ir? Porque dicen: “Imaginate, yo si voy a un hospital público, siendo no importa quién, tienen que cerrar parte de un ala del hospital y le saco una cama a alguna persona que lo necesita”. Es una buena excusa.
Siempre se atendieron en el Otamendi. Yo no vi presidentes en los últimos tiempos que hayan ido al hospital público. Me encantaría que fuese al hospital público porque es donde deberían estar. Cristina siempre se atendió en el Otamendi, o sea, ella tiene prácticamente toda su historia clínica en ese hospital y sus médicos cirujanos. Cuando ha sido intervenida, tuvo, recuerdo, una intervención ginecológica. No solamente ella, sino otros presidentes también han ido allí. Aquí han pasado algunos presidentes también.
Pero lo que quiero decir es que no le dieron la suite presidencial esta vez, que es un lugar muy lindo que tiene Sanatorio Otamendi, lugar donde yo nací, así que tiene muchos años. Es muy amplia, tiene un escritorio, tiene una mesa para recibir a invitados inclusive o tener reuniones de negocios, y un escritorio privado. Y tiene una habitación con vigilancia privada. No fue la que utilizó esta vez, lo cual me parece correcto. Ella tiene una cobertura prepaga que le permite acceder a este sanatorio.
Y te cuento alguna historia breve, si me permitís. Con respecto a la apendicectomía, que vos sos una persona de mucha cultura y esta historia te va a gustar, que es de una expedición soviética que hubo a la Antártida. Leonid Rogosov era un médico que iba a esa expedición, en pleno invierno antártico, de viento, nieve. Este médico comenzó a sentirse mal y, pasada determinada cantidad de horas, dijo: “Tengo una apendicitis”. Dice: “Pero no puedo salir de acá”. La posibilidad era morir u operarse él mismo. Y toma la decisión de operarse él mismo porque si no iba a morir, y le instruye a la gente que no era médica lo que tenía que hacer cada uno mientras él se iba a operar.
Bueno, va a una sala, él pide que le coloquen un espejo, se inyecta novocaína, en ese momento anestésico local, comienza a cortarse, y, cuando logra llegar a la cavidad abdominal, saca el apéndice y el intestino. Eso es una zona donde duele muchísimo. Uno tira en la parte del intestino, lo que sostiene, así genera mucho dolor. Se iba desmayando y a los que lo ayudaban, no eran médicos: “Sáquenme el espejo porque tengo todo invertido y no puedo verme”. Después de dos horas logra, con mucho sangrado, controlar la hemorragia, sacar el apéndice que estaba infectado y recuperarse.
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A partir de ahí, cualquier expedición que vaya a la Antártida requiere que las personas que van a estar mucho tiempo allí o se saquen el apéndice, salvo que vayan por turismo, se queden con el apéndice justamente para evitar lo que le pasó a Rogosov, que fue un héroe nacional, porque para Rusia fue maravilloso que sucediese esto en la época de la Guerra Fría.
Entonces me agrega una pregunta. ¿Puede ser que, en el caso de Cristina Fernández de Kirchner, el hecho de estar detenida en su casa sin poder salir haya algún componente psicosomático en que la apendicitis se produzca, o no tiene nada que ver?
Medicina: ni nunca ni siempre. Pero te diría que no, que no tiene que ver con el estrés. Generalmente esto se produce porque ingresa en ese tubito que mide medio milímetro de diámetro, como te dije, 10 cm de largo. Hay un récord Guinness de un apéndice que medía 23 cm y medio. Se mete un resto de materia fecal ahí y se tapa, se tapona. Entonces eso va generando inflamación, eso se infecta, se sobreinfecta, y ahí genera lo que se llama la apendicitis. El apéndice también tiene una función, se ha descubierto que regula con bacterias buenas, se ha descubierto esto en el microbioma.
En lo personal me ha servido muchas veces porque cuando operaba chiquitos con trastornos urinarios podía conectar la vejiga a través de este tubito, que lo despegaba del intestino, conectaba la vejiga con la piel. Entonces las personas pueden colocarse un catéter a través de ese tubito y vaciar la vejiga. Así que tiene su utilidad también médica.
RM CP