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MODO FONTEVECCHIA
Falsas expectativas

El ex vice de Caputo había sido recomendado por Cavallo y fue eyectado por eso

Joaquín Cottani sostuvo que su salida se dio cuando “quedó claro que era en beneficio de ambos” y reconoció que “es posible” que las críticas del presidente Milei al exministro hayan influido.

Caputo incorporará a Joaquín Cottani, un exfuncionario de Cavallo, en Economía
El cordobés Joaquín Cottani será la mano derecha de Luis Caputo en el Palacio de Hacienda | Télam

Joaquín Cottani, el economista cordobés que fue recomendado por Domingo Cavallo para sumarse al equipo de Luis Caputo, a quien “no conocía antes”, busca desarticular la idea de un conflicto personal: “No tengo ninguna diferencia grande, ni algún grado de resentimiento o enojo”. En Modo Fontevecchia, por Net TV y Radio Perfil (AM 1190), explicó que su paso como viceministro fue breve porque “no podía por razones personales estar en la Argentina durante tanto tiempo”, pero también porque, una vez dentro, descubrió que el plan económico no coincidía con la visión que compartía con Cavallo: “Me di cuenta de que no era ese el plan que se aplicaba; la devaluación fue mayor que la que esperaba y el cepo se mantuvo muy estricto”.

Joaquín Cottani es economista, estudió en la Universidad de Córdoba, su ciudad natal. Se desempeñó, entre otras cosas, como viceministro de Economía de Luis Caputo, cargo al que renunció a mediados del año pasado.

¿Qué lo llevó a alejarse del supuesto de viceministro de Economía y, si por qué llegó a ser viceministro de Economía de Caputo? ¿Cuál es su relación con él? ¿Cómo era antes, cómo fue durante y cómo es ahora?

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Quiero desarticular la idea de que yo tengo una diferencia grande, o algún grado de resentimiento o enojo. Mi paso por el equipo económico fue corto, porque no podía por razones personales estar en la Argentina durante tanto tiempo. Eso fue así acordado desde el principio. En el camino sí puede haber estas diferencias son desde el principio. O sea, yo adhería más a la idea que inclusive el propio Domingo Cavallo, que fue el que recomendó mi nombre a Caputo, porque yo a Caputo no lo conocía antes, y fue en un momento en que él necesitaba un macroeconomista porque el equipo tenía ese perfil, a lo mejor demasiado financiero.

Entonces, lo que yo creí que iba a hacer era que se iba a aplicar esa idea que yo compartía con Domingo Cavallo, en la que lo primero que se iba a hacer era eliminar las restricciones a la cuenta de capital financiera para que fuera el tipo de cambio paralelo el que determinara el nivel de equilibrio. Y, en todo caso, se miraba cómo se acercaban el tipo de cambio oficial y se unificaba el sistema de cambio. Pero cuando llegué me di cuenta que no era ese el plan que se aplicaba. La devaluación fue mayor que la que esperaba, y el cepo se mantuvo muy estricto.

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Hubo discusiones, debates, pero obviamente era muy difícil para mí, incluso si se hubieran dado las posibilidades de continuar, adherir a un programa con el que no estaba de acuerdo. Lo que yo buscaba era que hubiera más equilibrio entre los objetivos de reducir la inflación, para el que había bastante tiempo hasta llegar a la elección de medio término, pero balancearlo con no llegar con un desequilibrio en las cuentas externas, que es lo que finalmente ocurrió, y la ayuda de Estados Unidos, bueno, se pudo resolver.

¿Existe algún paralelismo entre su alejamiento y las críticas que empezó a ver por parte del presidente a Domingo Cavallo? Inclusive en un momento hasta despidieron a la hija de Domingo Cavallo de la representación argentina de un organismo internacional.

Es muy probable. No lo conozco en detalle. Yo tenía con Luis Caputo una relación muy cordial. Él me escuchó muchas veces y me explicaba su punto de vista. No era una relación antagónica. Me frustró un poco el hecho de no poder participar más en las reuniones con el Fondo donde se discutían ese tipo de cosas. De alguna manera fui excluido. Y es posible por eso. Es posible que las críticas de Cavallo, como yo era una persona que él había recomendado, hicieron más difícil para Caputo integrarme en esas discusiones y seguir integrándome en el equipo, hasta que quedó claro que era en beneficio de ambos que yo saliera.

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Tuvimos la posibilidad de conversar con Domingo Cavallo la semana pasada, y casi le diría: tiene el mismo tono de voz, más allá del acento cordobés matizado con Estados Unidos y mucho tiempo internacional; pero hasta me parece estar escuchando la voz de Domingo Cavallo. Por eso le preguntaba si finalmente no hubo una especie de metonimia entre usted y Cavallo, y que lo que percibían es que tenían un representante de Cavallo en el equipo económico, y cuando usted hablaba les parecía que hablaba Cavallo, y que entonces finalmente la suerte de la relación del gobierno con Cavallo signó la suya también.

Me lo han dicho eso muchas veces. Es posible que me haya mimetizado, pero además es el hecho de que Cavallo y yo somos de la misma ciudad del este cordobés y del oeste santafesino. O sea: San Francisco, que está en Córdoba, pero más cerca de Santa Fe que de Córdoba. Y, por lo tanto, no tenemos la tonada cordobesa que tienen Schiaretti o Llaryora. Y a lo mejor eso también es parte de esa fonética.

RM/ff