Polémica en Italia tras la inauguración de la nueva temporada del Teatro de alla Scala en Milán, con la ópera rusa Boris Godunov, la famosa ópera de Músorgski. La representación tuvo como telón de fondo varias protestas de manifestantes que ven en este evento cultural una victoria propagandística del Kremlin en plena invasión rusa de Ucrania.
La primera ministra italiana, Giorgia Meloni, dijo: "No tenemos nada contra el pueblo ruso, la historia rusa o la cultura rusa, tenemos algo contra quienes han tomado la decisión política de invadir un país soberano. Las dos dimensiones deben mantenerse separadas, porque son dos cosas muy diferentes y no debemos mezclarlas".
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Mientras, en las calles de Milán, un grupo de unos 30 ucranianos se manifestaron contra esta representación. Para ellos, la cultura rusa es un arma ideológica que utiliza el presidente ruso Vladímir Putin para negar las producciones culturales ucranianas.
Para los ucranianos, la cultura se convirtió en algo así como un arma para los rusos: no quieren oír (y no quieren que nadie oiga) nada que sea ruso.
BL JL