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FALLECIMIENTO INTERNACIONAL

Murió Musharraf, el exdictador de Pakistán que ayudó a Estados Unidos en Afganistán

Musharraf murió este domingo en Dubái, donde permanecía exiliado para evitar cargos penales en su país

Pervez Musharraf
Pervez Musharraf | Télam

En vísperas de las presidenciales norteamericanas de 2000, George W. Bush no sabía cómo se llamaba el presidente de Pakistán. Un año después, tras la voladura de las Torres Gemelas, el general Pervez Musharraf, criticado tanto por la mano dura que aplicaba en su país como por su amistad pretérita con Osama bin Laden, iba a convertirse en un aliado clave de Estados Unidos: cedió su espacio aéreo para el despliegue de la mayor coalición de la historia en el vecino Afganistán, nido del régimen talibán y de Al-Qaeda, y entregó a varios sospechosos de terrorismo que luego iban a ser interrogados en Guantánamo.

Musharraf murió este domingo en Dubái, donde permanecía exiliado para evitar cargos penales en su país. Tenía 79 años. Quiso regresar a la política en 2012, pero no pudo por sus problemas de salud. Padecía una enfermedad llamada amilosis En los últimos años sorteó dos intentos de asesinato de milicianos islamistas. Era un dictador contradictorio: creía que podía reformar la democracia fallida de Pakistán mientras mantenía una estrecha relación con Estados Unidos en una sociedad con fuertes sentimientos antinorteamericanos que nunca vio con buenos ojos la invasión de Afganistán tras los sucesos de 2001.

Renunció en 2008 para evitar una posible impugnación. Hasta ese momento hizo todo aquello que estaba reñido con los principios que pretendía inculcar Estados Unidos allende sus fronteras: desde violar los derechos humanos hasta deshonrar la democracia.

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De hablar pausado y mirada serena, Musharraf dejó de ser un tipo peligroso cuya identidad desconocía Bush gracias a los servicios prestados durante la Operación Libertad Duradera. Ordenó el cierre de los 1400 kilómetros de frontera con Afganistán seis días después de los atentados. Lejos estuvo de convencer a Bush y su socio Tony Blair, primer ministro británico, de su versión moderna e iluminada del Islam, pero resultó útil en un contexto dominado por la incertidumbre.

MVB FM